Práctica por la tarde en el Monumental Banco Pichincha y ante miradas que se clavan en el bus que transporta a la Verde, los jugadores se alistaron para la última práctica previo al partido ante Ecuador (20:00 hb). No hubo atención a la prensa porque se trabajó en los generadores de energía y para evitar “riesgos” era mejor que no entren “externos”, se informó. En esa última práctica solo se repasó lo indicado; el once está listo.

Óscar Villegas, fiel a su estilo, no habló del equipo (“por qué le voy a entregar armas al rival”) y prefirió centrarse en las caras de ilusión y de desafío que ha percibido en sus jugadores. La mayoría, por primera vez, jugará de entrada en esta nueva era. Bajar del bus e ingresar al Monumental fue bueno para ir tomando contacto con lo que se encontrarán hoy. En el trayecto, se sintió cómo se clavaban las miradas ecuatorianas.

En las afueras, los vendedores de camisetas hacían su agosto, mientras el personal de logística de la FEF colocaba las vallas por donde ingresarán los espectadores. Todo esto en una calurosa tarde guayaquileña, que recibió así a la selección, con humedad tremenda (hoy rondaría el 75%) ya que el río Guayacá está prácticamente al frente del Banco Pi[1]chincha que vuelve a ser sede de uno partido de eliminatorias.

Aunque el DT ha preferido la incógnita, el equipo que se viene manejando lo conforman ‘Billy’ Viscarra; Yomar Rocha, Efraín Morales, René Barbosa (Ervin Vaca) y José Sagredo; Héctor Cuéllar, Gabriel Villamil y Adalid Terrazas; César Menacho y Luis Paz; Enzo Monteiro. De los habituales titulares, solo Viscarra, Sagredo y Villamil resaltan, aunque a este grupo se puede sumar Héctor Cuéllar que vuelve al once.

Luego de la práctica y en medio de un tráfico infernal, el bus em[1]prendió retorno, lidiando en muchas avenidas con la falta de semáforos ya que como no hay estabilidad de energía, se cortan en diferentes sectores de la ciudad. Ya entrada la noche volvieron al hotel Sheraton, que quebró su silencio con la llegada de una familia de bolivianos que gritaron “Vamos Bolivia” al momento de llegar y saludar a René Barbosa.

Los jugadores, tras la cena, ya no salieron. Eso sí, algunos que caminaron por recepción, aten[1]dieron cortésmente los pedidos de fotos que le hicieron varios hinchas. Los bolivianos saben de la importancia de este partido y es por eso que están optimistas de hacer una buena presentación. Es una especie de “selección fantasma”, porque Sebastián Becaccece reconoció que le ha costado descifrar a Villegas por sus jugadores que buscó en redes y no encontró.

Esta Bolivia ha logrado hacer de sus debilidades su fortaleza y así logró avanzar hasta el séptimo puesto, con 12 puntos, uno me[1]nos que su ocasional rival. Si Bolivia hoy da el batacazo en Guayaquil, su camino hacia el objetivo, seguirá siendo mejor. El reto está.