Llegaron a la Liga española para mejorar y se fueron casi sin jugar: las cesiones de nueve jugadores saudíes a clubes españoles, supuestamente para que se ejercitaran de cara al Mundial de Rusia, acabó en 'fiasco', símbolo de una operación más estratégica que deportiva.

"La adaptación es difícil", reconoce de entrada David Cobeño, director deportivo del Rayo Vallecano, club madrileño de segunda división, que fichó a Abdulmajeed Al-Sulayhim, centrocampista saudí de 24 años.

"Lo extradeportivo, el idioma, la comida, la ciudad, eso es donde más le está costando y donde vemos el hándicap del jugador", relata.

Al-Sulayhim, que sólo habla árabe, siempre debe ir acompañado por un traductor, y el jugador no jugó nunca en un partido oficial.

Esta situación se repite en los otros seis clubes españoles, que acogieron en el mercado de invierno a uno o dos jugadores saudíes en el marco de un acuerdo entre la Liga de Fútbol Profesional española (LaLiga) y la Autoridad Deportiva Saudí (GSA).

Anunciadas simultáneamente a finales de enero, estas cesiones, cuyo coste se reparten los clubes españoles y saudíes, no han tenido demasiada buena acogida ni en España ni en Arabia Saudita: los futbolistas apenas han jugado, incluidos algunas figuras de la selección, que disputará el partido de apertura del Mundial el 14 de junio contra Rusia.

'Fiasco'

El extremo de la selección saudí Salem Al-Dawsari, cedido al Villarreal, y el delantero Fahad Al-Muwallad, del Levante, no jugaron más que unos minutos en partidos sin trascendencia de final de temporada; y el centrocampista ofensivo Yahia Al-Shehri, cedido en el Leganés, no llegó a jugar.

En segunda división, ninguno de los cuatro clubes que recibió a un saudí (Sporting de Gijón, Valladolid, Numancia y Rayo Vallecano) los ha alineado. Y ningún club ha dado respuesta a las peticiones de la AFP para entrevistar a estos inhabituales fichajes.

"Desde el punto de vista deportivo probablemente ahí sea el mayor fiasco del convenio porque en realidad la participación deportiva de esos nueve jugadores prácticamente ha sido testimonial", analiza Plácido Rodríguez, antiguo presidente del Sporting de Gijón (1989-1992) y economista especialista del fútbol.

"Para conocer las técnicas de entrenamiento o para jugar con jugadores españoles no, para eso no vienes, eso está claro, vienes para algo más. Para tener una contribución, para aprender otro ritmo de juego y eso solo se hace jugando en el campo, eso no se hace en los entrenamientos", añade este profesor de la Universidad de Oviedo.

 LaLiga, por su parte, defiende este acuerdo que le sirve de escaparate en el extranjero en el marco de su ambiciosa política de expansión internacional.

 En Arabia Saudí "pensaban a lo mejor que iban a jugar más, pero también se han dado cuenta de que el nivel de LaLiga es muy, muy alto", dice Fernando Sanz, director de la LaLiga para Oriente Medio y el norte de África.

Expansión

"Este proyecto no se basa en si juegan más o si juegan menos", afirma, alabando la calidad de los entrenamientos, asegurando que hay jugadores "que han ganado más de cuatro kilos de músculos". "Este tipo de acuerdos hace que la marca LaLiga se introduzca mucho más en el país", asegura.

 Pero, la forma de la iniciativa ha cosechado críticas en España. "El problema está en que es la propia Liga, la propia patronal, que llega a un acuerdo con el gobierno saudí en este caso, y sí, en cierto modo subasta las plazas", dice Jesús Barbadilla, del sindicato de futbolistas profesionales (AFE).

En cuestión especialmente, los contratos publicitarios concluidos con un operador de telefonía saudí por los siete clubes que acogieron jugadores en la semanas siguientes al anuncio de las cesiones.

 No se trata de una contrapartida, asegura Sanz, sino que es el resultado de una mejor visibilidad de los clubes españoles en territorio saudí. "Lógicamente hay empresas de Arabia Saudita que se interesan por dónde están sus jugadores", afirma.

 Al final, considera Placido Rodríguez, el objetivo del acuerdo es vender mejor los derechos de televisión del campeonato español. Pero este tipo de asociaciones tienen una importancia mínima respecto a la auténtica clave de la guerra entre las grandes ligas por la audiencia mundial: disponer de las grandes estrellas como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.

"Ese tipo de jugadores son los que hacen falta para luego tener esos ingresos mayores, entonces al final no es una cuestión de que sea ni Arabia Saudita ni nada sino que esto al final te llega a todos los sitios", concluye el economista.