La enfermera británica Lucy Letby, condenada a cadena perpetua por matar a siete recién nacidos, fue declarada culpable el martes por un tribunal de Mánchester del intento de asesinato de otro bebé en el hospital donde trabajaba.

Al término del juicio, que se prolongó durante un mes, los miembros del jurado del tribunal concluyeron que Lucy Letby, de 34 años, había intentado matar a 'Baby K', una niña nacida de forma prematura, que se encontraba en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Countess de Chester, en el noroeste de Inglaterra, en febrero de 2016.

En agosto de 2023, la enfermera había sido condenada a cadena perpetua por matar a siete recién nacidos prematuros, además de intentar acabar con la vida de otros seis en ese hospital, entre 2015 y 2016.

Esa serie de actos, la convierten en la mayor asesina de niños de la historia moderna del Reino Unido.

Al final de ese primer juicio, el jurado no había llegado a un veredicto sobre otros seis intentos de asesinato de los que se le acusaba, incluido el de 'Baby K'.

Según la acusación, un asesor pediátrico entró en la sala de cuidados intensivos de la unidad de neonatos y vio a Letby de pie junto a 'Baby K' "sin hacer nada", mientras los niveles de oxígeno de la niña caían sin que sonara ninguna alarma.

La niña fue trasladada a un hospital especializado ese mismo día, al haber nacido extremadamente prematura. 'Baby K' murió allí tres días después, aunque la fiscalía no acusó a Letby de su fallecimiento.

Lucy Letby, que insiste en su inocencia y cuyos motivos nunca han sido aclarados, no tiene posibilidad de apelar la sentencia de cadena perpetua, dictaminaron los tribunales británicos a finales de mayo.

La sentencia en el caso 'Baby K' se conocerá el viernes 5 de julio.


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