Edición ImpresaOPINIÓN
¿Hasta dónde más vamos a caer?
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31 de octubre de 2024, 3:00 AM
En su libro “Genealogía de la moral” Nietzsche dice “Sospecho que la situación va de mal en peor. La sociedad está decayendo hacia un prototipo de persona más cómoda, más conformista, indiferente, ignorante, endeble, miedosa y mediocre. Esta es la mayor de las fatalidades”.
Vemos como la población boliviana, en todos sus estamentos sociales y económicos (salvando excepciones) se encuentra dentro de la mencionada definición del filósofo alemán. La situación política, económica y social en la que se encuentra el país, evidencia un total abandono o desaparición, no solo del sentido común, sino de la vergüenza del sentido de respeto y de exigencia que se regrese al curso normal de la vida de un país.
Todos, no algunos, todos quienes opinan y analizan la grave situación en la que está el país, coinciden y tienen la misma voz, de que la situación que atraviesa el país, ya es inaguantable y se deben tomar medidas para cambiar esta peligrosa situación. La pena es que todos esos reclamos, análisis y opiniones quedan en eso, porque los actores políticos responsables absolutos de esta nefasta situación, no les hace mella y, por el contrario, unos quieren evitar que su líder sea enjuiciado penalmente por graves delitos y el otro esta viviendo en un mundo de fantasía que cree que todo esta bien y cree también, que es quien, si es elegido, podrá superar los graves problemas de las que el mismo es el autor o cómplice directo.
No podemos seguir cayendo en esa definición de Nietzsche, de que seamos conformistas, indiferentes, ignorantes, endebles, miedosos y mediocres, con el agravante de que al haberse destruido (los autores son los mismos que lideran la actual situación) las instituciones del país, no existe posibilidad alguna de que pudiera haber voces que reclamen, exijan y tengan la fuerza suficiente para empezar a revertir esta situación.
Los reclamos y las actuaciones semánticas de países y organismos internacionales, caen en saco roto porque no hay mas que voluntad, ante la inconmovible posición de los autores directos de la grave situación en la que se encuentra Bolivia.
Johnny Nogales en su artículo “El dedo en la llaga” (El Deber 25/10/2024), señala “La pérdida de los valores morales nos envilece cada día más y nos quita el derecho a la esperanza. De forma indeseable nos convierte no sólo en un narco-estado, sino en una sociedad que depende y convive con la ilegalidad en todas sus manifestaciones. Por eso es urgente poner el dedo en la llaga y despertar la conciencia plural; pues, si pensamos que podemos convivir con esta podredumbre, no hay salida”.
Estamos inmersos en esa podredumbre y difícilmente vemos una salida (por lo menos yo) que rompa esa grave situación de destrucción del país y tampoco siquiera se vislumbra algún liderazgo político respondón y sólido, que empiece a proponer los urgentes cambios que se deben hacer para recuperar inicialmente, la existencia del país con visos de futuro.