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Imágenes que trascienden fronteras: el 2do Foto Festival Internacional Manzana 1 reúne a los mejores fotógrafos del mundo
Fotógrafos de renombre internacional exponen en Santa Cruz de la Sierra y muestran imágenes que conectan humanidad, naturaleza y tradición de distintas partes del mundo
23 de noviembre de 2024, 12:15 PM
Manzana Uno es el escenario del 2do Foto Festival Internacional Manzana 1, un evento que reúne exposiciones, conferencias, revisiones de portafolios, visitas guiadas y otras actividades. Comenzó el pasado 18 de noviembre y concluirá mañana domingo. El festival destaca por presentar el trabajo de 17 fotógrafos de renombre internacional, cuyos trabajos han sido publicados en prestigiosos medios como National Geographic, Getty, Stern, Bloomberg, entre otras.
EL DEBER tuvo la oportunidad de asistir a la charla ofrecida por dos de estos destacados fotógrafos el jueves 21 de noviembre por la mañana, donde compartieron sus experiencias y el proceso detrás de las fotografías que forman parte de esta impresionante muestra en Manzana Uno.
Brent Stirton
Es corresponsal principal de Getty Images y colaborador habitual de National Geographic. Desde 2008, es embajador de Canon y ha desarrollado una destacada carrera como fotógrafo documental, especializado en capturar la intersección entre el ser humano y el medio ambiente.
Ha trabajado para importantes publicaciones internacionales como GEO, Stern, Le Figaro y muchas otras, además de colaborar con organizaciones como Human Rights Watch, la Fundación Gates, el Fondo Mundial y diversas agencias de las Naciones Unidas.
Con más de 15 de sus fotografías expuestas en el Foto Festival Internacional Manzana 1, Stirton aborda temas sociales, de conservación, medioambientales y de derechos humanos. Sus proyectos más reconocidos incluyen imágenes impactantes sobre la salud planetaria y profundas narrativas sobre las realidades sociales en países como Congo y Ruanda.
Una de las fotos más llamativas de su exposición, tiene de protagonista a Ndakasi, una gorila de montaña huérfana, que vivió una historia que refleja tanto la fragilidad de su especie como su profundo vínculo con los humanos. Fue rescatada en 2007 en el Parque Nacional de Virunga, Congo, tras perder a su familia en un ataque armado. Con solo 2 meses, el guardabosques Andre Bauma la encontró empapada y la mantuvo con vida abrazándola.
Durante 13 años, Bauma fue su cuidador en el Centro Senkwekwe, desarrollando un lazo inquebrantable. A pesar de los cuidados, Ndakasi enfrentó una enfermedad incurable y murió en los brazos de Bauma, como aquel día en que fue rescatada. “Me siento muy privilegiado de poder estar ahí, media hora después que tomé esa foto, la Gorila tristemente falleció”, contó Stirton en la charla que dio en Manzana Uno.
El fotógrafo comentó que el resultado de esta foto de la gorila cambió su forma de ver la fotografía, se dio cuenta de que se puede hablar de conflictos de esta manera y que todo está conectado.
Otras de las fotografías que expone muestran a los guardabosques del ICCN que patrullan el Parque Nacional de Virunga para combatir la producción ilegal de carbón, una industria de $30 millones controlada por militares, rebeldes del FDLR y empresarios de Goma. Durante las operaciones, enfrentan ataques armados y la creciente complicidad de soldados que usan vehículos militares para el transporte ilegal.
Con apoyo de la policía militar, los guardabosques realizan bloqueos y registros, buscando frenar esta actividad, cuya demanda ha aumentado tras la prohibición en Ruanda. Sin embargo, la pobreza extrema de la región dificulta la tarea, ya que muchas personas dependen del carbón como su única fuente de ingresos.
“Ella piensa que la van a matar, porque eso ha visto antes cuando estos grupos llegaron a su pueblo. Ella está muy asustada y él es un Ranger, lo único que los Rangers intentan es que no corten más árboles. La reacción de ella es típica del trauma de las personas que están aquí”, expresó sobre esta fotografía tomada en el Parque Nacional de Virunga, en donde se muestra a esta mujer a los pies de un Ranger.
Cuando uno de los visitantes a la exposición le preguntó: "¿Cómo lograron estas fotografías cambiar la perspectiva o mentalidad sobre esta situación?", Stirton respondió que su mayor impacto ha sido en el consulado de Estados Unidos en Ruanda, y a través de ahí al exterior.
En los últimos años, el valor más significativo de su trabajo ha sido poder visibilizar la realidad con un mensaje claro: "Mira, esto está pasando". Esto ha ayudado a mantener la presión en Estados Unidos para contribuir a mejorar la situación.
Stirton compartió que, en los últimos años, se ha generado mayor conciencia sobre la capacidad de los estadounidenses para ejercer presión sobre el gobierno de Ruanda y evitar que la situación siga empeorando. "La Comunidad Europea también aporta donaciones, y gran parte de los recursos que sostienen al país provienen de donaciones", añadió.
En esta exposición, su colección es 'Virunga' y esta es su obra sobresaliente:
Además, el fotógrafo adelantó que está trabajando en un tema de salud planetaria, relación entre entorno, medio ambiente, humanos y animales.
Brent Stirton utiliza su cámara como una herramienta poderosa para crear conciencia, inspirar el cambio y promover acciones en torno a los problemas críticos que enfrenta el mundo.
Natela Grigalashvili
Es una fotógrafa independiente y es la primera mujer fotoperiodista de la Georgia Postsovietica, su trayectoria profesional destaca por una profunda conexión con las comunidades rurales y nómadas de Georgia. Natela llegó a Santa Cruz de la Sierra junto a su hija, quien la acompaña también como su traductora.
