Miles protestaron en defensa de sus derechos en el marco del Día Internacional de la Mujer. En el país fueron distinguidas destacadas figuras femeninas por su aporte al desarrollo de Bolivia. 

Rosa Jordán de Rivero, la fuerza vital que edificó EL DEBER, recibió el Patujú Dorado por la Cámara de Diputados, como reconocimiento a su labor profesional y social. Junto a Pedro Rivero Mercado cimentaron un medio líder en el país.
Este reconocimiento también lo recibieron otras 17 personalidades, que fueron homenajeadas como parte de los actos oficiales por el Día Internacional de la Mujer.

Su nieta, Alejandra Saucedo, gerente de Marketing del Grupo EL DEBER acudió a la Asamblea Legislativa Plurinacional para recibir el reconocimiento.
Ella, desde el salón de su casa, atendió la llamada de EL DEBER Radio. “Estoy feliz, agradezco muchísimo esta distinción (que recibo) por cumplir mi deber de servir a Bolivia y a mi pueblo”, manifestó.
El galardón destaca “el esfuerzo y los logros” de su trayectoria profesional y social. “No me merezco tanto honor”, insistió ‘Rosita’ con su habitual sencillez.

Como en tantas oportunidades, extiende este reconocimiento “inesperado” a sus dos familias: sus cinco hijos y los trabajadores de EL DEBER.
Rosa Jordán de Rivero bordea los 90 años. Su avanzado estado de salud le impidió viajar a La Paz para recibir el galardón y en emblema del Patujú Dorado. 

Un pilar en EL DEBER
Tenía 32 años cuando adquirió, junto a su marido, Pedro Rivero Mercado, EL DEBER. Compraron las instalaciones y los equipos a Lucas Saucedo Sevilla, tío de Rivero Mercado, con la intención de reabrirlo tras seis años sin uso. El 11 de febrero de 1965 salió a la calle el primer ejemplar de la segunda época de EL DEBER.

El emprendimiento del matrimonio era “a tiempo completo”. Los cinco hijos de la familia Rivero Jordán fueron también implicándose en una labor, la información, que se convirtió en un modo de vida.

Pedro Rivero Jordán se desempeña como Director General del grupo EL DEBER. Recuerda el “papel fundamental” que desempeña su madre para afianzar y consolidar el periódico. “Se encargaba del avisaje, de los canillitas, de la distribución del periódico”, enumera las funciones que abarcaba de manera incansable. En numerosas ocasiones, ‘Choco’ cuenta diversas anécdotas que revelan el carácter de la señora Rosa. “Los días de frío esperaba a los canillitas con su api bien caliente. Compartía con ellos antes de verlos salir por las calles para vender el periódico”.

Rosa sigue siendo un pilar esencial para entender los logros de EL DEBER. “Ha sido fundamental en la consolidación de una empresa milagro conseguida con mucho esfuerzo y, sobre todo, con una vida entregada al periódico” reconoce Pedro.
Los cambios tecnológicos y la evolución de las audiencias han permitido ampliar las plataformas informativas de EL DEBER.

Al periódico impreso se han sumado la radio, la web, una intensa actividad en las redes sociales y el streaming. 69 años después de asumir el periódico y aventurarse con la segunda época de EL DEBER, la personalidad del matrimonio Rivero Jordán sigue alumbrando el rigor y la pluralidad que afianzó su crecimiento como medio de referencia en Bolivia.

Amable y detallista
Antes de la pandemia, la señora Rosa acudía con frecuencia a EL DEBER. Le gusta conversar con los trabajadores y conocer su vida más allá del periódico. “Siempre dice que somos su segunda familia”, explica Marcela Menacho, secretaria de la Redacción.

“Y tiene su forma de demostrarlo: con su saludo permanente, su preocupación por cada funcionario, su forma dulce de pedir las cosas por favor o su sinceridad al agradecer”, gestos que muchos trabajadores reconocen.

Miriam Bejarano ha compartido muchos años de trabajo junto a Rosa. Destaca su capacidad de “emprender y luchar, su mirada visionaria a la hora de impulsar una empresa antes que un periódico”. Al igual que Menacho, elogia el carácter “amable y agradable, el trato humano y el respeto a los clientes”.

Amor por su tierra
Incansable para el trabajo e inagotable para bailar al ritmo de la tamborita. El alma festiva y celebrativa de ‘Rosita’ se desata al compás de los ritmos orientales. Ya sea en encuentros familiares o en el aniversario de EL DEBER es la primera en ‘levantar’ a todos para hacer la ronda mientras suena la chobena.

Carnaval se convertía en una pausa necesaria a su laboriosa vida. Su nieta Olivia Saucedo, reina del Carnaval 2013, destaca la alegría desbordante de ‘Rosita’. “Estaba siempre pendiente de todo, de inculcarnos el respeto a la cultura cruceña, de enseñarnos el cariño por el Carnaval, apoyándonos en cada uno de los reinados”, resalta.

Uno de los instantes cumbre para entender su forma de vivir el Carnaval se refleja en los bailes de los Tauras. “Eran creativos e ingeniosos para buscar sus disfraces, sorprender a todos y contagiar la alegría”, cuenta Olivia. Y elige uno de tantos disfraces como ejemplo de su ‘atrevimiento’. “Mi abuelo se vistió de la Chilindrina y mi abuela del Chavo”.

En el mundo
Miles de mujeres se manifestaron en el mundo para defender sus derechos, sin olvidar a las mujeres atrapadas en las largas filas para huir de la guerra en Ucrania. Según la ONU, ya son dos millones de personas las que han huido de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa el 24 febrero.

En Madrid miles de personas convirtieron el centro de la capital española en un mar morado, el color del feminismo, con pancartas que pedían la igualdad y contra la violencia machista.
Otras ciudades europeas fueron escenario de manifestaciones, como París, donde unas 35.000 personas, según los organizadores, marcharon contra la violencia sexista y por la igualdad salarial.

En América Latina se registraron movilizaciones, como en Guatemala, donde exigieron el fin de la violencia y la corrupción, y demandaron justicia.
En el país se replicaron las manifestaciones en diferentes ciudades con llamativas protestas.

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