A punto de concluir el primer cuatrimestre del año, el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz (Fepsc), realizó un balance general de la situación que atraviesa el sector y los temas pendientes para reactivar la economía.

- ¿Cuál es su valoración sobre este primer cuatrimestre?¿la situación del sector empresarial en Bolivia?

Claramente estamos viviendo momentos económicamente difíciles, pero a la vez retadores para el sector empresarial. Por un lado, cuando vemos dificultades, estamos viendo temas más macroeconómicos que afectan directamente a las empresas, como el tipo de cambio que está reflejado principalmente en la calle.

Cuando estamos viendo que las comisiones bancarias, a pesar de que dentro de la conversación que tuvimos con el Gobierno en febrero, se estableció una regulación, aún continúa siendo difícil contar con los dólares necesarios para que las empresas puedan pagar a sus proveedores afuera del país. Esto hablando del sistema bancario formal.

Hablando también con las empresas, nosotros vemos que hay sectores que, literalmente, han tenido muchas dificultades y las siguen teniendo, pero ya no con una arbitraria disposición de cada banco, de poner una comisión que en un momento llegó hasta casi un 30%.

Hoy por hoy todos pagan un 10%. Claramente, la disponibilidad de dólares era algo que había que trabajar con el Gobierno para que, entre todos, hagamos que la banca cuente con esos dólares.

Dentro de este primer cuatrimestre también tenemos temas que han sido muy beneficiosos para el sector empresarial. Clara muestra de ello, por ejemplo, dentro de los 10 puntos acordados, está la inversión directa que podemos hacer en sectores que se consideraban estratégicos del Estado, como los biocombustibles.

La inversión en plantas de biodiésel o de etanol que están ligadas directamente al sector productivo agropecuario y, también incentivos, por ejemplo, a la importación de vehículos flex con cero arancel de importaciones. Tenemos también la parte fundamental de la modernización de la Ley de carga, para que Bolivia esté al nivel de los países que nos rodean y podamos contar con sistemas de camiones de tres ejes que lleven hasta 60 toneladas; pero eso requiere de que trabajemos claramente entre todos en un cambio de la ley.

Es por eso que, si bien creemos que los 10 puntos fueron importantes, unos tienen mayor impacto dentro de la economía privada y otros tienen un menor impacto; eran el inicio de una larga conversación y, adicionalmente, a esa toma de decisiones que debe hacerse con el Gobierno central, sin dejar de lado que también tenemos necesidades con los gobiernos departamentales y, por supuesto, con los municipales.

- ¿Cómo ve el comportamiento de las inversiones, tanto las extranjeras como nacionales?

Cuando definimos esos 10 puntos iniciales con el Gobierno central, estaban direccionados para que en algunos sectores estratégicos y específicos haya una mayor inversión e iniciemos inversiones, como por ejemplo, en plantas privadas de biodiésel.

Cuando se habla de que nos encadenemos, principalmente el agro, a lo que son recursos estratégicos como los combustibles, se habla de toda una cadena virtuosa de inversiones, las cuales tienen que ser desarrolladas.

En lo que se refiere a la inversión extranjera, claramente Bolivia las venía generando más que todo en los recursos energéticos, en la parte de exploración y explotación petrolera. Entendemos que a pesar de mucho esfuerzo, no se ha podido cambiar la normativa (Ley 3058).

Con esa ley (actual), se hace imposible que las empresas internacionales se enmarquen a la forma de distribución de los recursos y lo que ven más rentable es invertir en otros países.

Nosotros siempre hemos abogado, recogiendo las palabras de la Cámara de Hidrocarburos, de que se debe modernizar la ley, que sigue todavía dando vueltas en la Asamblea Legislativa y esto hace de que no se tenga una mayor inversión dentro de sectores específicos como lo que es el área de hidrocarburos.

Otras inversiones también importantes pueden estar en el área de minería, que hoy por hoy es el sector que más dólares exporta, más de 3 mil millones. Creemos firmemente que inversiones de gran magnitud tienen que asentarse en Bolivia porque la potencialidad en distintos sectores minerales lo tenemos, tenemos productos desde tierras raras hasta el litio, oro y otros tantos más.

Pero también hay que generar las condiciones para que estas empresas entren con grandes inversiones, pensando que también el sector privado boliviano tiene mucho interés en invertir en este sector para seguir generando una mayor potencialidad.

Es por eso que vemos que las discusiones internas en la Cámara de Senadores y Diputados, no benefician absolutamente a la gran mayoría de los bolivianos que están esperando trabajo formal, trabajo digno, inversión, generación de riqueza y, por supuesto, bienestar para todos.

- Los empresarios reclaman biotecnología, pero para desarrollar un evento se debe tomar entre 15 y 20 años. ¿Se debería importarla?

