Partidazo. Blooming y Wilstermann se turnaron para dominarse, tuvieron opciones claras de gol, y los arqueros fueron fundamentales para que uno goleé y otro mastique bronca. Braulio Uraezaña atajó dos mano a mano contra Jefferson Tavares, y Bruno Poveda cometió dos errores infantiles sobre el final del partido.

Blooming tuvo un inicio abrumador. La academia celeste dominó y sometió a Wilstermann durante todo el primer tiempo. Los volantes del cruceño fueron impredecibles, y atacaron en bloque. Guilmar Centella, Fernando Arismendi y Pedro Siles fueron muy incisivos y buscaron con pelotas filtradas y habilitaron a los laterales.

Denilson Durán y Miguel Becerra profundizaron bastante, y ellos enviaron varios centros que no fueron conectados por los delanteros de Blooming.

En ese dominio, la academia celeste reclamó un posible penal al minuto 6. Centella desbordó, pisó el área y cuando quiso deshacerse de Marvin Bejarano, el lateral del rojo lo cruzó. Tanto el juez Vladimir Rueda, como el VAR entendieron que el cruce se produjo después de que Centella pierda el equilibrio. No se cobró la pena máxima.

Wilstermann se defendió como pudo. Empezó con línea de 5 y sin delantero centro, pero sus intentos no fueron suficientes para frenar las embestidas cruceñas.

Blooming fue más, y en la búsqueda logró que le cobren un penal al minuto 21. César Menacho dominó la pelota y sacó el centro en el mismo movimiento. El envío del delantero fue cerca de la línea de fondo, dentro del área, y bloqueado con la mano derecha de Gonzalo Castillo.

El central cruzó con la pierna, pero levantó su mano de manera insólita. Penal claro, que fue cambiado por gol. El mismo César Menacho, que anda dulce con el gol, remató rasante e hizo festejar al Tahuichi. Con el 1-0, Blooming trató de mantener la intensidad, pero Wilstermann buscó la forma de ponerle freno.

En el cierre del primer tiempo se lesionó el arquero Pipo Giménez en Wilstermann, y Gastón Ramondino aprovechó para meter en cancha a Bruno Poveda al arco y a Jefferson Tavares en la ofensiva. El rojo, con un referente ofensivo, pudo alejar la pelota de su arco, y bajarle las revoluciones al rival.

El segundo tiempo comenzó caliente. Hubieron muchos choques, infracciones y reclamos entre jugadores y árbitros.

En esa vorágine de desorden, Wilstermann encontró una posibilidad clara de empatar que fue desperdiciada por Marvin Bejarano. El rojo había enviado un centro llovido al área, la defensa celeste lo despejó a medias, y la pelota le cayó al lateral Bejarano en el vértice derecho del área chica. Con tiempo y espacio, el remate de Marvin salió muy desviado y se salvó Blooming.

Wilstermann le devolvió las gentilezas a Blooming, y dominó al local con la pelota en el piso, toques veloces y juego ofensivo. A esto se sumó la imprecisión celeste, que hizo tambalear su crecimiento dentro del campo de juego.

Carlos Bustos no se anduvo con vueltas. Tras verse superado en todas las facetas, metió tres cambios al minuto 63. Sacó a Pedro Siles, Guilmar Centella y Samuel Garzón, para poner a Héctor Suárez, Richard Spenhay, y Juan Carlos Arce.

Los cambios surgieron efecto de manera inmediata. Los celestes robaron la pelota, y se instalaron en campo rival con dominio y asedio constante. Arce manejó los hilos del equipo, y Spenhay fue incansable con la presión en el mediocampo.

Al 73 Braulio Uraezaña se hizo figura. El arquero de Blooming ahogó el festejo cochabambino con un achique ante el mano a mano con Jefferson Tavares. El brasileño recibió en soledad dentro del área, pero no pudo ante el arquero. El remate fue despejado de manera milagrosa por el ‘1’ cruceño.

El partido era de ida y vuelta, pudo ser para cualquiera, pero Bruno Poveda se visitó de villano para Wilstermann. El joven arquero entró desde el banco de suplentes tras la lesión de Pipo Giménez y tuvo dos errores groseros.

Al minuto 80 trató de salir jugando ante la presión de César Menacho, y su intento de pase fue bloqueado por el delantero cruceño. Tras el rebote, la pelota se metió lentamente al arco y fue el 2-0.

Luego, al minuto 81 cayó el 3-0 con el segundo error de Poveda. Juan Carlos Arce había enviado un centro llovido que se desvió en un defensor, y Bruno dudó con uno de los defensores que tenía cerca. Ninguno se hizo cargo para despejar la pelota, y en esa confusión, el balón pegó en los tobillos del arquero. El rebote fue favorable a Fernando Arismendi, y este remató con facilidad para anotar el tercer tanto.

Al final fue fiesta. La hinchada celeste cantó, gritó y hasta le dedicó el “ole” a los jugadores de Wilstermann. Con la victoria, los celestes trepan a la segunda posición del torneo Clausura, sumando 6 unidades en tres partidos jugados. El sábado, la academia volverá a jugar en condición de local, ante Tomayapo.