En las calles de Kiev, la víspera del partido de clasificación para el Mundial-2022 de su equipo frente a Escocia en Glasgow, los ucranianos sueñan con una victoria, para olvidar por unos instantes el conflicto que les opone a Rusia desde hace tres meses.

"Todo evento que nos recuerde una vida pacífica es más que bienvenido", señala a la AFP Vladyslav Dykhan, un obrero de la construcción de 53 años.

"No podemos pensar únicamente en la guerra, necesitamos algo para soltar la presión", añade, estimando que una victoria de la selección ucraniana sería "una inspiración".

Detrás de Vladyslav Dykhan, se encuentra el estadio olímpico de Kiev, que había albergado la final de la Liga de Campeones de 2018 entre el Real Madrid y el Liverpool, ganada por 3-1 por el club español.

Pero desde el 24 de febrero y el inicio de la ofensiva rusa contra su país, los ucranianos no tienen la posibilidad de presenciar en directo eventos deportivos: todos los partidos han sido anulados, y la selección se entrenó en Eslovenia con vistas al partido del miércoles, llegando solo a disputar dos duelos amistosos en medio de un calendario internacional muy apretado.

El partido clasificatorio que opone a Escocia y Ucrania debía inicialmente tener lugar en marzo, pero había sido aplazado tras el inicio del conflicto.

El vencedor del partido se enfrentará a Gales en Cardiff el 5 de junio para ganar un billete para el Mundial organizado en Catar a finales de año.

- "La vida continúa" -

"Espero una victoria", confía a la AFP Andriy Veres: "En este momento, es muy importante para el país, para todo el mundo, para los que son aficionados de fútbol, pero incluso para aquellos que no lo son".

El militar de 44 años no duda en hacer la comparación entre el equipo nacional y el ejército de su país: "Tenemos confianza en las fuerzas armadas ucranianas  y creemos en nuestro equipo nacional de fútbol", lanza, añadiendo que espera poder seguir el encuentro pese a sus obligaciones.

En la capital ucraniana, relativamente poco afectada desde el inicio del conflicto, contrariamente a otras ciudades del norte o del este del país, la vida ha vuelto poco a poco a la normalidad desde que los rusos dejaron las localidades vecinas. 

Pero el toque de queda instaurado obligará a los aficionados que quieran ir a un bar a solo seguir el primer período en el establecimiento, antes de volver a casa.

"La vida continúa pase lo que pase", quiere creer, pese a todo, Andriy Ganchuk, un científico de 67 años. 

Artem Frankov, periodista y analista deportivo que vive en Kiev, señala la importancia del partido para Ucrania, que solo ha disputado una Copa del Mundo desde su independencia (cuartofinalista en 2006).

"Comprendemos perfectamente hasta qué punto es importante para un país en guerra, incluido para los que están en el frente, que se enfrentan directamente con los invasores y que arriesgan su vida", concluye.

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