Suman las tentaciones autoritarias en el mundo. Corea del Sur es uno de los países con mejor calidad de la democracia, de acuerdo con el índice que publica The Economist. Sin embargo, el mundo se vio sorprendido por la decisión del presidente Yoon Sek-yeol de dictar ley marcial en su país. La medida, que duró seis horas, prohibió todas las actividades políticas, incluidas manifestaciones y acciones de los partidos políticos, provocando protestas ciudadanas y fue rechazada por el Congreso, lo que obligó a que el mandatario la revoque.

 Si bien el argumento aludía a vínculos peligrosos de la oposición con la dictadura de Corea del Norte, no fue probado; en cambio, con la Ley Marcial se pretendía que el presidente pueda gobernar sin tener al Parlamento en contra, ya que éste solo había aprobado un tercio de las iniciativas del Gobierno. A ello se adicionan las denuncias de corrupción que hay contra miembros del Ejecutivo, además de la primera dama coreana.

 Pero no es la única tentación. En Estados Unidos, el presidente Joe Biden borró con el codo su promesa de no interferir en el proceso contra su hijo Hunter y decidió concederle el perdón presidencial en dos casos, uno por posesión ilegal de un arma de fuego y otro en curso por un delito fiscal.

 El Índice de la Democracia alerta sobre el deterioro paulatino de este sistema de gobierno en el mundo. Menos de 25 de más de 160 países tienen puntuación superior a 8 puntos sobre 10, lo que significa que tienen democracia plena; el resto tienen democracias defectuosas, regímenes híbridos o en transición hacia el autoritarismo y gobiernos dictatoriales. Bolivia está en la penúltima categoría.