Han transcurrido largos 86 años desde que en 1938 el gobierno del Tcnel. Germán Busch Becerra promulgara un Decreto Supremo que en Bolivia reconoció la actividad periodística como una profesión, reivindicando los derechos de los trabajadores de la prensa y otros beneficios sociales para mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. La fecha conmemorativa del 10 de mayo fue institucionalizada recién en 1943.

Desde entonces, el periodismo en Bolivia ha experimentado grandes cambios. Especialmente con su incorporación inevitable e imprescindible a las nuevas y modernas tecnologías comunicacionales. Desde la vieja, ruidosa y noble máquina de escribir hasta la veloz y casi silenciosa computadora con su infinita gama de servicios. O el celular que permite enviar textos, audios y fotografías al instante y desde cualquier lugar del planeta donde se registre algún hecho de interés particular o colectivo. Un dispositivo que permite incluso al ciudadano común realizar un ‘despacho’ sin ser…periodista. Aunque el vértigo de las comunicaciones contemporáneas puede también conducir a la desinformación.

El inolvidable maestro colombiano Javier Darío Restrepo recalcaba que el periodismo es, ante todo, un servicio y no un poder. Que la ética es pilar fundamental en el oficio de informar y en la búsqueda de la verdad. Una condición esencial del periodista para enfrentarse a un mundo de noticias falsas y de caudillos. Una virtud inmutable que perdurará hasta el final de los tiempos. Nuestra adhesión al Día del Periodista boliviano.