La pandemia le permitió experimentar con nuevos materiales. Alzó algunas llantas desechadas y se dedicó a experimentar con ellas. Sandro Arellano, artista plástico y docente, se sorprendió por la resistencia del material. Los polímeros, explica, le dan gran durabilidad a las esculturas.

Poco a poco, su taller adquirió una apariencia diferente. Los dinosaurios y aliens inundaron los espacios. "El tiempo que nos regaló la pandemia lo usé para experimentar y transformar las llantas desechas en esculturas", confiesa.

Gracias a la tecnología, mostró su arte en el programa 'Aquí Estoy' que se difunde a diario por EL DEBER Radio. Orgulloso de su trabajo, compartió con Linda González su gran sueño: contar con su propio parque de esculturas ecológicas.

Para ello, busca materiales desechados. Incluso, revela, compra las llantas a los bicicleteros para que no las voten a parques o veredas. De este modo, incide en una problemática de todos al cuidar el medioambiente con la filosofía de las tres 'r': reciclar, reutilizar y reducir.

Precisamente, su arte arranca con la reutilización de las llantas viejas para combinarlas con fibra de vidrio y resina de plástico. El resultado, gracias a la firmeza de los polímeros "es muy duradero; resisten al sol, al agua. Tienen una garantía de hasta 30 años", explica Arellano.

"Es un trabajo costoso" puntualiza. Aún así, sus dinosaurios causan furor en los más chicos. Éstos, no dudan en subirse sobre ellos y jugar con las figuras. Sus obras "se centran en cosas que gustan a los niños" mientras aguarda que puedan encargarle la ejecución de obras a pedido.