Graduada en la Escuela de Arte Mose Toidze en 1984, Grigalashvili inició su carrera como escenógrafa en el Teatro Estatal de Miniaturas.
Sin embargo, su pasión por la fotografía la llevó a explorar historias que pocas veces encontraban espacio en los medios tradicionales. Su debut como fotoperiodista se dio con tres reportajes centrados en comunidades cerradas de las regiones fronterizas de Georgia, marcando el inicio de un legado que trasciende la documentación visual.
En 2015, fundó Kontakt Photos, la primera agencia fotográfica independiente de Georgia. Además, entre 2014 y 2016, impulsó clubes de fotografía en Javakheti, el Valle de Pankisi y Adjara, fomentando el talento local y promoviendo la narración visual desde las regiones menos representadas del país.
En las instalaciones de Manzana Uno, Natela expone ‘Los Últimos Días de los Nómadas Georgianos’, que cuenta con más de 15 fotografías, las cuales muestran la vida de los grupos nómadas de Georgia.
Según lo comentado en la charla de Manzana Uno, su trabajo no se limita a documentar; también establece lazos de amistad con las personas que fotografía. Cada año, visita estas comunidades, donde ya es considerada una ‘amiga’ para personas de estas áreas.
Natela captura en sus fotografías la esencia de lo cotidiano: mujeres en sus labores diarias, las tradiciones locales, el festival de verano que solía reunir a las familias —una celebración ahora extinta debido al éxodo de personas en la región—, los remedios caseros, el cuidado familiar y la rutina diaria de la comunidad.
“Cuando ellos suben a las montañas o descienden a las zonas bajas, yo los acompaño, camino a su lado”, explica mientras detalla el significado detrás de sus imágenes.
"Para mí, no es solo tomar fotos; es un proyecto personal", expresó Grigalashvili durante la charla con los visitantes a la exposición. "Me gusta conversar con ellos, estar presente como amiga, no solo como fotógrafa. La fotografía no es lo más importante; lo más importante es comunicarme con ellos", añadió.
La muestra más sobresaliente de su exposición muestra a una mujer comprimiendo un gran pajar con sus pies. Esta obra, muestra el duro trabajo que realizando muchas mujeres de estas áreas de Georgia.
"Cuando la mujer vio la foto por primera vez en televisión, se sintió avergonzada porque decía que no se veía bien. Sin embargo, esa imagen ha sido expuesta en muchos lugares, y siempre que puedo, le envío fotografías de las exposiciones. Ahora, se siente mejor con su imagen", contó la anécdota con una sonrisa.
Además, comentó que cuando vio el banner con la fotografía afuera de Manzana Uno con esta imagen, no dudó en enviarsela a su fotografiada.
Los desafíos de los nómadas
La región montañosa de Adjara, en Georgia, ha preservado sus tradiciones y formas de vida antiguas, pero enfrenta problemas de aislamiento y marginación. La difícil situación social y económica ha obstaculizado su desarrollo y la integración con el resto del país.
Los habitantes carecen de servicios básicos como educación, atención médica y electricidad, lo que ha llevado a la despoblación de muchas aldeas. Muchas familias se han desplazado dentro de Georgia o a Turquía.
Las aldeas más altas, como Khulo y Ghorjomi Gorge, tienen infraestructura deficiente y educación limitada. La mayoría de los habitantes son musulmanes y se dedican a la ganadería, practicando el nomadismo estacional. La falta de recursos y las migraciones laborales han causado que esta región se vacíe y sus tradiciones se pierdan.
Durante sus años documentando la vida nómada, Natela ha sido testigo de la migración masiva de las zonas rurales hacia las ciudades. "El pueblo donde nací ahora solo tiene un par de familias viviendo allí", explicó a los visitantes.
Cuando uno de los interesados en fotografía le consulta sobre el futuro de estas comunidades, la fotografa responde que la falta de apoyo gubernamental en estas áreas es un factor determinante. "Si el Gobierno promoviera la producción y la venta de productos locales, las personas podrían ser autosuficientes y no tendrían que abandonar sus tierras. Pero, por ahora, no vemos esa ayuda", respondió.
La comunicación es la base de su trabajo
Para Natela, el éxito de su trabajo radica en ser vista no como una extraña con una cámara, sino como una persona más, una persona que comprende y respeta la vida de los demás.
Cuando se le preguntó sobre cómo es la experiencia de interactuar con estas personas no sólo como fotógrafa sino como amiga, respondió que es fundamental para ella crear una relación de cariño y amistad.
“Es un proyecto personal. Es muy importante para mí no sólo fotografiarlos, sino comunicarme con ellos. Disfruto charlar con ellos. Puedo estar hablando con ellos, con la cámara alado mío…La fotografía es importante pero lo más importante es comunicarme con ellos”, expresó.
A través de los años, las visitas a estas zonas sólo han hecho que el vínculo crezca entre la fotoperiodista y estas personas. En la charla, comentó que algunos comunarios preguntan por ella cuando ella no está. Además, asegura que la gente es muy amable y hospitalaria, siempre atentos a que los visitantes se sientan atendidos.
“Es esencial que ellos vean que no soy una persona que vino con una cámara, sino que soy una persona humana”, complementó sobre su trabajo que se base en la cercanía con ellos.
A lo largo de los años, Natela ha documentado la vida de los nómadas de Georgia, inmortalizando costumbres que hoy han desaparecido debido a la migración. Aunque el futuro de esta comunidad es incierto, la fotógrafa mantiene viva la esperanza de la comunidad perdura y que su existencia no se desvanezca por completo.