La noche de este jueves 21, desde las 21:00, el escenario del Rockal se vestirá de fiesta para celebrar los 35 años de Octavia, la banda paceña intérprete de canciones como Después de ti, RHO, Vivos, o su más reciente corte, Vengo por ti, en el que tiene como invitado a Rubén Albarrán, vocalista de Café tacvba.

Bandas emergentes, como Chuflay y Alud participarán en la velada, además de Skalibur. El ‘plato fuerte’ será el concierto de los paceños, que llegan el mediodía del jueves a la ciudad.

El costo de las entradas oscila entre Bs 250 y 350, y pueden adquirirse en el mismo local -ubicado en el tercer anillo externo, entre avenidas Cristo Redentor y Radial 27- o a través del 784-72275.

En 35 años de carrera musical, las canciones sobran, pero Octavia arma una selección para cada recital. Omar González, el vocalista, señala que en ninguno de los conciertos de celebración por sus 35 años han tocado los mismos temas; hay algunos que incluyen, y otros que cambian. Sin embargo, promete un show emotivo y enérgico, en el que se contemplarán canciones de distintas épocas de Octavia.

Octavia en concierto

Vladimir Pérez, el bajista, describe a Santa Cruz como una plaza muy importante para la banda, tanto que solo en este año han tenido seis presentaciones. Después de la del jueves, tocarán en Cochabamba y, en 2024, continuarán celebrando su aniversario con conciertos en el país.

Tres décadas y media

La historia de cuatro jóvenes de entre 17 y 18 años, que empezó el 23 de diciembre de 1988 solo puede ser posible a partir de la relación de cada uno de sus integrantes y su capacidad de entenderse, escucharse y tolerarse, pero – sobre todo- poner los intereses de la banda sobre los personales.

Octavia

“Somos un grupo que tiene varios componentes, varias patas. La mesa no se podría parar sin una de ellas (…) Tenemos un compromiso musical más allá de lo que se pueda creer”, cuenta Vladimir.

En tanto que Omar manifiesta: “Nos entendemos bastante bien y somos como cuatro patas de la misma mesa, que cada uno necesita del otro para mantener la estabilidad de la banda, y que somos un aporte a la banda; no es la banda por encima de los intereses personales -hablo musicalmente-, pero incluso personales, de vida. Esas cosas siempre nos han mantenido estables”.

Vladimir resume los 35 años de Octavia: “Vemos que muchas personas han crecido escuchando nuestra música, nos hemos vuelto parte del soundtrack de la vida de muchas generaciones. Nos llena de alegría”.

Mientras Omar expresa: “Hacer el trabajo que más disfrutas, durante tantos años, es una alegría enorme”, y se declara agradecido.

Recuerda con cariño a los diferentes músicos que han pasado por la banda y señala que, “sin duda todos los que han sido parte y parte fundamental, como Ricardo (Sasaki, tecladista y uno de los fundadores), en su momento, han dejado un aporte sonoro o musical notable, indiscutible”.

La música

Los artistas reconocen que han tenido una evolución musical en este tiempo, que está ligada a sus gustos e intereses, pero también a los nuevos sonidos que van refrescando su acervo. Cuando en 1996, Coda 3 pasó a llamarse Octavia, no solo cambió de nombre, sino que incluyó música que mostraba las raíces bolivianas; fue un reto, dice el bajista, y en el camino se encontraron con que “no todo se puede mezclar”, de manera que el límite que se pusieron fue “lo correctamente sonoro”.

Octavia. Foto: Archivo EL DEBER

Cuecas, zampoñadas y morenadas pueden escucharse entre el material de Octavia, pero con el paso del tiempo su visión fue más allá del reto: “Nos dimos cuenta de que, cuando una canción es buena, puede que tenga quenas o no, la canción va a seguir siendo buena. Empezamos, lentamente, a ‘soltar’ ese mix que habíamos lanzado (…) La actualidad sonora se plasma en nuestra música, y cuando escuchas Octavia de hace años y lo nuevo, te das cuenta del salto que ha habido”, manifiesta Vladimir.

En tres décadas y media ha habido tiempo para todo, para tocar versiones sinfónicas, acústicas; para pasar del rock, a lo autóctono… “Lo hemos hecho todo”, sostiene el bajista.

Durante este tiempo, Octavia ha tenido la oportunidad de transitar entre diferentes formatos de distribución de su música, desde el vinilo, pasando por el casete y el CD hasta llegar a las plataformas de streaming.

Omar señala que cada formato tiene sus pros y sus contras, pero también su forma de trabajo específica. Recuerda la manera de trabajar un concepto de álbum, que no solo incluye la música, sino también el diseño, el arte de la tapa, del desplegable que acompañaba las letras. “Era todo un trabajo artístico el que iba por detrás”, recuerda con algo de nostalgia.

“Se ha vuelto mucho más fácil escuchar música, pero hay tanta oferta que ahora tienes que buscar al artista o encontrarlo en una playlist. Si bien es mucho más democrático y fácil de encontrar y escuchar la música, es mucho más difícil llegar a un público si no trabajas adecuadamente”, sostiene el vocalista.

Aprovecha para comentar que, con el retorno de los vinilos al mercado, Octavia está editando su material en ese formato, pero también en CD y casetes, pensados en los coleccionistas.

Vladimir es un poco más crítico e indica que, con las plataformas de streaming, hubo una euforia inicial en la que parecía que triunfaría el mejor, pero que, con el tiempo se dieron cuenta que existe un monopolio musical y que los grandes sellos están detrás. En ese sentido, la música de artistas emergentes o de países como Bolivia, no llegan a estar dentro de las tendencias de redes sociales, como Tik Tok, cuestiona.

Lecciones aprendidas

Omar, con tota convicción, expresa que una de las lecciones aprendidas en estos 35 años es trabajar con un productor musical. “Una visión externa a la banda es productiva”, declara, y luego repara en la importancia de saber seleccionar uno bueno.

La segunda lección tiene que ver con estar “encima de todo”, es decir: no delegar funciones y olvidarse de ellas. El vocalista cuenta que hace de todo un poco, están en la producción, en la promoción, etc., no solo en la música.

Y la tercera es ser equipo, o como dice Vladimir: “Llevar la maquinaria, entenderla, estirarla y empujarla” cuando sea necesario.


Canciones favoritas

Aunque es una tarea difícil, porque son muchas y por el significado personal -e incluso íntimo- que tienen para cada uno de ellos, finalmente accedieron a dar algunos títulos.

Las de Vladimir: Piel, Vengo por ti y Atardecer. Pertenecen al más reciente material, El origen del caos.

Las de Omar: Ya que no estás, Trátame bien, Atardecer y Conjuro. Prefiere las canciones lentas, aunque, en realidad depende de su estado de ánimo.

Giras memorables

Para Vladimir, la que se hizo después de la pandemia por covid-19. “Volver a los escenarios fue muy emotivo”, recuerda.

Omar rememora una visita a Mallorca, cuando dieron un concierto a invitación del Ayuntamiento para la comunidad boliviana. Se le grabaron las emociones del público al escuchar sus canciones, y el cálido recibimiento que les dieron.