Brigadistas y expertos internacionales comenzaron a sumarse ayer a los trabajos de combate de los casi 300 incendios forestales que golpean la zona centro sur de Chile, y que ya han dejado 26 muertos y más de 1.100 viviendas destruidas.

Mientras cientos de damnificados en poblados agrícolas empiezan a levantarse después de perderlo todo, las llamas siguen activas en varias partes de este incendio que ha recorrido 270.000 hectáreas, y cuando hay una nueva “alarma meteorológica” por calor extremo en las regiones Maule y Ñuble.

Los incendios, que cobraron fuerza desde el jueves pasado, han dejado 26 fallecidos, 1.260 heridos, 3.000 personas sin hogar y 1.159 viviendas calcinadas, según el informe divulgado el lunes por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres.

En las últimas horas, varios aparatos y especialistas en la extinción de incendios llegaron a Chile procedentes de España, Argentina, México y EEUU, país que ha enviado el Ten Tanker, el avión cisterna disponible más grande del mundo, con capacidad para 36.000 litros.

“Estamos desde el centro de acopio tratando de abastecer a toda la comunidad de acá con agua, con los enseres más básicos que puede tener una persona”, dijo una voluntaria en Santa Juana. 

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