La princesa Mako de Japón se casó finalmente ayer con su amor de la universidad, Kei Komuro, aunque la ceremonia se celebró de forma muy discreta después de años de controversia.

Desde que anunció su compromiso en 2017, la pareja se convirtió en blanco predilecto de los tabloides que hablaban de las dificultades financieras de la familia plebeya de Komuro.

Pero finalmente, “los papeles del matrimonio fueron cumplimentados y aceptados”, dijo un responsable de la casa imperial.

Las imágenes mostraron a la princesa y sobrina del emperador Naruhito abandonando la residencial imperial de Akasaka. Con un ramo de flores en las manos, Mako se despidió con una reverencia de sus padres y de la prensa y con un abrazo de su hermana.