El socialismo es una ideología política basada en el principio de que una sociedad debe organizarse de tal manera que el colectivo popular tenga el control de los medios de producción y, por ende, del poder político. Es una doctrina que surge como respuesta contra las injusticias del capitalismo.

El documental Izquierda XXI ¿?, de dos horas de duración y filmado en formato de película y dirigido por Patricia Quintanilla es un repaso puntual, crítico, desconcertante e imperdible del complejo camino recorrido por Bolivia, Brasil, Ecuador, Argentina y Venezuela desde que la izquierda del siglo XXI llegó al poder en América Latina.

El término "Socialismo del siglo XXI" fue mencionado por primera vez en un discurso del entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el 30 de enero de 2005, durante el V Foro Social Mundial. Desde entonces, fue adoptado y puesto en la agenda política de líderes populistas como Correa, Lula, los Kirchner, Evo Morales, López Obrador, Chávez, Maduro, Luis Arce, entre otros.

Se dice que solo tomando conciencia del pasado podemos comprender el presente y construir el futuro. Así, Izquierda XXI ¿? ofrece un recuento histórico que inicia con la Revolución Cubana, un hito del socialismo en América Latina, pasando por la guerra de Vietnam, la incursión del Che Guevara en Bolivia, las protestas de los movimientos estudiantiles parisinos de 1968, los estadounidenses en San Francisco y los mexicanos en Tlatelolco. Para ese entonces, Cuba ya estaba bajo el paraguas protector de la Unión Soviética y buscaba irradiar su revolución en el continente, aunque, en realidad, su principal objetivo era asegurar su supervivencia y desafiar la presión económica norteamericana.

Los entrevistados —comunicadores, politólogos y analistas— ofrecen sus perspectivas sobre la gran respuesta al crecimiento socialista de los gobiernos militares en la región. Gustavo Fernández, ex canciller de Bolivia, observa: "La confrontación entre capitalismo y socialismo, y entre democracia y socialismo". El general Gary Prado, quien estuvo a cargo de la captura del Che Guevara, ofrece su testimonio, al igual que Loyola Guzmán, guerrillera que acompañó al Che. También participan ex montoneros, militantes del ELN, Gloria Ardaya, única sobreviviente de la masacre de la calle Harrington, entre otros protagonistas de esos años. Estos individuos, movidos por la "sed misional de justicia", buscaban un cambio profundo. Idealistas que compartían la convicción de mejorar el mundo y perseguir el sueño de los “hombres nuevos”, siguiendo el ejemplo de Che y Fidel, a través de la lucha armada.

La continuación de casi dos décadas de gobiernos populistas latinoamericanos desmoronó los sueños de los románticos que vieron en la revolución de Fidel la ilusión de la justicia social, educación, salud y vivienda gratuitas en un edén desprendido de las pinturas clásicas. Aquellos que creyeron que el socialismo del siglo XXI era un modelo económico-político perfecto hoy se encuentran con el rostro horroroso de la “Revolución”: un bloque centrado en el autoritarismo, la corrupción, el narcotráfico y la obsesión por la permanencia en el poder, aunque ello implique la destrucción del país. Y todo esto, en nombre de los más necesitados y la supuesta justicia social, lo cual constituye una franca traición a los preceptos socialistas.

"Fundir un país petrolero", dice un entrevistado por Quintanilla, "es muy difícil", refiriéndose a la desastrosa situación de Venezuela. Otro corresponsal, que entrevista al entonces presidente Morales Ayma, le pregunta por qué enfrenta un cuarto (y espurio) mandato presidencial o si pretende ser un mandatario vitalicio. El cocalero responde: “No es deseo de Evo, es un mandato del pueblo. (¿?)”.

A medida que las imágenes de Izquierda XXI ¿? se suceden, no podemos dejar de pensar en cuánto el socialismo ha destrozado el país y cómo, en su nombre, hemos vivido un sinnúmero de iniquidades, crímenes, fraudes, sinrazones, destrucción medioambiental, pillaje y aniquilación de la institucionalidad y la moral nacional.

Si bien las diferencias sociales abismales y el dominio de las élites siempre fueron un caldo de cultivo ideal para que el socialismo prosperara en el continente, la utopía de la igualdad sigue siendo atractiva. Tal vez, una forma sana y verdaderamente democrática, como la nórdica, que persiga el progreso de todas las clases sociales y respete las libertades, funcionaría. ¿Será que eso existe? ¿O lo llamaríamos simplemente liberalismo respetuoso?

Las imágenes y entrevistas de Quintanilla nos retrotraen a regímenes como el de Chávez, que endureció sus políticas y se volvió autocrático. El bien logrado documental, censurado en su momento, será estrenado en la Cinemateca de la ciudad de La Paz el 6 de diciembre próximo, y en otras ciudades del país. Debería ser visto en todo el mundo para que Nunca Más (como se bautizó}o en el informe sobre los crímenes de Estado cometidos por las dictaduras militares argentinas entre 1976 y 1983)  se cometan fraudes electorales, manipulaciones ni crímenes en nombre de la democracia, el socialismo o los movimientos sociales.

"Los gobiernos autoritarios tienen su fin cuando el pueblo toma conciencia", dice una indígena ecuatoriana entrevistada en Izquierda XXI ¿?. El documental es, sin duda, un análisis de la realidad histórica, una reflexión para los niños que temimos el fin del mundo debido a una guerra nuclear, para quienes nacieron en los ochenta en adelante, o para aquellos que no entienden cómo llegamos a este punto en Bolivia. Convertidos en un barco a la deriva, habiendo perdido grandes oportunidades, sufriendo las carencias e incertidumbres de los países socialistas y aliados de Irán, Rusia, Cuba,  Venezuela y  sosteniéndonos   por un hilo a la democracia nos tocar{a enfrentar  las elecciones de 2025.

¡Gracias, Patricia Quintanilla! ¡In bocca al lupo!