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Marcelo sí, pero no así
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3 de diciembre de 2024, 3:00 AM
La democracia se sustenta en leyes, no en personas –Anónimo
El camino al infierno, dicen, está empedrado de buenas intenciones, y Marcelo Claure ha irrumpido cual elefante en la cristalería de la política. No cabe duda de sus buenas intenciones al encargar encuestas para orientar a la gente y descubrir cuál es “la voz del pueblo”.
¿Qué le motiva a Marcelo, en su deseo de orientar el proceso electoral por encima de los políticos, ofreciendo una información ilustrada que promete iluminar al electorado en medio de las “tinieblas” de la política? ¿Acaso su exitosa experiencia empresarial o su dinero?
Marcelo parece desconocer la historia política de Bolivia, y aún más. No se ha enterado del actual esfuerzo ciudadano de impulsar “primarias ciudadanas abiertas” para elegir al mejor candidato de oposición. Esfuerzo por devolverle la voz y la soberanía al votante, sin la intermediación obligatoria de los “políticos sindicalizados”, la política de unos cuantos que gozan del privilegio de poseer una “patente de corso”, que persisten en conservar su privilegio de ser o elegir a solo uno de ellos para representar a la oposición, manteniendo secuestrada a la democracia.
Marcelo, mediante sus encuestas, intenta descubrir y definir “lo que el pueblo quiere”, tal como ha escrito en su cuenta X, sondeos que no aportan nada nuevo y que parecieran tener defectos metodológicos. Por ello es importante identificar qué encuestadora nacional realizó el trabajo de campo y cuál fue su “error histórico promedio” en elecciones pasadas, no solo el nombre de ésta, que subcontrata, supervisa y pone la firma.
Aunque las gráficas de las encuestas de Marcelo llevan el sello de Panterra Global (surgida tras adquirir ClearPath Strategies), fue ClearPath la contratada por él en septiembre de 2024, y la que tiene un historial cuestionable ya que en las recientes elecciones de Venezuela vaticinó una diferencia de 20 puntos en favor de la oposición, siendo que la misma triunfó por 40 puntos; un error predictivo casi del 100%, lo cual hace sus encuestas poco confiables.
Quienes le temen a la democracia, a la consulta directa y abierta a la gente prefieren las encuestas, que solo reflejan la intención manifiesta del encuestado al instante y no necesariamente una predicción honesta y verídica de su intención o accionar futuro. De ahí que, incluso en los países más desarrollados, las encuestas fallan.
Pareciera que Marcelo está bajo la influencia de Elon Musk, es decir, de la posibilidad de finalmente influir al gobierno por interpósito, de encontrar un “Trump” boliviano y convertir al Estado en un modelo de empresa. “Que los gobernantes se asocien con los empresarios para introducirle eficiencia al gobierno”. Este concepto es tan equivocado que la propia Universidad de Harvard, ya en 1977, transformó su Escuela de Administración Pública e inventó la famosa Escuela de Gobierno (Kennedy School of Government), la primera en el mundo, reconociendo la diferencia sustancial y practica entre administrar un negocio, un gobierno y gobernar el Estado.
Así como es necesario sacar al gobierno de los negocios, lo es también sacar los negocios de la politica y del gobierno. Ese fue un leitmotiv de la Revolución de abril de 1952. La democracia funciona sobre la igualdad política de cada ciudadano, particularmente cuando se trata de elegir libre y secretamente a sus gobernantes. Marcelo pareciera estar induciendo exactamente a lo contrario: procurar influir con sus encuestas en el comportamiento de votantes y candidatos. En democracias avanzadas esto podría ser considerado hasta ilegal.
Yo tuve el privilegio de ser amigo y colaborar con Mario Mercado, gran empresario minero y excepcional alcalde, además de mi mentor cuando postulé por primera vez a la Alcaldía de La Paz. Sospecho que él aspiraba también secretamente a ser presidente de Bolivia, y siendo un político consumado hubiera sido un gran presidente. Él siempre ejerció influencia en la política; sus dos bastones a su talento fueron el club Bolívar y el vespertino Ultima Hora. Pero agudo conocedor y protagonista de la política boliviana como era, Mario sabía que un hombre acaudalado siempre levanta sospecha cuando suma el poder político a su fortuna. O se es lo uno o lo otro.
Marcelo, cuya familia y la mía tienen una larga historia de amistad, pudiera más bien ser el principal e ideal depositario y aportante del “Fondo único”, que vengo proponiendo desde hace tiempo, para financiar la campaña del añorado y aún anónimo “candidato único de oposición” que resulte de su victoria en las “primarias”.
El secreto, Marcelo, no es elegir personas, es construir sistemas. Sistemas que las organicen para que compitan imparcialmente, así como en la economía, donde la soberanía (la decisión) reside siempre en el "consumidor", es decir, en la gente. Es de ahí que surgirá naturalmente un líder.
Dejemos que “la voz del pueblo” siga siendo todavía la voz de Dios: anónima.