Estados Unidos sorprende al mundo con el acuerdo histórico firmado con el Reino Unido y Australia, para reforzar la cooperación en la aplicación de tecnologías inteligentes, sistemas submarinos y la intensificación de vigilancia de larga distancia.

El objetivo no es de defensa de fronteras ni de garantizar la economía financiera de sus países, como tampoco lo es, el control migratorio y la penetración del terrorismo islámico; sino es la de construir y fortalecer alianzas de defensa más robustas y dotar en un año y medio a Australia de submarinos de propulsión nuclear (Adelaide-Australia), convencionalmente armados, potenciados por reactores nucleares con mayor rango de operatividad.

El presidente de Estados Unidos Joe Biden, manifestó a los primeros ministros del Reino Unido Boris Johnson y de Australia Scott Morrison que conforman la alianza denominada Aukus que, el uso de este tipo de energía es meramente de propulsión nuclear, probada y muy segura. Pero, definitivamente, el objetivo central es mantener la paz y la estabilidad en toda la región del Indopacífico, zona en la que Australia se encuentra comprometida por la influencia que ejerce en el océano Índico el gigante asiático (China).

Las alianzas geopolíticas contra China parecen no detenerse en el pacto Aukus, al anunciarse nueva reunión para el 24 de septiembre en EEUU, con la participación en el Diálogo Cuatrilateral del primer ministro de Australia y los premiers de India y Japón, Narendra Modi y Yoshihide Suga, en la que se profundizarán áreas como: el combate al Covid-19, el cambio climático, asociaciones en tecnologías y ciberespacio, promoción de la libertad y la apertura de la región Indopacífico. Esta inquietud diplomática multilateral que tiene como protagonistas a los líderes Biden-Harris, discurren en dirección de afrontar los retos del siglo XXI y las amenazas del gigante China en el control digital global y, por ende, de la economía y comercio internacional.

El gobierno de Francia ha reaccionado contra sus aliados por el pacto Aukus y ha convocado a sus embajadores de Australia y de Estados Unidos para recibir información del comportamiento que considera inaceptable, si de por medio está a punto de perder la inversión probable del orden de 31.000 millones de euros en el proyecto que se perfilaba con Australia en la construcción de reactores nucleares submarinos.

Mientras esto ocurre a nivel de seguridad y control mundial, no obstante que el coronavirus ha paralizado la economía mundial causando millones de desocupados y de puestos suspendidos, resulta que la desigualdad se ha agudizado al conocerse que 651 multimillonarios estadounidenses han aumentado su patrimonio neto en un 30% (4 billones de dólares), sensiblemente en los países en desarrollo las cifras desigualitarias son rampante porque 250 millones de personas enfrentan la extrema pobreza y la mitad de la fuerza laboral (3,8 billones de personas) pueden haber perdido sus fuentes laborales para subsistir.

Paralela a esta situación, se agrega que 4,6 millones de personas han fallecido y más de 227 millones de infectados por el coronavirus hay y, las políticas de vacunación continúan, pero no a la velocidad en la que puede contener a la pandemia que augure una gran influencia en el desempeño de las economías que, para evitar mayores daños graves, han inyectado billones de dólares para recuperar el PIB en menos de diez años.

En Bolivia, parece no importar el informe de la Cepal que da cuenta que hasta junio de 2021 la pobreza aumentó de 31% a 37,5% y la extrema pobreza de 12,1% a 14,7%, como producto de la crisis y la pésima administración en la inoculación de la vacuna contra el coronavirus que alcanza a 3.017.983 completamente vacunados poco mas del 30%; sin embargo, intrépidamente se quiere implementar las clases semipresenciales, sin que los jóvenes comprendidos entre los 12 a 17 años hayan recibido la vacuna, lo que no es ser responsable.

El presidente sabe que ha sido elegido con voto de su militancia que en las primarias de enero de 2019 el MAS IPSP no logró el millón de votantes ¿de dónde sale entonces el 56 % en las elecciones de 19 de octubre de 2020?, esto solo podría explicar la historia muy pronto.

Cuando un gobernante se siente seguro ganador y merecido los que han sido elegidos en los diferentes órganos del Estado no habría necesidad de aplicar la metodología de la Reductio ad Hitlerum, frase adoptada por Leo Strauss, al suponer que, tras combinaciones de falacias y argumentos nada constitucionales del partido, no es necesario mayor debate tras la acusación.

Cuando uno empieza aprobando leyes como la de Emergencia Sanitaria (excluyendo a los médicos bolivianos); Ley de indulto y amnistía (encubriendo a pirómanos, asaltantes, destructores de bienes públicos y privados, causantes de muertes por falta de oxígeno a enfermos por el Covid-19 y fraude electoral); leyes de dotación de tierras de más de 4 millones a interculturales del trópico de Cochabamba que representa el 24,8% de hectáreas y las quemas de bosques que entre el 2019 y 2020 suman 11 millones de hectáreas y el 2021 más de 749.000 hectáreas en poblaciones afectadas como: San Rafael, San Ignacio de Velasco, Otuquis, Valle de Tucabaca, Ñembi Guasu, Bajo Paraguá y áreas protegidas; Resolución de supresión de 2/3 de votos para aprobar leyes y Ley Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y financiamiento al terrorismo, donde fuera de la UIF, 4 ministerios y 2 instituciones se constituirán en absolutos acusadores contra personas naturales e instituciones colectivas con suspensión de secreto profesional, reserva o confidencialidad (entidades financieras, casas de cambio, medios de comunicación impresos, televisivos, fundaciones, asociaciones civiles agropecuarias, ganaderas, forestales, Iglesia católica, entre otras) y la aplicación de procesos en rebeldía violando el debido proceso, el derecho a la amplia defensa en libertad y presunción de inocencia y la potestad de embargo de bienes, a sola denuncia de agentes encubiertos y colaborador eficaz; es porque manifiestamente, acabarán gaseando y persiguiendo a más de 10 millones de personas.

En tanto que, un millón de militantes y afines del MAS, principalmente los cocaleros que se dedican al narcotráfico de droga por el incremento en la producción de la hoja de coca en 23.000 hectáreas quedarán exentos de los alcances de la ley draconiana y la arremetida de la Reductio ad Hitlerum, y más que probable con fiscales y jueces del horror.

Por último, los indígenas de tierras bajas: Chiquitanos, Chaqueños, Cordilleranos y orientales que llevan marchando 25 días y que están pasando por San Julián y Cuatro Cañadas bastiones del MAS, al reivindicar sus derechos a la tierra, contra todo avasallamiento de comunidades interculturales a su territorio indígena, al sacrificar su salud precaria, abandonar sus sembradíos y sus espacios de biodiversidad, es un movimiento por la vida y su territorio y merecen las garantías que está obligado el gobierno a salvaguardar y el pueblo de Bolivia a ofrecer su solidaridad moral y material, para que nunca más se repita Chaparina.

Aubry, André (2007:79) dijo: “Tierra, terreno, terruño y territorio…no se venden ni se compran ni se confiscan, porque son de los muchos que le deben su existencia colectiva, histórica cultural…”.

Pedro Gareca Perales es Abogado Constitucionalista  Defensor de DDHH