El gobierno de Nicaragua anunció este jueves que envió al Vaticano a siete sacerdotes que, según la oposición, habían sido detenidos la semana pasada en una nueva ola de arrestos de religiosos de la Iglesia católica.


"Ayer miércoles 7 de agosto salieron de Nicaragua hacia Roma siete sacerdotes nicaragüenses, que han llegado bien y han sido recibidos por la Santa Sede", dijo la esposa del presidente Daniel Ortega y vicepresidenta, Rosario Murillo, al leer un comunicado.


Los sacerdotes "desterrados al Vaticano" son Edgar Sacasa, Ulises Vega, Marlon Velázquez, Víctor Godoy, Harvin Torres, Jairo Pravia y Silvio Romero, según reportes del portal digital El Confidencial, crítico del gobierno de Ortega y que se edita en Costa Rica.


Los siete formaban parte de un grupo de 13 religiosos que fueron aprehendidos o puestos prisión domiciliar por la Policía nicaragüense hace una semana en Matagalpa, en el norte del país, según el Colectivo Nicaragua Nunca Más.


No ha habido ningún reporte del resto de curas detenidos ni por parte del gobierno ni de la oposición.


Ortega y Murillo sostienen que la Iglesia apoyó las protestas de 2018 contra el gobierno que dejaron más de 300 muertos, según la ONU, y que Managua considera un intento de golpe de Estado patrocinado por Washington.


Murillo ha calificado a los religiosos de "hijos del demonio" o "agentes del mal" que hacen "terrorismo espiritual".


"Varias parroquias han sido asediadas y al menos 12 sacerdotes detenidos arbitrariamente, algunos de ellos con paradero desconocido y en situación de desaparición forzada", dijo el Colectivo tras las detenciones.


El gobierno de Ortega, sin embargo, no se ha referido a las detenciones y no ha calificado la salida de los siete sacerdotes de Nicaragua como expulsión.

"Crucificados"

El periodista nicaragüense Emiliano Chamorro, exiliado en Estados Unidos, indicó en la red social X que actualmente "la Iglesia católica está siendo crucificada por la pareja dictadora", en referencia a Ortega y Murillo.


Y cuestionó el silencio de los obispos y cardenales que todavía siguen en Nicaragua ante estas nuevas expulsiones.


"Mientras la dictadura de Daniel Ortega, desterraba a 7 de 13 sacerdotes secuestrados, los obispos de la Conferencia Episcopal, estaban reunidos en Managua, pero como es costumbre, no hubo una carta pastoral o comunicado sobre la situación del país", agregó Chamorro en su publicación.


Hace una semana, un grupo de expertos de las Naciones Unidas denunció que el gobierno de Nicaragua mantiene ataques "sistemáticos" contra la Iglesia católica y otras confesiones cristianas desde las protestas de 2018.


Desde abril de 2018 hasta marzo de 2024, ese grupo constató "73 casos de detenciones arbitrarias de miembros de la Iglesia católica y otras confesiones cristianas", aunque dijo que "la cifra total podría ser más alta".


El gobierno de Ortega excarceló en enero a dos obispos católicos, entre ellos Rolando Álvarez, y a otros religiosos y los envió a Roma.