Cecilia Peredo Salvatierra 

En un mundo cada vez más volátil, incierto, complejo y ambiguo —lo que los especialistas llaman entornos VUCA—, la planificación estratégica se ha convertido en un elemento esencial para la sostenibilidad y el éxito de las empresas. Aunque la incertidumbre puede paralizar a muchas empresas, aquellas que adoptan un enfoque proactivo para planificar su futuro logran no solo sobrevivir, sino también prosperar.

Según un estudio de Harvard Business Review, las empresas que implementan un plan estratégico formal tienen un 60% más de probabilidades de alcanzar sus objetivos de largo plazo que aquellas que operan sin una hoja de ruta definida. Además, la planificación estratégica no solo es relevante para empresas grandes, sino clave para pequeñas y medianas empresas (pymes), que son el motor de muchas economías pero a su vez las más vulnerables en medio de una crisis.

La incertidumbre económica, política y social puede desestabilizar incluso a las empresas más consolidadas. Sin embargo, un plan estratégico bien diseñado permite a las empresas adaptarse rápidamente a los cambios del entorno. En lugar de reaccionar impulsivamente ante los eventos, las empresas que planifican estratégicamente cuentan con herramientas y escenarios previamente analizados que les permiten tomar decisiones informadas.

Un ejemplo claro es el de Procter & Gamble (P&G), que durante la crisis financiera de 2008 reforzó su enfoque estratégico en productos esenciales y mercados clave. Gracias a esta estrategia, la empresa no solo mitigó los efectos negativos de la crisis, sino que también aumentó su cuota de mercado en varios países.

Conocer las tendencias del mercado, las amenazas y las oportunidades es fundamental. Herramientas como el análisis PESTEL (Político, Económico, Social, Tecnológico, Ecológico y Legal)  un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) o herramientas o procesos algo más elaborados, como análisis prospectivos, ayudan a las empresas a comprender su posición y el entorno en el que operan. La claridad en los objetivos también es esencial para guiar a la organización. Según un estudio de McKinsey & Company, las empresas que establecen metas específicas y medibles tienen un 41% más de probabilidades de lograr sus objetivos. Además, diseñar diferentes escenarios permite a las empresas estar preparadas para el peor, el mejor y el escenario más probable. Esto ayuda a mitigar riesgos y a aprovechar oportunidades emergentes. Sin embargo, un plan estratégico no debe ser un documento estático. Empresas exitosas como Amazon revisan periódicamente sus estrategias para adaptarse a los cambios del mercado.

Un informe del Boston Consulting Group (BCG) indica que las empresas con procesos formales de planificación estratégica logran un crecimiento de ingresos promedio anual del 12%, frente al 6% de aquellas que no tienen un enfoque estructurado. Además, las organizaciones que incluyen análisis de riesgos en su planificación tienen un 30% menos de probabilidades de sufrir interrupciones operativas significativas. En América Latina, una región caracterizada por la volatilidad económica, las empresas que invierten en planificación estratégica tienden a resistir mejor las crisis. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, varias empresas del sector de tecnología y logística en Brasil lograron adaptarse rápidamente gracias a planes estratégicos que ya contemplaban escenarios de crisis.

La planificación no debe ser exclusiva de la alta dirección. Involucrar a los empleados de diferentes áreas garantiza que el plan sea más realista y efectivo. Herramientas como Tableau, Power BI y otras plataformas de análisis de datos ayudan a las empresas a tomar decisiones basadas en información concreta. Además, consultoras y expertos pueden aportar una perspectiva fresca y objetividad al proceso de planificación.

La planificación estratégica no es un lujo, sino una necesidad en tiempos de incertidumbre. Es un proceso que no solo ayuda a las empresas a sobrevivir, sino también a prosperar en entornos desafiantes. En un mundo donde el cambio es la única constante, las empresas que invierten tiempo y recursos en planificar estratégicamente estarán mejor preparadas para enfrentar el futuro y capitalizar oportunidades, desde CAINCO, apoyamos a las empresas en este proceso, porque creemos firmemente que la visión y los pasos para llegar a ella, son las bases del éxito empresarial.