Las Olimpiadas de París 2024 son escenario de múltiples demostraciones, emociones, pero por sobre todo, historias. Cada atleta tiene un testimonio propio, algunos llegan conocerse públicamente, otros se quedan en lo íntimo de cada competidor. Llegar hasta ahí, los juegos olímpicos, no es algo que se consigue fácil, sin méritos y sacrificios. 

En esta entrega recopilamos algunas de las historias que más llegan al corazón, registradas por la prensa internacional. Entérese sobre el primer logro de la judoca brasilera Bia Souza, que no fue sobre el suelo de competencia, sino consigo misma, fue una batalla de autoaceptación

Imposible pasar de largo y hacer de la 'vista gorda' sobre lo que está pasando con dos boxeadoras mujeres, que son blanco de odio en redes sociales donde se está queriendo posicionar que son hombres. La argelina Imene Khelif y la taiwanesa  Lin Yu-ting tienen una condición biológica que se llama hiperandrogenismo, que es un aumento de hormonas masculinas en las mujeres, pero ambas nacieron mujeres, se criaron y crecieron como tales.

Un importante testimonio inspirador es el que la gimnasta brasileña Rebeca Andrade, cuyo Guarulhos brota pecho por ella, está contagiando entre las niñas de su región, que la ven como un ejemplo a seguir. Sin dinero ni algo que le asegurara la carrera de gimnasta, fue persistente y siguió soñando. Ingresó al gimnasio que la formó gracias a que su tía trabajaba en la cocina del lugar. 

Y cómo no reparar en que el amor está en el aire. La pedida de matrimonio a Huang Yaqiong, de parte de otro deportista de bádminton justo después de que ella recibiera medalla de oro, es una inyección de romanticismo.



Beatriz Souza primero tuvo que aceptar su cuerpo

La judoca Beatriz Souza (pesa 135 kilos) le dio este viernes a Brasil su primer oro en los Juegos Olímpicos de París-2024, al imponerse en la final de la categoría +78 kg a la israelí Raz Hershko y en la semifinal a la favorita, la francesa Romane Dicko.

Bia, como es conocida en su país, superó a los dos judocas mejor clasificados del mundo, pero la importancia del judo en su vida va más allá de competir para ganar medallas. Ella tuvo que vivir un proceso de aceptación del propio cuerpo.

"Siempre fui diferente, era muy alta en comparación con mis amigas y la gente con la que salía. Era muy grande, desde la época escolar. Entonces, nunca me sentí cómoda, nunca tuve a alguien ahí como yo para poder compartir cómo era esta situación", le contó a un medio de su país que la siguió hasta París. 

Pero como siempre en la vida, las circunstancias no deben definir a las personas, Bia conoció a la gente correcta que la supo guiar. Una persona allegada al judo le demostró que su cuerpo era su "material de trabajo". 

"Si no amo mi cuerpo ¿quién lo hará? ¿Quién va a trabajar para mantenerte en óptimas condiciones físicas para competir, para caminar, para sentirte bien? Entonces, tengo que amarme a mí misma, no sólo porque es mi material de trabajo, sino porque eso soy. Soy feliz así, no hay necesidad de saber más. Y mira que mi belleza también importa. Yo soy linda", expresó con seguridad, respaldada por una dedalla de oro olímpica.

"Trabajo en las medallas para mantener la historia, para mantener alto el nombre del judo, y que sirva de inspiración" a muchos otros, declaró la brasileña a la agencia AFP, presentando su trayectoria como la de una "guerrera fortísima que conquistó el mundo".

La judoca además se declaró gratamente sorprendida por el eco que provocó su triunfo entre famosos brasileños: "Estoy todavía sorprendida porque Ivete Sangalo (cantante y actriz) comentase mi post. Cuando lo leí, no daba crédito. Mucha gente famosa haciéndose eco, como Neymar. Aún no me lo puedo creer, estoy muy feliz de ese impacto", manifestó Bia en otro encuentro con la prensa en París y llegó a una gran conclusión: "Creo que si yo logro llegar a ellos (famosos), puedo llegar a cualquier otra persona, a un niño que viva lejos y me pueden ver como inspiración también para vencer en la vida. Eso es lo que más me alegra el corazón", concluyó.

Rebeca Andrade /AFP


​​Rebeca Andrade empezó a entrenar gracias a que su tía trabajaba en la cocina del gimnasio

En el gimnasio donde Rebeca Andrade dio sus primeros pasos, cerca de Sao Paulo, no se habla de otro asunto: el histórico oro olímpico conquistado en París por la brasileña, que inspira a una nueva generación de gimnastas en su país. 

