Los precios de la hoja de coca y de la cocaína boliviana son muy superiores a los mismos productos de Perú. En 2020, el precio del kilo de la cocaína en Bolivia llegó a 2.600 dólares, mientras que la dePerú llegó a valer 1.310 dólares. En el caso de la hoja de coca, las diferencias de precios son más grandes: en 2021 la coca boliviana -en especial la de Yungas- valía nueve veces más que la peruana, lo que afecta todavía a los productores del arbusto milenario.

El Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) presentó el estudio ‘Economía del narcotráfico: desinstitucionalización y políticas en Bolivia’, En la investigación se aborda, entre varios ejes, la producción, precios y comercialización de la hoja de coca y de la cocaína. 

Se muestra comparaciones con Perú y los datos que recoge el texto son de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) y de los informes anuales para la Estrategia Internacional de Control de Estupefacientes del Departamento de Estado de los Estados Unidos (Incsr, por sus siglas en inglés), que es un trabajo realizado por el gobierno de Estados Unidos.

“Es preciso apuntar que el volumen de coca comercializada en los mercados autorizados tuvo un comportamiento irregular: de 2004 a 2015 se registró un incremento del porcentaje de coca vendida en mercados autorizados, pasando del 14% al 60%-75%31, pero desde 2016 se verifica una tendencia a la baja, pasando del 54%-67% a solo el 43%-53%. Esto puede significar que una parte relevante de la producción se comercializa irregularmente y que probablemente sea destinada al narcotráfico”, dice el informe sobre la comercialización y los precios de la hoja de coca.

El precio de la hoja de coca en los mercados autorizados -Villa Fátima, en la ciudad de La Paz, y Sacaba, en Cochabamba- tuvo hasta 2019 un comportamiento constante al alza, verificándose su caída recién en los dos últimos años, aunque con precios superiores a los de la década anterior. 

El nivel más alto se dio en 2018 y 2019, con 12,5 dólares por kilo, equivalente al triple del precio de los años 2005 a 2007. La información de la Unodc fue cambiando entre 2003 y 2010 según los distintos lugares de venta; desde 2011 solo se consideró el promedio ponderado en los mercados de coca autorizados. “Un fenómeno relevante que debe enfatizarse aquí es que el precio promedio de la hoja de coca en los últimos años es sensiblemente superior al precio registrado en Perú.

En 2021, el precio promedio de la coca en Perú fue de 1,77 dólares por kilogramo como promedio nacional, aunque a fines de diciembre alcanzó apenas a 1,3 dólares por kilogramo. En todo caso, son precios mucho menores que los que se pagaba como promedio en los Yungas y el Chapare en el mismo año: 9,9 dólares por kilogramo y 5,8 dólares por kilogramo, respectivamente”, establece el informe.

El documento muestra que también hubo precios incluso muy por debajo en algunas zonas estratégicas de Perú. Por ejemplo, en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) el precio en diciembre de 2021 fue de 0,72 dólares por kilogramo; en el corredor amazónico, de 0,93 dólares por kilogramo; en Huallaga, de 1,21 dólares por kilogramo, lo que muestra que la brecha entre el precio de la coca peruana y la boliviana es todavía mayor. La investigación, para conseguir precios de la coca peruana, tomó datos de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) de Perú.

Más bajo

El valor de la hoja de coca peruana se mantiene a un costo más bajo que la boliviana y se convirtió en la materia prima preferida para la elaboración de cocaína. Esta hoja ingresa al país por al menos diez rutas y son siete municipios de los departamentos de La Paz y Pando que la reciben para luego trasladarla a otras regiones, principalmente al trópico de Cochabamba y la región de Beni. En la capital cochabambina también se encuentra coca peruana para consumo de masticado.

La Dirección General de la Hoja de Coca e Industrialización (Digcoin) realiza varios operativos para evitar que la coca peruana ingrese al país. En el Viceministerio de Defensa Social existen informes de los municipios que reciben la coca peruana: Desaguadero, Copacabana, Puerto Acosta y Pelechuco, en La Paz; Cobija, Filadelfia y Puerto Gonzalo Moreno, en Pando.

En estos municipios la coca peruana se queda por poco tiempo. Los paquetes ingresan en buses, vehículos y hasta por las lanchas, en la zona del lago Titicaca. Los contrabandistas utilizan vías alternas y omiten los controles.

Efectos del narcotráfico

El investigador del Cedla, Carlos Arze, quien es autor del estudio, aseguró que el narcotráfico no sólo tiene implicaciones en la economía, sino también en la política y la sociedad boliviana, además de producir efectos en “otras actividades legales e ilegales con la intención de borrar sus huellas”.

El estudio realizado por Arze muestra que los ingresos por exportación de cocaína estarían entre el 26% (1.843 millones de dólares) y el 41,3% (2.880 millones de dólares) de las exportaciones legales registradas el año 2020 (6.974 dólares), dependiendo del precio de comercialización en frontera.

En el documento se detallan también los precios de la cocaína boliviana y se la compara con la producida en Perú. En 2016, el kilo de clorhidrato de cocaína, que es la cocaína cristalizada, costaba en Bolivia 2.500 dólares, mientras que en Perú el mismo producto estaba en 2.000 dólares.

La brecha se agrandó mientras pasaron los años. En 2020, el kilo de clorhidrato de cocaína en Bolivia costó 2.600 dólares, mientras que en Perú bajó a $us 1.310, la mitad referente a la boliviana. En el caso de la pasta base de cocaína pasó algo similar. En 2016, el kilo de pasta base de cocaína costaba en Bolivia 1.200 dólares, mientras que en Perú la misma droga estaba en 750 dólares.

Esos precios cambiaron mientras pasaron los años. En 2019, el kilo de pasta base de cocaína en Bolivia aumentó a 1.500 dólares, mientras que en Perú solo llegó a valer 798 dólares.

“La diferencia de precios de la pasta base de cocaína entre Bolivia y Perú ha crecido desde el 60% hasta cerca de un 88% entre 2016 y 2019. En el caso del clorhidrato, este aumentó del 25% al 98% en 2020. Esta situación, agravada recientemente por la caída de precios de la hoja de coca y de la pasta base en Perú, habría elevado la importancia de Bolivia como país de tránsito. 

También habría aumentado para Bolivia la posibilidad de hacer más rentable la producción de cocaína refinada con pasta base más barata; es decir, le permite tener un creciente papel de productor”, dice parte del informe del Cedla.

Recientemente se realizaron operativo antidroga en varias zonas del trópico de Cochabamba. En esas zonas, según policías, se encontró pasta base de cocaína producida en Perú.

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