Finalmente un cruceño abre los ojos a la historia. Hasta ahora, había imperado una ceguera impensable e incomprensible cuando se hablaba (todavía se habla) del futuro de esta bendita región, o mejor, del futuro de Bolivia. Se forjó una especie de aprehensión al hablar sobre el tema. ¿Temor? Tal vez… No se equivoquen los que suelen leer la historia. El temor al tema se da aquí y allá, porque a los bolivianos nos gusta dejar las cosas como están, pero la historia es cambiante, evolutiva. Veamos.

Cuando leemos la historia de esta parte de América, leemos la versión de quienes estuvieron en contra de los españoles; cuesta ver el pasado de manera completamente imparcial, por eso los ibéricos que vinieron a América se convirtieron en iletrados, ignorantes, maleantes, portadores de enfermedades y taras sin fin. Por eso también la población indígena originaria apareció, hasta no hace mucho, como impoluta y “reserva moral” de la humanidad. Y no es así; ni los unos fueron completamente ignorantes/maleantes ni los otros éticamente intachables.

Y para la creación de Bolivia tuvo que pasar 15 largos años de lucha que se dio en diferentes regiones del país. La primera registrada históricamente se dio en Chuquisaca en 1809. Creen ustedes que en este hecho, quienes lo promovieron y llevaron a cabo, ¿pensaban siquiera en el germen de lo que sería Bolivia? Lo dudo. La segunda se dio un mes y medio después en La Paz, donde por primera vez se habló de independencia ¿de qué región? ¿De La Paz? Algún paceño recalcitrante diría que La Paz se independizó antes que Bolivia, lo que es simplemente una tontería. Después vendrían batallas en lo que hoy es Cochabamba, Tarija y al final, el mismo año de la fundación de Bolivia, de Santa Cruz. Bolivia era parte del Virreynato del Río de la Plata y de allí partieron varias iniciativas de ayuda para la independencia, pero bueno, ese es otro tema.

Durante la independencia, la capital de facto del país fue la ciudad de Sucre, que ya se llamaba así en honor a Antonio José de Sucre, pero la sede de los presidentes era variable. La Presidencia se ejercía desde el lugar de donde era morador el presidente de turno, hasta el año 1880 cuando los presidentes conservadores se asentaron en Sucre convirtiendo a esa ciudad en la capital de Bolivia.

En 1898 estalló entonces lo que conocemos como “guerra federal” en la que los “conservadores” se enfrentaron a los “liberales”. Los conservadores tenían el poder y el apoyo de las fuerzas armadas además de la élite religiosa y económica del país. Los liberales en cambio, tenían el apoyo de los campesinos, los indios y los pequeños empresarios. Bolivia se encontraba en crisis política y social. El bando conservador defendía el “estato quo”, el gobierno unitario y centralizado. Los liberales en cambio, eran partidarios de establecer un modelo de gobierno federal. Como sabemos todos, ganaron los liberales y de esa manera, el cambio más aparente se dio con el traslado de la capital a La Paz, donde se estableció el gobierno; aunque el poder Judicial permaneció en la ciudad de Sucre.

En esta etapa, los polos políticos y económicos del país estaban en el sur (potosí y Sucre). La Paz era un poder emergente que finalmente se impuso, aunque no estableció ningún sistema federal. Los demás departamentos de Bolivia especialmente Tarija y Santa Cruz, durante la guerra federal, permanecieron neutrales y así les convenía dada la escasa trascendencia política que entonces tenían. Su población era escasa y no estaban conectados al resto del país. En otras palabras, no pesaban en el destino mismo de Bolivia. Obviamente no todo era tan simple, pero los pormenores no caben en la presente columna.

Actualmente Santa Cruz creció en todo sentido. Es la región más importante del país en el aspecto demográfico, político y económico de Bolivia. En Santa Cruz conviven habitantes de absolutamente todas las demás regiones de Bolivia. Su peso es cada vez más importante y tanto, que sin necesidad de “orientalizar” Bolivia como actividad promotora de tal proceso, el hecho se va a dar pese a quien pese… y que me disculpen los comecambas y los comecollas, porque con un poco más de tiempo, así como ahora se conoce a Bolivia por el altiplano, así (y mucho más) se conocerá a Bolivia por el oriente. La nueva imagen de Bolivia va a ser Santa Cruz y bienvenida sea esa imagen, porque a partir de ella Bolivia va a terminar por adquirir su personalidad como nación mestiza americana y va a ser el despegue de su progreso.

No me preguntaron que es para mi Santa Cruz, pero si lo hacen, mi respuesta es simple, porque simplemente, siguiendo la historia inexorable e implacabe, Santa Cruz es la nueva Bolivia.