En la vida, el fracaso es una experiencia inevitable y, a menudo, dolorosa. Sin embargo, es precisamente a través de estos momentos difíciles que encontramos las lecciones más valiosas porque el éxito está construido sobre una serie de fracasos que nos enseñan y nos hacen crecer
EL DEBER
19 de septiembre de 2024, 9:00 AM
Vivimos en una sociedad que celebra el éxito
En la vida, el fracaso es una experiencia inevitable y, a menudo, dolorosa. Sin embargo, es precisamente a través de estos momentos difíciles que encontramos las lecciones más valiosas porque el éxito está construido sobre una serie de fracasos que nos enseñan y nos hacen crecer.
Para James Robles, experto en neurociencias y director de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, es importante aprender de los fracasos ya que “es bueno saber que hay otras formas de hacer las cosas, explorar otros escenarios y otras oportunidades”.
En la misma línea, Martín Díaz Meave, experto en publicidad y comunicación y exviceministro de Políticas Comunicacionales, quien participó en la edición “Aprobado, pero con cambios” de Fuckup Nights La Paz, organizado por el Instituto Mujer & Empresa (IME), de Unifranz, asegura que cada fracaso es una “riquísima” oportunidad de aprendizaje.
“¿Por qué debemos aprender de un fracaso? Porque todo fracaso es un aprendizaje en algún sentido, de algo que hemos hecho mal o no hemos hecho como era debido y en el fondo un éxito tiene que ver con consolidar estos aprendizajes y hacer lo correcto”, reflexiona.
Este proceso de análisis es crucial para consolidar los aprendizajes y corregir nuestro rumbo, en caso de que estuviera equivocado. En esencia, el éxito se basa en la capacidad de aprender de los fracasos y aplicar esas lecciones para mejorar.
Consejos para convertir el fracaso en éxito
Díaz Meave plantea tres consejos simples que podrían ser aplicados por cada una de las personas para convertir sus fracasos en éxito:
1 Reflexionar profundamente: es fundamental entender que un fracaso no es el fin del mundo. Los fracasos, pequeños o grandes, deben ser vistos como oportunidades para aprender y crecer.
2 Preparación mental: tener un “colchón psicológico” para el fracaso es esencial. Esto implica estar mentalmente preparados para analizar lo que hemos hecho mal y aprender de esa experiencia. Cada fracaso debe ser visto como una lección que eventualmente nos llevará al éxito.
3 Desarrollar resiliencia: La resiliencia es la capacidad de sobreponerse a las adversidades y seguir adelante. No se trata de endurecerse, sino de aprender a manejar nuestra propia sensibilidad y levantarse después de cada caída. Ser resiliente significa aprender de los errores, sanar las heridas y continuar con más fuerza.
Fracasar nos hace más humanos. Michael Jordan, considerado uno de los mejores jugadores de baloncesto de la era moderna, señalaba “(…) he fallado más de nueve mil tiros en mi carrera; he perdido casi trescientos partidos; veintiséis veces han confiado en mí para lanzar el tiro que ganaba el partido y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida, y es por eso por lo que he tenido éxito”.
La sociedad y el fracaso
Vivimos en una sociedad que celebra el éxito, pero que a menudo no nos prepara para el fracaso. Es fundamental cambiar esta perspectiva y entender que el fracaso es una parte natural del proceso de crecimiento. Al abrazar el fracaso y aprender de él, podemos desarrollar una mayor empatía, tolerancia a la frustración y, en última instancia, alcanzar el éxito.
“Hoy en día estamos viviendo en una sociedad que celebra mucho el éxito, pero no te prepara para el fracaso, no solamente personal o profesional, sino de forma general, por ejemplo, cuando termina una relación o tu empresa tiene que prescindir de ti. Me da la sensación de que, como sociedad, estamos viviendo un momento en el que la gente toma muy mal sus fracasos”, reflexiona Díaz Meave.
Cinco claves para convertir tus fracasos en éxitos, según Harvard
De acuerdo con la profesora Amy C. Edmondson de Harvard Business School, existen tres tipos de fracasos: los que son prevenibles, los que son inevitables y los inteligentes. “Estos últimos pueden ser considerados como algo bueno, ya que de ellos es de donde podrás conseguir la información más valiosa e importante para avanzar y conseguir el éxito”.
Adicionalmente, Edmondson señala cinco claves que podrían convertir los fracasos en éxitos:
1 Asumir la responsabilidad: asumir que no estamos en lo correcto es algo complicado y a veces imposible. Se necesita admitir nuestros errores para trabajarlos y encontrar una solución, de esta manera, hacer las cosas de una mejor manera en el futuro.
2 Atreverse a experimentar: los fracasos inteligentes surgen del resultado de un proceso de experimentación y de pruebas, las cuales son necesarias para crecer y alcanzar nuestras metas.
3 Construye estrategias: construir un plan ayuda a revisar en un futuro, en qué te equivocaste y de esta manera no vuelvas a cometer ese mismo error. La estrategia debe estar basada en lo que aprendiste e identificaste.
4 Entender el tipo de fracaso: Siguiendo los tipos de fracaso puedes obtener una manera más fácil de resolver y ver en qué te equivocaste. En el orden en el que se mencionó: si fue un fracaso previsible, es necesario analizar por qué no se logró el objetivo; si fue un fracaso inevitable, es necesario identificar qué fue lo que orilló a que pasara; y si fue un fracaso inteligente, es cuestión de analizar y aprender la lección.
5 Ve a la raíz: no solo hay que quedarse con identificar los tipos de fracasos, hay que encontrar cuáles son los elementos que están causando los problemas o no están funcionando. Cuando empiezas a corregir desde ahí, descubrirás lecciones de aprendizaje y cuál fue el detonante que hizo que todo se descontrole.
El fracaso no debe ser temido, dice Díaz Meave, sino aceptado como una parte esencial del camino hacia el éxito. Al reflexionar sobre nuestros errores, prepararnos mentalmente y desarrollar resiliencia, podemos transformar cada tropiezo en un peldaño hacia nuestros objetivos.
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