Viven en Moscú y desde el momento en que se enteraron que el Mundial iba a aterrizar en Rusia, se entusiasmaron. Gustavo Velásquez es de Santa Cruz, y Freddy Zurita, de Chuquisaca. Los dos son estudiantes, el primero hace una maestría en Contaduría, y el segundo estudia Petróleo (así se llama su carrera). “El Mundial lo vengo preparando desde noviembre”, comentó Gustavo.

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Con ellos salimos a conocer Moscú y lo que se vive en torno a la Copa. Hablan ruso y leen sin inconvenientes el alfabeto cirílico. “Costó aprenderlo, hay que estudiar bastante”, añadió Freddy que está en Rusia desde hace tres años y que en su momento tuvo que incluso salir a Turquía para poder renovar su visa. Dice que está bien y disponible para estar dos años más que es el tiempo para finalizar su carrera.

Gustavo, expectante de cómo lucirá en Luzhniki dentro de poco. Foto: Fuad Landívar (Moscú)

El recorrido lo comenzamos desde la estación Orejobo, primero hasta el estadio Luzhniki donde se inaugurará el Mundial y luego hasta la Plaza Roja. Hubo parada previa en el teatro más importante en Moscú y luego en el monumento a Carlos Mark. Se conocen de memoria la ciudad, van y vienen sin problemas por buses, metros y taxis y hasta han optado por acreditarse al FIFA ID para vivir a pleno el Fan Fest.

El paseo con dos bolivianos por una ciudad que respira fútbol. Foto: Fuad Landívar (Moscú)

En la Plaza Roja se sienten como en casa y admiten no haber vivido antes la adrenalina que le inyectan los fanáticos de las diferentes selecciones aglomeradas en el lugar. Se sacan ‘selfies’, transmiten en vivo y hasta cargan su propio trípode como en el caso de Gustavo. Han quedado sorprendido con el IBC donde están instaladas las grandes cadenas que transmitirán el torneo y con la locura de los argentinos y peruanos.

Cada pregunta tiene una respuesta de lo llamativo que es Moscú. Las fiestas en los barcos por el río Moscova que atraviesa la ciudad e incluso cómo reaccionan los policías ante sucesos en que se requiere utilizar la fuerza. Conocen mucho de la cultura rusa y del ruso en sí, de sus reacciones, de sus gustos (por el vodka y el hockey sobre hielo) y de sus mujeres (“serias para conquistarlas”), sonríen.

Gustavo salió profesional en Santa Cruz pero cuenta que siempre le interesó estudiar en otro país. “Y cuando se me presentó la oportunidad de venir para Rusia, no lo dudé”, dice. Aprendió el idioma tras tiempo de estudio y hoy vive en una residencia de su universidad. Lo mismo le sucedió a Freddy que además del ruso habla el inglés sin problemas. “No he vuelto a Bolivia desde que me vine”, comentó.

Un paseo con Freddy (primero de la izquierda) y Gustavo (primero de la derecha). Foto: Fuad Landívar (Moscú)

Están dispuestos a vivir el Mundial de cerca y es por ello su apego a los lugares de concentración de fanáticos. Tienen que recorrer distancias de más de una hora para estar cerca de la fiesta. Anticipan que el calor llegará en los próximos días y advierten a los que recién llega que la noche cae recién desde las 22:00 y que el día comienza a las 3:30. “Con el tiempo uno se acostumbra”, añadió Gustavo. El Mundial también es de los bolivianos que viven en este país.