En Bolivia, 46 de cada 100 personas en zonas rurales no tienen acceso a saneamiento. Estas personas deben caminar entre 2 a 6 kilómetros para obtener agua para sus necesidades básicas. En este contexto, expertos expusieron los logros y desafíos de esta problemática en Bolivia.

El pasado 19 de noviembre, conmemorando el Día Mundial del Saneamiento, la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, en Cochabamba, fue el escenario del conversatorio "Transformando Vidas: Innovación, Saneamiento e Higiene para un Futuro Sostenible", el cual reunió a representantes de instituciones públicas, privadas y académicas que aportaron perspectivas y propuestas, destacando el rol crucial del saneamiento para la dignidad, la salud y el desarrollo sostenible del país.

La falta de acceso a saneamiento es un factor negativo en la salud de las personas, pero también impacta en su dignidad, explica Andrés Abasto Pereira, director en el país de Water For People, organización internacional sin fines de lucro.

"Sabemos que un futuro sostenible comienza con una base sólida: el acceso al agua limpia y a condiciones de saneamiento dignas en comunidades rurales. Cada baño construido es mucho más que infraestructura; es un espacio de dignidad, un paso hacia la igualdad y la seguridad de las niñas y mujeres en el área rural", señala.

Rubén Méndez, director ejecutivo de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento Básico (AAPS), por su parte, subraya las brechas persistentes en el acceso al saneamiento, especialmente en áreas rurales.

"En Bolivia, existe una brecha del 20% en agua potable y del 40% en saneamiento. La Constitución garantiza el derecho al agua para todos, pero la realidad de las zonas rurales dista mucho de ser ideal", dice.

Para enfrentar esta problemática, Méndez indica que la AAPS ha implementado un modelo piloto de regulación concurrente, capacitando a técnicos municipales para verificar y registrar fuentes de agua en comunidades rurales. "Con esta experiencia, hemos demostrado que podemos reducir el tiempo de regulación a tres o cuatro meses, un avance significativo para la gestión del saneamiento".

Otro tema crucial es la vulnerabilidad ante el cambio climático, que afecta los patrones climáticos y la disponibilidad de recursos como el agua.

“Esto incrementa las enfermedades transmisibles por el agua, tanto directa como indirectamente. Es fundamental abordar estos desafíos para mejorar el saneamiento y la disponibilidad de agua”, dijo y agregó que se avanza en la implementación de tecnologías alternativas de saneamiento en áreas rurales, como baños secos y ecológicos.

Mauricio Saavedra, de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Salud Ambiental del Ministerio de Salud, abordó los riesgos asociados al cambio climático en el saneamiento.

"El cambio climático afecta los patrones climáticos y, a su vez, la disponibilidad de recursos como el agua. Esto incrementa las enfermedades transmisibles por el agua, ya sea de forma directa o indirecta", aseguró.

Saavedra enfatizó que la falta de saneamiento adecuado contribuye al brote de enfermedades como el dengue, malaria y hepatitis, afectando especialmente a los más vulnerables. "La prevención mediante un buen sistema de saneamiento y acceso a agua de calidad es crucial para evitar estas tragedias".

Saavedra remarcó que, entre las vulnerabilidades más importantes están las enfermedades de transmisión directa, como el cólera, la fiebre tifoidea, la gastroenteritis y las diarreas que afectan principalmente a las personas de tercera edad y los niños.

Las enfermedades transmitidas por vectores son otro problema grave. “El agua puede ser una vulnerabilidad o una fortaleza. Una mala limpieza por falta de agua adecuada significa mayor riesgo de enfermedades. La contaminación industrial también afecta la disponibilidad de agua potable. Iniciativas como la reutilización o reciclaje de agua en zonas urbanas son fundamentales para enfrentar estas futuras situaciones”.

Soluciones inteligentes

Desde el ámbito privado, Juan Carlos Escobar, gerente de Aquakit, advirtió sobre los retos del crecimiento urbano y la necesidad de establecer sistemas de reciclaje de aguas grises para luchar contra la escasez de agua. Explicó que con proyectos que incluyen plantas descentralizadas de tratamiento de aguas residuales, Aquakit demostró la viabilidad de tecnologías locales.

“Un ejemplo clave fue la microplanta instalada en Cochabamba, que purifica más de 20,000 litros de agua diarios y mejora la calidad de vida en una urbanización cercana al río Rocha. Estos ejemplos pueden replicarse en áreas rurales y urbanas donde el saneamiento básico es crucial", afirmó.

Saraí Rosales, responsable de proyectos de Construcción Civil y Saneamiento Ecológico Sostenible (CONSES), por su parte, introdujo el trabajo de su empresa en la implementación de inodoros ecológicos.

Explicó que sus inodoros cuentan con un sistema descentralizado que separa los residuos líquidos de los sólidos, “proporcionando comodidad y eficiencia, especialmente en áreas rurales”. Estos sistemas incluyen cámaras solares que deshidratan las excretas y permiten aprovechar nutrientes en cultivos, fomentando un ciclo sostenible de uso de recursos.

“Actualmente, el 44% de las familias en las zonas de acción de la empresa ya tienen saneamiento ecológico digno, aunque aún queda un 66% por alcanzar. Nuestro objetivo es continuar desarrollando mejoras junto con otras empresas para llegar a más familias, proporcionando una vida más digna y evitando la exposición a enfermedades, que lamentablemente es muy común en áreas rurales”, puntualizó.

Un llamado a la acción colectiva

Rolando López, vicerrector de Unifranz, cerró el conversatorio con una reflexión integral sobre la relación entre saneamiento, salud y productividad. "El saneamiento no solo afecta la salud física, sino también la salud mental. La falta de acceso a instalaciones dignas genera una carencia emocional que afecta el desarrollo, especialmente de las mujeres".

López abogó por la reutilización de aguas grises para riego y la incorporación de certificaciones ambientales en los hogares. También instó a tomar acciones desde la educación.

"No debemos esperar que el Estado resuelva todos los problemas. Desde las universidades podemos transformar mentalidades y empoderar a nuestras comunidades para hacer frente a estos desafíos", dijo.

El conversatorio dejó claro que el acceso al saneamiento en Bolivia requiere un esfuerzo conjunto. Mientras que iniciativas como las de Water for People, CONSES y Aquakit ya están marcando la diferencia, aún queda un largo camino para cerrar las brechas en zonas rurales y enfrentar los efectos del cambio climático.

"Garantizar el acceso al agua y saneamiento es más que una necesidad; es un derecho fundamental que asegura dignidad, salud y desarrollo para todos", resumió Rubén Méndez.

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