La multinacional Kellogg’s cerró operaciones en Venezuela este martes, debido a la crisis económica que enfrenta el país, una acción que llevó al presidente Nicolás Maduro a anunciar la retoma de la planta para que la administren los trabajadores.

Maduro dijo que el cierre fue "ilegal e inconstitucional" y prometió acciones judiciales contra los accionistas de la empresa.

La salida de la compañía fabricante de alimentos tomó por sorpresa a los trabajadores y un grupo de ellos permanecía en las puertas de su unidad local a unos 100 kilómetros de la capital sin poder ingresar a las instalaciones, dijeron fuentes del sector industrial en la región. 

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Ningún directivo de Kellogg's había acudido a la planta hasta el mediodía del martes, y según algunos empleados, unos 380 trabajadores empezaban a recibir en sus cuentas bancarias el pago de la liquidación. La empresa atribuyó la medida al deterioro de la situación económica y social. 

La salida de Kellogg llega en medio de las tensiones que por meses persisten entre las empresas y el Gobierno, que intenta detener las subidas de precios, pero no vende tampoco divisas a tasa oficial a las firmas que producen a mínimos por falta de materiales o bajas ventas.

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