Entender y trabajar con los diferentes tipos de inteligencia es crucial en la educación, ya que cada individuo posee un conjunto único de habilidades y sensibilidades. Según el psicólogo Howard Gardner, nuestras mentes se inclinan hacia diferentes capacidades, lo que requiere estrategias de enseñanza diversificadas y personalizadas.

“El avance en el ámbito educativo se sostiene en los postulados propuestos por la teoría de las inteligencias múltiples, los estudios sobre neuroeducación y las nuevas tecnologías vinculadas al aprendizaje. A partir de esta teoría es posible aplicar pruebas para saber cuántos alumnos son visuales, auditivos o kinestésicos y, de acuerdo a ello se puede abordar de manera personalizada la enseñanza”, indica James Robles, coordinador del Instituto de Neurociencias (INU) y director de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Según la teoría de las inteligencias múltiples, las personas tienen varios tipos de inteligencias, aunque no todas se desarrollan del mismo modo.  El perfil de inteligencia, que se logra a partir de la realización de un test, determina cuáles predominan en cada individuo. Esta información será elemento esencial de trabajo para el docente al momento de desarrollar la clase.

Inteligencias múltiples

Gardner plantea que hay ocho tipos de inteligencias asociadas a distintas capacidades cognitivas de los seres humanos:

 Lingüística

 Lógico-matemática

 Visual - espacial

● Musical

 Cinética-corporal

 Naturalista

● Intrapersonal

● Interpersonal

El perfil de inteligencia de los estudiantes facilitará, según Robles, la utilización de distintas estrategias, materiales y recursos didácticos para el aprendizaje del estudiante. Por eso mismo, es importante conocer, de la forma más aproximada posible, cuántas y cuáles son las inteligencias que caracterizan a cada uno de ellos en el aula.

Seis claves para trabajar las inteligencias múltiples

La aplicación de la teoría de las inteligencias múltiples en el ámbito educativo implica una mayor diversificación de las estrategias educativas y de los materiales didácticos, y una mayor personalización de la enseñanza. Aquí se presentan seis consejos para implementarla en el aula:

1. Valorar las inteligencias de los alumnos

Conocer cuáles inteligencias predominan en los alumnos permite llegar mejor a ellos. Al apoyarse en las inteligencias más desarrolladas, los estudiantes ganan autoconfianza y resulta más fácil trabajar las demás.

2. Diversificar los contenidos y las estrategias didácticas

Es fundamental preparar la clase y diseñar los materiales para trabajar todas las inteligencias. Se debe optar por un tratamiento transversal de los contenidos y enfocarlos desde distintos ángulos.

3. Innovar en las metodologías

El aprendizaje colaborativo, el trabajo por proyectos, el aprendizaje basado en juegos o la flipped classroom permiten desarrollar las inteligencias de forma integral.

4. Apostar por el aprendizaje activo y real

Fomentar el aprendizaje basado en la práctica. Diseñar o buscar actividades que trabajen todas las inteligencias y donde el aprendizaje esté asociado a situaciones reales.

5. Utilizar las TIC

Las nuevas tecnologías permiten usar múltiples lenguajes, herramientas y soportes en las clases, y desarrollan la competencia digital de los alumnos.

6. Evaluar desde las inteligencias múltiples

Proponer diversos tipos de actividades, pruebas y evaluaciones para que los alumnos tengan múltiples opciones para demostrar lo aprendido.

Según Robles, un docente se convierte en neuroeducador cuando comprende cómo funciona el cerebro, permitiendo así que los estudiantes logren aprendizajes significativos.

"El reto de los docentes es que, prácticamente, conozcan cómo funciona el cerebro para que a partir de ello puedan enseñar mejor. Todos somos buenos en algo y todos podemos aprender", concluye el experto.

Lea también

Educación y sociedad

La teoría no basta, las empresas buscan experiencia y práctica en nuevos profesionales

La práctica dota a los profesionales de habilidades para resolver problemas, versatilidad y la capacidad de encontrar soluciones creativas adaptadas a los entornos en los que operan.