Los ajustes de cuentas en la cúpula del Bayern Múnich tras una temporada agitada continuaron el lunes, con el histórico Uli Hoeness valorando que la contratación de Oliver Kahn como patrón fue un error.

"Incluso si hubiéramos ganado tres títulos" añadiendo al conseguido campeonato la Copa y la Liga de Campeones, "habríamos reaccionado de la misma manera" y despedido a Oliver Kahn, "la decisión debía tomarse", declaró el presidente de honor del club a la revista Kicker.

A sus 71 años, Uli Hoeness sigue siendo la personalidad más influyente en el seno del Bayern, del que es miembro del consejo de supervisión, institución de control que apartó el sábado a Kahn de la presidencia del directorio y a Hasan Salihamidzic de su puesto de director deportivo.

Al ser preguntado sobre si fue un error traer a Oliver Kahn para reemplazar a otro icono del club, Karl-Heinz Rummenigge, Hoeness respondió: "A posteriori es preciso convenir que fue el caso".

"La gran decepción se debe a que pensé que su personalidad sería suficiente para ocupar el puesto, pero en lugar de eso se rodeó de consejeros" externos que han contribuido a propagar "una atmósfera catastrófica" en el seno del club, valoró Uli Hoeness.

Oliver Kahn, bajo contrato hasta finales de 2024, no solo fue despedido a finales de la pasada semana, sino que también se le prohibió asistir a la última jornada de campeonato el sábado en la que el Bayern ganó in extremis un undécimo título consecutivo, gracias a la mejor diferencia de goles sobre el Borussia Dortmund.

La razón es que Oliver Kahn habría entrado en un gran estado de ira al conocer su despido.

El lunes, en el diario Bild, el propio Kahn negó tener un balance catastrófico a la cabeza del club, justificando los problemas del Bayern por la complicada transición después de la pérdida del goleador polaco Robert Lewandowski y la marcha de la dirección operacional del club de los iconos Rummenigge y Hoeness.

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