La destreza futbolística volvió a Marcelo Gomes, que en este inicio de 2018, en San José, mostró destellos del juego rápido y desequilibrante que expuso en su paso por Aurora (2010), Universitario (2006-2009) y San José (2012-2014).

El volante ofensivo brasileño -naturalizado boliviano- ha superado la larga etapa de recuperación por la que tuvo que pasar a raíz de una lesión que sufrió en la rodilla derecha, que lo tuvo inactivo entre julio de 2014 y junio de 2015. Una prueba de que Gomes está de vuelta y con ganas de demostrar su vigencia es el golazo de larga distancia que marcó en el empate (1-1) ante The Strongest, disputado en La Paz el viernes 2 de febrero.

Con 15 años en el fútbol nacional, el ‘Chelo’ mira con otros ojos esta etapa de su vida futbolística, que tuvo de todo, inclusive haber jugado el año pasado con el equipo de reserva de San José (ante Bolívar, el 17 de septiembre), por decisión del ex técnico argentino Néstor Clausen, con el objetivo de que fuera ganando minutos de juego y, sobre todo, confianza.

Marcelo no se cansa de agradecer siempre a Dios y a su familia porque recibe permanente impulso anímico para seguir y no pensar en la despedida.

A sus 36 años, este zurdo, nacido en Río de Janeiro, no tiene fecha de caducidad; al contrario, está concentrado en asentar la sociedad ofensiva con Carlos Saucedo para lograr juntos otra racha de goles para la ‘V’ azulada.

¿Cómo te evalúas en este segundo ciclo en San José?

De menos a más. Como todos saben, empecé de cero. Después de no tener continuidad en Universitario, me costó mucho ganar ritmo futbolístico. En San José, poco a poco estamos sumando más minutos y confianza.

Al margen de los problemas económicos en Universitario, que te animaron a decidirte por San José, ¿fue acertada la idea de volver a Oruro?

En Universitario no estuvimos bien en lo grupal ni en lo dirigencial, teníamos muchos problemas. Por eso creo que fue una decisión correcta volver.

¿En qué hay que trabajar un poco más para seguir siempre vigente?

Falta. Sabemos que es complicado volver de una lesión a lo que era antes. No tener continuidad también complica. Con el profesor (Julio César) Uribe no tuve la continuidad que quería y eso me costó un poco. Siempre estoy entrenándome a full, tratando de hacer el fortalecimiento que venía haciendo en Sucre, eso me ayuda a mantenerme.

¿Has adoptado alguna rutina especial para no tener que volver a recaer en tus lesiones?

Tengo que hacer el fortalecimiento tres veces a la semana, si no es en un gimnasio lo realizo en el complejo del club.

La familia, su pilar principal. Marcelo, con su esposa, Daniela Rocabado, y sus tres hijos: Sophia (5), Joaquim (4) y Raphaella (9). Son su principal fuente de inspiración y fortaleza para que este brasileño, de 36 años, no haya abandonado el fútbol.

No debe haber sido lindo que Néstor Clausen te hubiera mandado al plantel de reservas, ¿cómo recibiste la noticia y qué pasó por tu cabeza el día que te lo dijeron?

Paso un montón de cosas por la cabeza, pero nosotros como futbolistas debemos acatar lo que decide el entrenador. Él me quería ver en la reserva para que gane minutos y ritmo futbolístico, y  me sirvió bastante, tanto que para el siguiente partido frente a Real Potosí me puso de titular y marqué un gol.

Sin embargo, eso es parte de tratar de volver a plenitud en el fútbol...

Empezar de cero te da otra mentalidad, te hace ver muchas cosas que no habías visto antes y ahora tienes que hacer. En un medio futbolístico, el jugador siempre aprende, y creo que uno como jugador nunca termina de aprender cosas.

Siempre se escucha decir que el futbolista jamás termina de aprender, ¿hay algo que a vos te cuesta?

Saber escuchar más a los entrenadores. Creo que eso uno aprende, y en un medio futbolístico nosotros también debemos escuchar bastante.

La llegada de Eduardo Villegas te ayudó a recuperar ese plus de confianza que te faltaba, ¿qué influyó?

El profesor Villegas me está dando continuidad, algo muy importante para un jugador porque eso da mucha confianza, principalmente dentro de la cancha; eso me ayuda bastante. Hicimos también una buena pretemporada con el profesor Jaime Jiménez, que fue favorable.

