Bolivia no pudo ante Paraguay y hubo un freno en seco al avance que había experimentado la selección, jugando de local. Ganábamos en dos ocasiones, pero no se logró sostener el resultado y el rival, con jerarquía, consiguió igualar (2-2) un partido que supo manejar. La Verde no jugó bien, jugadores clave como Diego Medina y Robson Matheus, cedieron.

Sin ellos lúcidos y sin el vértigo que habíamos experimentado en los anteriores dos partidos, fue difícil obtener una victoria. Los goles de Ervin Vaca y Miguel Terceros no pusieron arriba, pero Paraguay a través de Miguel Almirón y Julio Enciso, nos golpeó duro. Fue difícil reponerse luego ya que no hubo los argumentos justos para vulnerar la zaga rival.

La primera etapa acabó a favor nuestro, la perfecta ‘cucharita’ de Ramiro Vaca hacia Ervin Vaca le permitió encarar, sacarse de encima a Juan Cáceres y Fabián Balbuena y antes del cruce del meta, rematar hacia el poste izquierdo. Fue el 1-0 que se dio a los 14’ de iniciado el juego. Lo revisó el VAR y tras la confirmación, siguió el festejo en Villa Ingenio.

Premio para Bolivia que no comenzó con el vértigo que la caracteriza pero sí, buscando siempre asegurar el balón. No estuvo encendido en ese tramo Robson Matheus y los desbordes por los costados fueron pocos. Pero la lucidez de Ramiro Vaca y el control de Héctor Cuéllar en el medio le daban a Bolivia el cambio de ritmo que necesitó durante el juego.

Es cierto que tuvimos un par de sustos, como la arremetida de Alex Cáceres que salvó Marcelo Suárez y el cabezazo desviado de Galarza tras un centro de Juan Cáceres. Fueron solo sustos ya que Bolivia se sacudió después y pudo haber marcado, primero con el mano a mano que perdió Fernández (43’) y el remate de globito que no le salió a Algarañaz (44’).

Antes del final del primer tiempo comenzó a llover y cuando los jugadores se marcharon al vestuario, cayó granizo, y poco después volvió a aparecer el sol. El complemento le esperaba a ambos una cancha mojada, con el granizo que se derretía. Bolivia apostó por presionar más, ante un rival cuyo arquero Fernández perdía más tiempo de lo debido.

El complemento fue casi el reflejo de lo que se vio en la primera parte, con Medina recibiendo un castigo de Galarza y con Matheus deambulando, sin ser la conexión entre los de arriba, que esperó Óscar Villegas. Fernández tampoco fue el hombre de desborde y el técnico optó por cambiarlos. Ingresaron Gabriel Villamil, Lucas Chávez y Monteiro para agilizar.

De todas formas, Paraguay logró el 1-1 tras un error de Medina en salida y una perfecta definición de Miguel Almirón (71’) en el área rival. Ese gol nos dio un jalón, pero Chávez entró prendido y generó una jugada de riesgo que terminó en un claro penal. Lo pidió Miguel Terceros (80’) y convirtió el 2-1 parcial que entregaba esperanzas a la selección.

El error fue no sostener el nivel de juego que se encontró en ese instante y más bien se dejó crecer a Paraguay que aprovechó los espacios en la mitad de la cancha para desbordar y generar riesgo con un Enciso prendido. Es más, él fue el que puso el 2-2 (91’) en una jugada de adentro hacia afuera que terminó clavando en el palo izquierdo de Viscarra.

A partir de ahí cundió la desesperación y las ideas se fueron. No hubo una línea para apretar a Paraguay que se defendió bien y consiguió que el reloj avanzara con la pelota lejos de su arco. Es más, pudo haberlo liquidado en la última jugada, pero Viscarra salvó lo que parecía complicado.

El año lo terminamos con 13 puntos en 12 fechas. Le quedan seis fechas más en 2025 de las cuales tres son de local. Para afianzar la ilusión que se despertó desde la llegada de Villegas, es importante no aflojar de local ya que solo así el Mundial es palpable. A esperar lo que viene desde marzo.

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