Los distintos en la selección nacional al momento de construir juego en ofensiva son Ramiro Vaca, Robson Matheus y Miguel Terceros. Cuando el balón les llega a uno de ellos, siempre hay la sensación de que algo distinto va a pasar. Ante Paraguay el que estuvo bajo fue Matheus y sin él enchufado el balón no circuló de un lado a otro, lo que impidió que el juego fuera fluido.

Matheus por momentos deambuló, no cortó el juego rival y mucho menos generó riesgo en ofensiva. Con él apagado la situación se complicó, incluso para el mismo Carmelo Algarañaz que sustenta su juego en el área rival en lo que puedan generar estos tres hombres del medio. Robson fue un flan y Óscar Villegas decidió cambiarlo en el complemento por Gabriel VIllamil.

Sin el pase filtrado y sin la explosión que suele generar en sus compañeros, Paraguay se aprovechó de esa ventaja, y haciendo uso de su fortaleza física, consiguió marcar la diferencia en una zona álgida de la cancha. Así se le fue muy difícil a los nuestros construir.

En esa misma línea también estuvo Roberto Carlos Fernández, que no viajó a Guayaquil para el partido ante Ecuador en procura de adaptarse a la altura. Pero lució flaco en la responsabilidad que Villegas le asignó: desbordó poco y falló un gol tras pase perfecto que le dio Ramiro Vaca. También fue sustituido. Lucas Chávez entró en buen nivel.

De los hombres del medio Ramiro Vaca fue el mejor en esa zona ya que salió siempre jugando desde atrás, aunque le faltó físico en los tramos finales. Pero no hay dudas que lo de Ramiro siempre es para aplaudir, porque retiene y es un buen filtro para los de arriba. Él dio ese pase perfecto para que Ervin Vaca consiguiera el 1-0 parcial.

Por su parte, Miguel Terceros también fue de menos a más, con diagonales que complicaron en varias ocasiones sobre todo en el complemento. Eso sí, no bastó para quebrar un empate que tuvo un sabor amargo en casa porque la mirada estaba en ganar para no ceder más de local.

Lo que está claro es que si los ‘distintos’ no están lúcidos, la selección sufre. En Villa Ingenio la situación se complicó porque los motores que suelen hacer funcionar a la Verde, no estuvieron a pleno.