_Casi 4.000 casos de covid-19 en un solo día. Eso fue lo que se registró en Bolivia el miércoles. Santa Cruz también tuvo récord de contagios, con 1.251 casos en esa jornada. Un recorrido por las proveedoras de oxígeno permite concluir que no ha terminado la escasez ni la angustia de los pacientes por este suplemento vital en estos días. Se mantiene la saturación hospitalaria y aún hay pedidos clamorosos de ayuda para personas que deben pagar costosas recetas, con medicamentos que están fuera de alcance. Con esta crisis sanitaria, ¿cómo puede ser posible que los gobernantes sigan confrontados, poniéndose zancadillas, en vez de trabajar juntos para aliviar tanto dolor?

_Cuando faltan argumentos, la fuerza bruta es la que impera. Eso también está pasando en Nicaragua, donde el régimen de Daniel Ortega ha puesto bajo arresto a cuatro líderes opositores que pueden hacerle frente en las elecciones presidenciales. Las acusaciones van desde “terrorismo y conspiración”, “incitación a la injerencia externa”, hasta lavado de dinero. Ortega ya fue observado a escala internacional por sus torpes acciones en el pasado para permanecer en el poder a toda costa. Su actual arremetida ya mereció la censura de varios países y no debería dejar indiferente a nadie, porque atenta contra los principios y valores de la democracia, bastante venida a menos en ese y en otros países de la región, como Venezuela, Cuba e incluso Bolivia, donde la expresidenta Jeanine Áñez mantiene más de 80 días de detención sin que se respete su fuero para ser sometida a juicio de responsabilidades.