Se nota que estás volviendo a reactivar una dupla con Carlos Saucedo, ante El Nacional se volvieron a reencontrar en una jugada de gol...

Desde 2012, 2013, 2014 venimos jugando juntos, nos conocemos bastante. Sabemos de sus movimientos, de donde quiere que le llegue la pelota, eso facilita bastante. Con la continuidad que me está dando Villegas estamos jugando más minutos juntos, y gracias a Dios las cosas nos están saliendo muy bien. Infelizmente no pudimos pasar ante El Nacional, y a partir de ahora solo debemos mentalizarnos en el Apertura.

¿Te ves pronto repartiéndote goles, como fue en tu primera etapa con San José?

Ojalá que sí, por el momento Carlos está con los goles y yo haciendo mi parte con los pases; esperemos que de ahora en adelante podamos seguir festejando más goles juntos para San José.

¿Qué valorás de Saucedo?

Su entrega, su humildad, el manejo de grupo, eso es muy importante en un equipo, tener jugadores de experiencia y un goleador como él, es clave.

La pose del brasileño. Marcelo Gomes sale corriendo a festejar con la hincha de San José uno de sus tantos goles marcados con esta camiseta. El brasileño es figura en el conjunto orureño y querido por los seguidores de este equipo.

Después de cada partido, ¿qué tipo de análisis hacés?

Depende. Por ejemplo: después del partido contra El Nacional, uno sale un poco caliente por el resultado y ese rato no tiene cabeza para analizar nada, pero al día siguiente es mucho más fácil. Veo el partido, las jugadas que fallamos, lo que hicimos bien y lo que hicimos mal.

En el último tiempo San José no ha podido ganar títulos y la semana pasada tampoco pudo avanzar en la Copa Sudamericana, estando cerca ¿por qué le está costando tanto lograr objetivos mayores?

Uno trata de dar todo en cada partido. En la instancia importante uno trata de dar lo mejor, pero a veces las cosas no salen. Infelizmente no nos está saliendo en un momento importante de un partido o de pasar una fase, no sé si es por la falta de experiencia, pero hay algo que nos falta siempre; son detalles que se nos escapan de las manos. Sabemos que en un equipo cuando uno gana, ganan todos, y cuando pierde uno, también pierden todos. Son detalles que hay que corregir para que no vuelvan a suceder en otros partidos importantes.

¿Será el factor suerte también?

No sé si es suerte. Ante El Nacional perdimos oportunidades de gol, no pudimos concluirlas y en una distracción nos hicieron el gol, eso nos complicó bastante. Para mí, son detalles de atención, distracción, en eso nos hace falta trabajar mucho.

¿Hasta dónde puede llegar el San José de ahora?

Tenemos buen equipo y buenos jugadores, pero va a depender mucho lo que hagamos dentro de la cancha: nunca bajando los brazos y manteniendo el nivel que estamos mostrando en estos primeros partidos. Nosotros tenemos más por aportar al equipo, porque el objetivo es clasificar a un torneo internacional.

¿Puede influir en los jugadores la eliminación de la Copa Sudamericana?

Ojalá que no. Tenemos que volcar la página, pensar más en la Liga y conseguir un cupo para un torneo internacional nuevamente.

En una entrevista mencionaste que no querías volver a repetir lo sucedido en Bolívar (2011), con las lesiones, pero esa pesadilla volvió estando en Wilstermann en 2014...

Fue una de las peores etapas de mi carrera porque estando sin jugar y escuchando las cosas que dijeron los propios dirigentes y médicos de Wilstermann, fue bastante duro. Pero uno tiene confianza y fe para que las cosas siempre mejoren. Tuve la fortaleza y Dios puso a mucha gente amiga en mi camino para mí en la recuperación, y estoy acá de vuelta.

¿Qué diagnóstico te dieron en Cochabamba?

Supuestamente tenía desgaste de los cartílagos, así que no podía jugar, me dijeron que tenía una rodilla de una persona de 80 años, que era imposible que vuelva a jugar. Había sido totalmente falso. Fui a Argentina, donde  uno de los mejores médicos de Sudamérica, Jorge Batista, de Boca Juniors, me dijo que era fortalecimiento lo que debía hacer para volver a las canchas.