"Es un orgullo inmenso pensar que ella salió de aquí y la vi cuando era pequeña, es una emoción gigantesca", dijo a la AFP Monica Barroso dos Anjos, de 52 años, primera entrenadora de Andrade en el gimnasio Bonifácio Cardoso, en Guarulhos.

La campeona olímpica aterrizó allí con cuatro años gracias a su tía Cida, que trabajaba en la cocina del lugar, sede de un proyecto social y deportivo de la alcaldía de Guarulhos.

Su asistencia a los entrenamientos llegó a estar en riesgo por falta de dinero. Pero al ver su habilidad, sus hermanos mayores se ofrecían a acompañarla durante una caminata de dos horas.

"La demanda (por clases) está muy alta. Así como los varones van atrás del fútbol, hoy las niñas buscan la gimnasia artística", cuenta Anjos, en medio de la euforia que la victoria de la brasileña en la final de suelo suscitó entre las estudiantes del recinto deportivo. 

En el lugar se exhiben numerosos trofeos y fotos de Andrade. Y su rostro decora un colorido mural en la pared, que inspira a las miles de niñas y adolescentes formadas en las instalaciones.

"Es una alegría y una oportunidad muy importante saber que ella empezó aquí donde estoy ahora, y con la misma técnica. Es muy inspirador", dijo la gimnasta Lara Santana, de 12 años. 

Entre las niñas, sus padres y los profesores, el entusiasmo era generalizado tras el triunfo de la atleta de 25 años, que venció en la prueba de suelo a la estadounidense Simone Biles. 

Con el oro, Andrade elevó a cuatro su botín de medallas en París-2024 y dejó en seis su balance total, tres años después de haber abierto el camino en Tokio-2020 con las dos primeras preseas para una mujer gimnasta de su país. 

"Hace unos seis o siete años no imaginábamos que una gimnasta brasileña estaría en lo alto del podio, y hoy es una gimnasta de Guarulhos la atleta más premiada de Brasil, incluyendo hombres y mujeres", celebra Anjos. 

El éxito de Andrade hizo explotar las inscripciones en el centro de entrenamientos a principios de este mes, cuando ya habían empezado los Juegos Olímpicos.  

"No imaginaba que la fila iba a dar vuelta a la manzana, la demanda fue muy grande", cuenta Anjos. 

"Eso es bueno para nuestro deporte. Cuantas más niñas se acerquen a este deporte, más Rebecas podemos encontrar", sostiene. 

Imane Khelif /AFP

Imane, víctima de una cruel campaña en redes sociales que dicen que ella es hombre

Originaria de un pueblo pobre a casi 300 kilómetros de Argel, la boxeadora argelina Imane Khelif, objeto contra su voluntad de una polémica de género en los Juegos Olímpicos de París-2024, ha superado numerosos obstáculos y prejuicios en un país donde las mujeres no pueden practicar esta clase de deportes.

Con el pelo trenzado y un físico imponente con su 1,79 m de altura, Imane, de 25 años, un mes antes de los Juegos contó con voz suave y a menudo sonriendo su historia, en forma de cuento de hadas, en el canal público francófono Canal Algérie.

"Nuestro pueblo estaba a unos 10 km del centro de la ciudad (de Tiaret, 280 km al suroeste de Argel). Yo iba del pueblo a la ciudad. De la ciudad a la capital. De la capital al extranjero", confiesa.

Proveniente de una familia sencilla de la región semidesértica de Tiaret, destacó las dificultades de su camino en "un pueblo de gente conservadora".

"Provengo de una familia conservadora. El boxeo no era un deporte muy practicado por mujeres, especialmente en Argelia. Fue difícil", dijo a Canal Algérie. 

Fuerte atléticamente, jugaba al fútbol con los niños de su pueblo de Biban Mesbah, pero su capacidad para correr más rápido que ellos a veces le generaba peleas en las que respondía con golpes, lo que la llevó al boxeo.

En una entrevista para Unicef, de la que es embajadora, también destacó que tuvo que vender chatarra, y su madre cuscús casero, para pagar los billetes de autobús desde su pueblo hasta Tiaret. 