Primero hay que establecer que, como Bolivia, no tenemos una ley sobre biotecnología. Partiendo de eso, lo que hemos propuesto desde los sectores especializados como Anapo (Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo), son proyectos de ley para que puedan ser tratados.

Independientemente de que veamos, en un horizonte cercano o lejano, poder importar eventos biotecnológicos, o desarrollar la propia biotecnología, son caminos que hay que transitarlos en paralelo. Actualmente, las condiciones climáticas son muy adversas, todos lo conocemos, y la biotecnología está disponible en el mundo y en los países de nuestro alrededor, llámese Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, incluso biotecnología aplicada en Perú, que está destinada a Colombia.

Esas semillas mejoradas tienen la capacidad de afrontar eventos como sequías, plagas, como también resistir las fumigaciones de plagas de hierbas. Es por eso que lo que propusimos fue que avancemos en paralelo.

Entendemos que la biotecnología propia tiene una mejoría sustancial porque estamos hablando de hacer eventos adecuados a nuestra longitud y latitud en cada una de las regiones. Nosotros podremos importar inicialmente, entendiendo que la latitud y la longitud para esa semilla ha sido establecida en áreas de otros países similares a las nuestras.

Es por eso que esto debe ser un camino transitado en conjunto con el Gobierno nacional, con la legislación adecuada y con la perspectiva de que no haga daño al medioambiente, a la salud humana y a las especies nativas que tenemos.

Actualmente se están evaluando dos eventos, uno es (la soya) HB4, el cual ya está entrando a la tercera etapa de siembra para evaluación de la misma. Hay otro evento que es sumamente importante que es el Intacta, siempre hablando de soya.

Sin embargo, esa biotecnología ya tiene más de 20 años, pero con estos dos eventos y el que tenemos actualmente en Bolivia, que data del 2005, estamos seguros de que la productividad en soya va a superar el 30%.

- La pregunta de rigor, el tema del incremento salarial, ¿los empresarios conocieron la propuesta de la parte de la Central Obrera Boliviana?

Desde la visión de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, lo que está clarísimo, es que seguimos repitiendo, exactamente, lo mismo por más de 20 años: una reunión solamente entre dos partes, una reunión donde no se toma en cuenta al sector que genera los empleos y, para nosotros, no se ha mejorado absolutamente nada en la vida de las personas que trabajan en las empresas.

De hecho, desde la misma COB y desde la misma COD, siempre han manifestado que la vida de los trabajadores no ha mejorado, porque el único elemento que se toma en cuenta es el salario y no el entorno que conlleva la vida del trabajador. Estamos hablando de seguridad industrial, de salud ocupacional o la estabilidad dentro del trabajo.

Estamos hablando de capacitaciones, tanto para el empleador como para los empleados, para que no ocurran accidentes, que son permanentes. Hablamos de tener una nueva normativa, porque la que tenemos es tremendamente obsoleta, de 1930, con más de mil normas, las cuales han sido parches a esa ley que no condice con la realidad del siglo XXI.

Estamos hablando de que esos son los elementos que, de manera permanente, deberíamos estar conversando entre los tres actores fundamentales.

- ¿El Gobierno pretende implementar un programa de industrialización que está siendo criticado y coloca como bandera el proyecto del litio. ¿Confía en que ese plan cumplirá sus objetivos?

Hemos visto, principalmente desde el sector agropecuario, que hubo mejoras sustanciales. Cuando hablamos, por ejemplo, de una planta de urea que no llegaba a producir más del 50%, pero con los ajustes que se hicieron ya está llegando a superar el 96%, claramente estamos viendo de que las cosas se están haciendo mejor.

Sin embargo, no todas las inversiones estatales están acordes a lo que nosotros, como empresarios privados, creemos que son ideales. Porque cuando se tienen plantas estatales que compiten con la producción nacional, que está concentrada en la pequeña y la mediana empresa, por supuesto creemos que es ahí donde el ámbito privado debería estar desarrollándose sin una competencia.

Consideramos que eso no es leal, habida cuenta de que tenemos un sinnúmero de cargas, las cuales no las tienen estas empresas estatales.

Es por eso que, siempre lo hemos dicho, el diálogo está abierto, el diálogo permanente, público-privado, es lo que va a hacer de que tengamos políticas de Estado que nos proyecten a 50 años, que vamos verificándolas cada 10 años. Que veamos, en el corto y mediano plazo, inversiones en un lugar o localidad, donde los privados tendríamos la posibilidad de potenciarla productivamente.

PERFIL

Óscar Mario Justiniano Pinto

Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Tecnológica Privada de Santa Cruz de la Sierra- Utepsa. Es máster en Recursos Humanos y su principal actividad empresarial la desarrolla en el sector de la porcinocultura. Es director de Incontacto y de Exomad Green. Fue presidente de la CAO, de Fexpocruz, de Confeagro, de Adepor; director del IBCE y del CIAT.

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