El día que pasó a la reserva. El técnico argentino Néstor Clausen mandó a Marcelo Gomes a jugar con el equipo reserva en un partido ante Bolívar (17 de septiembre de 2017). En ese encuentro anotó un gol, junto a Abdón Reyes, que hizo un doblete.

¿Qué tratamiento hiciste para volver a jugar?

Mantener una recuperación constante que me dieron en Universitario, además del fortalecimiento toda la semana. Todo eso fue fundamental para que no vuelva a lesionarme de la rodilla. Más que todo, fue trabajo de gimnasio y bastante fisioterapia. Después de la lesión fue un entrenamiento aparte, fuera de la cancha, eso fue fundamental para que volviera a jugar, si no fuera por eso no estaría jugando ahora.

¿Cómo fue tu salida de Wilstermann, te quedaron debiendo algo?

Me deben una parte que hablé con Fabol (Futbolista Agremiados de Bolivia), que no me solucionó totalmente lo que falta ($us 7.000). A ver qué me dice el Dr. David Paniagua, porque la última vez que hablé con él me dijo que se nos había descontado de los alquileres, de las facturas que deben presentarse con los clubes. En una demanda estaba estipulado el valor y creo que debía cumplirse.

¿Está en agenda la fecha de retiro de Marcelo Gomes?

Está cerca. Mientras esté bien de salud y de forma física, vamos a seguir jugando, después seguramente vamos a pensar en colgar las chuteras para luego analizar lo que haremos más adelante. En dos años vamos a ver qué pasa.

¿Cómo te ves de aquí a 10 años?

Puede ser algo relacionado con el fútbol, eso sería lo más probable, lo estamos analizando.

¿Qué se siente haber trascendido en la historia de Aurora, Universitario y San José?

Es una alegría inmensa, porque quiere decir que uno hizo las cosas bien donde estuvo. Fui parte de logros importantes en cada club, y eso te da a entender que se hizo un gran trabajo.

En los equipos donde jugaste tuviste como compañeros a delanteros goleadores, ¿con cuál de ellos pensás que te complementaste mejor?

Con Carlos Saucedo. Desde 2010 estuvo conmigo en Aurora, donde hizo sus goles, y acá en San José hicimos un buen conocimiento de la cancha, incluso estuve metido en la lucha para ser el goleador del año (27 goles) de la temporada 2013-2014, con Saucedo y William Ferreira, pero por un gol me quedé fuera.

Tu carrera dice que siempre jugaste en equipos que son de ciudades con altura o algunos no tanto, pero nunca en Santa Cruz o el llano, ¿por qué?

Tuve una oferta de Oriente Petrolero (2014), pero no se pudo concretar. Hubo charlas con dirigentes de allá, pero nunca llegamos a un acuerdo.

La altura no deja de ser una ayuda cuando se juega frente a rivales del llano, pero ni aún así San José pudo sacar ventaja, ¿quiere decir que la altura no garantiza nada?

Los otros equipos se preparan mejor, tienen más conocimiento en el trabajo para jugar acá. Por ejemplo, me enteré que el equipo de El Nacional se entrenó en Ecuador cerca de un volcán, donde hay 4.000 metros de altura, pensando en el partido de acá. Los equipos ahora se preparan mejor para jugar en la altura.

¿Qué consejos les das a los  jóvenes que quieren seguir la carrera de futbolista?

Que confíen en ellos mismos y que nunca bajen los brazos. La vida del futbolista no es tan fácil como parece, y les digo, principalmente a los nuevos que recién están empezando, que la disciplina es muy importante para tratar de llegar a sus sueños. Si quieres ser profesional, tienes que trabajar mucho, batallar, y cada día dar lo mejor de uno para superarse.

¿Tenés algún día especial, un gol, un partido?

Cuando estaba en la ‘U’ en un partido ante San José. Ahí marqué el gol del título para Universitario (2008). Ese fue un momento inolvidable para mi carrera, lo recuerdo siempre.

Marcelo Robledo, Martín Palavicini y Darwin Peña están en un selecto grupo de los que pasaron la barrera de los 40 años, ¿llegás?

No sé si llegaré hasta ahí, pero trabajo todos los días para seguir vigente. Nosotros vamos paso a paso, planificando año tras año cómo vamos rindiendo en cada equipo. No sé, falta mucho tiempo para llegar ahí, ojalá que sí.