El orgulloso papá de Imane junto a sus otros hijos /AFP

Su padre no aprobó su decisión de dedicarse al boxeo, pero se convirtió en uno de sus mayores admiradores. Este soldador sin trabajo, de 49 años, confió orgulloso el viernes a un periodista de la AFP que su hija era para él "un ejemplo de mujer argelina, una de las heroínas de Argelia".

Elogió "su fuerte voluntad en el trabajo y en la formación", descartó las insinuaciones sobre su género: "Mi hija es una niña, fue criada como una niña, es una niña fuerte y valiente". 

En 2022, Imane confió a la agencia argelina APS que había pensado en dejar el boxeo: "Porque mi familia no aceptó la idea y porque la sociedad veía que yo estaba haciendo algo malo"

Pero "todas estas barreras me hicieron más fuerte y fueron una motivación adicional para lograr mi sueño", añadió.

Su carrera internacional despegó con su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021, en la categoría de peso ligero (-63 kg), donde obtuvo el quinto puesto, tras ser derrotada en cuartos de final por la irlandesa Kellie Harlington. 

"Todo cambió para mejor, especialmente cuando la bandera de mi país ondeaba y su himno sonó en muchos países del mundo", explicó.

En 2023 alcanzó las semifinales del Mundial de Nueva Delhi, antes de ser descalificada tras pruebas de elegibilidad de género organizadas por la Federación Internacional de Boxeo (IBA), no reconocida por el Comité Olímpico Internacional (COI).

Después de su victoria de octavos de final en París-2024 contra la italiana Angela Carini, que abandonó a los 46 segundos de combate, fue blanco en las redes sociales de una campaña de odio y racismo, donde publicaciones especialmente atribuidas a la extrema derecha insinuaban que ella era "un hombre combatiendo contra mujeres".

Y este sábado, en su segundo combate en París-2024, aseguró la primera medalla de Argelia en estos Juegos Olímpicos al vencer en cuartos de final a la húngara Anna Luca Hamori.

El COI apoyó su presencia en París-2024, así como la de la taiwanesa Lin Yu‑tin, que también tiene hiperandrogenismo. 

"Todas las competidoras respetan las reglas de elegibilidad para las competiciones", insistió Mark Adams, portavoz del COI, añadiendo que "está establecido que son mujeres". 

"Todas estas polémicas le dan fuerzas para seguir adelante", afirmó su entrenador, Mohamed Chaoua, tras su victoria ante la italiana. 

Una determinación mostrada por la argelina en el sitio web de Unicef: "Mi sueño es ganar una medalla de oro. Si gano, las madres y los padres podrán ver hasta dónde pueden llegar sus hijosQuiero inspirar a las niñas y a los niños en Argelia".

Lin Yu-ting /AFP

Lin yu-tin, otro caso de hiperandrogenismo (exceso de hormonas masculinas en una mujer)

La taiwanesa Lin Yu-ting, una de las dos boxeadoras de París-2024 que se han visto envueltas en una polémica de género, se garantizó este domingo una medalla olímpica con una contundente victoria en los cuartos de final de los 57 kilos.

Lin, que tiene asegurado al menos uno de los dos bronces que reparte el boxeo olímpico, venció por decisión unánime a la búlgara Svetlana Staneva sobre el ring del París Arena Norte.

La participación en París de Lin y de la argelina Imane Khelif, que también clasificó a las semifinales, ha generado un gran revuelo mediático y político después de que el año pasado fueran descalificadas del Mundial femenino por no superar una prueba de elegibilidad de género.

Lin y Staneva se conocían bien ya que fueron también rivales en los cuartos de final de la cita mundialista de 2023, con otro triunfo de la taiwanesa. 

La descalificación posterior de Lin del Mundial hizo que su medalla de bronce fuera a parar a Staneva. Actualmente, Lin ocupa el tercer lugar en el ranking mundial femenino de peso pluma.

Lin ​​confesó que tuvo que cerrar sus cuentas en redes sociales para no concentrarse en el odio y  que en lugar de ello prefiere enfocarse en el respaldo que recibe desde su país. "Quiero darle las gracias a todos los que me apoyan en Taiwán, recibí muchos mensajes de apoyoNo los leí porque apagué mis redes socialesVoy a llevar esta fuerza hasta el final", explicó.​​​

La Asociación Internacional de Boxeo (IBA) afirmó el lunes en una caótica conferencia de prensa que las pruebas realizadas las dos boxeadoras inmersas en una controversia de género en los Juegos Olímpicos de París-2024 demuestran que "son hombres". 

