El gobierno chino convocó el viernes al fundador del gigante inmobiliario Evergrande después de que la empresa advirtiera de que "no hay garantía" de que haya fondos suficientes para cumplir con sus obligaciones financieras, en una presentación en la bolsa de Hong Kong.

Evergrande, con una enorme deuda por valor de 300.000 millones de dólares, tiene problemas para cumplir sus compromisos que alimentan la preocupación por todo el sector inmobiliario, una parte sustancial de la segunda economía mundial.

El viernes, Evergrande advirtió en un comunicado a la bolsa de Hong Kong que, a la vista de su actual situación de liquidez, no hay "ninguna garantía de que el grupo disponga de fondos suficientes para seguir cumpliendo sus obligaciones financieras".

Poco después, el gobierno provincial de Guangdong dijo en un comunicado que había "convocado inmediatamente a Xu Jianyin y (...) acordó enviar un grupo de trabajo a Evergrande Real Estate Group para supervisar y promover la gestión del riesgo empresarial".

La compañía es una de las varias empresas inmobiliarias en crisis durante el último año, después de que Pekín emprendiera una campaña de regulación para frenar la especulación y el endeudamiento, cortando una vía crucial para acceder al efectivo.

Evergrande, el segundo promotor inmobiliario de China por volumen, ha conseguido hasta ahora evitar la quiebra.

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