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Máscara contra cabellera
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9 de octubre de 2024, 3:00 AM
Máscara contra cabellera, era una modalidad de lucha en los años 80, donde al perdedor se le sacaba la máscara para mostrar su verdadera identidad al público, o se rapaba la cabellera en medio del cuadrilátero después del encuentro. Estas populares luchas se daban en el Olimpic Ring de la Zona de San Pedro, donde todos los fines de semana se llenaba de un gran público para estos emocionantes encuentros entre luchadores.
La actual coyuntura política para estar en plena lucha libre, donde uno y otro bando va mostrando denuncias para dañar la imagen de su oponente y obtener un trofeo. Hechos y actos que no solo dañan al oponente sino también a sí mismo, mostrando un espectáculo que poco a poco va cansando a la población, que está más ocupada en terminar el año de buena manera, tratando de generar recursos para las fiestas de fin de año.
Nuestra economía se ha visto afectada por los diversos factores, externos e internos, que afecta el bolsillo de la mayoría de la población, marchas y contra marchas, acusaciones de todo tipo, que solo traen más incertidumbre para los agentes económicos, y reduce los efectos de las medidas tomadas para mejorar la economía.
La economía funciona prácticamente como una familia, donde hay un jefe de hogar, una mamá e hijos, que se encuentran en diversas etapas de la vida. El padre genera los principales recursos para sostener a la familia, la mamá se ocupa de la casa y también genera algunos recursos que ayuda a los gastos. Los hijos menores se encuentran en el colegio en formación, el mayor en la universidad formándose para ser independiente y generar recursos futuros. Y el mayor de todos ya tiene una cierta independencia que ayuda en algo en el hogar, pero no tiene una estabilidad económica.
Pero si nos ponemos a pensar, qué pasaría, si en ese hogar no hubiera entendimiento entre el padre y madre. Sería un efecto directo sobre los hijos de manera emocional y económica, víctimas de las constantes peleas y riñas entre los padres. Los pequeños no sabrían qué hacer a quién apoyar o dar la razón por los reclamos entre ambos, afectando su rendimiento en el colegio y los hermanos mayores tratando de poner cierto orden. En lo económico todos se verían afectados en esta disputa, eludiendo la responsabilidad y pasando al otro, con esa frase conocida “pedile a tu papá” o viceversa, dejando a todos los dependentes en una gran incertidumbre, para realizar cualquier actividad.
Hay que ser claros, el mundo está atravesando una crisis a nivel económico, por los acontecimientos que han antecedido a este periodo y los conflictos bélicos en lugares claves que afectan la economía mundial. Economías grandes y medianas están escatimando recursos y mediadas para mantener de alguna manera estabilidad. Otras como la Argentina han tomado medidas extremas, pero con un costo que recae directamente sobre los que menos tienen. Organismos internacionales han levantado los indicadores recomendables de endeudamiento para sostener la estabilidad.
Los conflictos internos incrementan estos efectos, y la gente ve con nostalgia espejismos en el pasado, los cuales no van a poder ser superados si no existe una unidad en torno a objetivos concretos, donde participen todos los sectores y actores, dejando y deponiendo intereses extremos. Hay que darle un respiro a nuestra economía en esta recta final, que es un ciclo de demanda, donde la gente quiere llevar algo más a su casa y darle una sonrisa, augurando los mejores deseos para una reconciliación entre la familia boliviana, con la fe y esperanza que estos momentos van a pasar.