Hace poco, el 5 de septiembre, se conmemoraron 38 años del asesinato del científico y naturalista Noel Kempff Mercado y dos de sus acompañantes, a manos del narcotráfico. Ocurrió en la meseta de Caparuch donde Don Noel tenía previsto realizar algunas investigaciones propias de su actividad. El trágico suceso que segó la vida del ilustre ciudadano fue repudiado por la población cruceña. Fue en una multitudinaria ‘marcha del silencio’ convocada por el Comité pro Santa Cruz. Aquella vez, la protesta derivó también en rechazo firme de una actividad ilícita y de sus promotores que incluso habían hallado espacios en diferentes círculos de la sociedad cruceña.

 Hoy, con más de 7 millones de hectáreas reducidas a cenizas y arrasada su fauna, Santa Cruz está soportando el peor desastre medioambiental de su historia por la quema indiscriminada del bosque y la reacción extemporánea de un insensible Gobierno central. Las mayores voces de protesta se elevaron en el interior del país. Incluso, la conocida activista María Galindo llegó hasta oficinas de la ABT para protestar vehementemente por la tragedia. Contradictoriamente, de los propios cruceños, de su institucionalidad y de sus conductores, apenas se dejó escuchar una voz de reclamo por el ecocidio atrozmente perpetrado.

 Oí, camba…¿estás dormido?, solía preguntar irónicamente y en circunstancias parecidas, el recordado médico, político y escritor Pedro Maillard, buscando sacudir de su aletargamiento el espíritu indómito y rebelde de hombres y mujeres de estas llanuras grigotanas.