La IBA había dicho anteriormente que descalificó a la argelina Imane Khelif y a la taiwanesa Lin Yu-ting del Mundial de boxeo de 2023 después de que las púgiles no pasaron las pruebas de elegibilidad de género, sin especificar cuáles eran esos exámenes.

El boxeo en París-2024 está organizado por el Comité Olímpico Internacional (COI) debido a problemas de gobernanza, financieros y éticos de la IBA.

El COI autorizó a los dos boxeadoras a presentarse en París-2024 y tanto Khelif como Lin han asegurado medallas, ya que avanzaron a semifinales en sus respectivas categorías. 

La IBA y el COI están en abierta disputa. 

Los funcionarios de la IBA, incluido el oligarca ruso vinculado al Kremlin Umar Kremlev, presidente del organismo deportivo, que participó de manera remota en videollamada, dieron una serie de declaraciones contradictorias a una sala colmada de periodistas.

Dijeron que también estaban obligados a respetar la confidencialidad médica, aunque Loannis Filippatos, expresidente del comité médico de la IBA, sí aseguró que se detectaron "anomalías" en los exámenes de sangre en 2022. 

Los dos boxeadoras fueron examinadas nuevamente en 2023 para confirmar los hallazgos iniciales, dijeron funcionarios de la IBA, y luego fueron descalificados.

"El resultado médico, el resultado de la sangre, parece -y dice el laboratorio- que estos boxeadores son hombres", afirmó Filippatos.

"El problema es que tenemos dos exámenes de sangre con cariotipo de varón. Esta es la respuesta del laboratorio", añadió.

Un cariotipo es el conjunto completo de cromosomas de una persona, según el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano de Estados Unidos. 

El Comité Olímpico y Deportivo de Argelia salió en defensa de Khelif.

"Nuestra campeona, Imane Khelif, permanece intacta y sin inmutarse por las afirmaciones infundadas de la IBA", afirmó.

Agregó que "Argelia no es miembro de la IBA". "No reconocemos a la IBA como una institución legítima y no tiene conexión con los Juegos Olímpicos".

El COI y funcionarios de alto nivel de Argelia y Taiwán han defendido enérgicamente a Khelif y Lin, diciendo que nacieron y crecieron como mujeres y que tienen pasaportes que así lo indican.

El organismo olímpico, que expulsó a la IBA del movimiento olímpico y con la que se encuentra abiertamente enfrentada, le acusó de tomar "una decisión arbitraria" al descalificar a ambas boxeadoras en el Mundial de 2023. 

Ante la controversia, el portla Olé conversó con Cecilia Calvar, jefa de Endocrinología en el Hospital Fernández de la Ciudad de Buenos Aires, para hablar sobre el hiperandrogenismo, la condición genética que causó revuelo en los Juegos Olímpicos de París. "Se define como el aumento de los niveles plasmáticos de hormonas masculinas en el caso de las mujeres", indicó. Y agregó: "Hay múltiples causas. Descartando la aplicación exógena de andrógenos, en general, las causas son genéticas".

Con el bronce ya garantizado, Khelif peleará este martes en las instalaciones de Roland Garros en París por meterse en la final de su categoría (-66kg), mientras que la taiwansea Lin (-57kg) lo hará el miércoles.

Huang Yaqiong y Liu Yuchen /AFP

Medalla olímpica y anillo de compromiso


Sin duda, un día inolvidable. La jugadora china de bádminton Huang Yaqiong ganó este viernes el oro olímpico en dobles mixtos junto a Zheng Siwei, minutos antes de recibir una petición de matrimonio de su pareja fuera de la cancha.

Huang y Zheng se llevaron el primer oro en la disciplina en los Juegos Olímpicos de París después de derrotar ampliamente a la pareja surcoreana formada por Kim Won-ho y Jeong Na-eun (21-8, 21-11) en apenas 41 minutos.

Luego de la ceremonia de medallas en La Chapelle Arena, los ganadores descendieron del podio, y en un rincón esperaba el novio de Huang, Liu Yuchen, un jugador de dobles masculinos que había ganado la medalla de plata en Tokio hace tres años, y que cayó a primeras de cambio en París.

Liu obsequió a Huang con un ramo de flores, antes de arrodillarse y sacar un anillo, para deleite de los aficionados chinos, mayoritarios en el estadio.

"Hoy me convertí en campeona olímpica y me comprometí. Creo que el anillo me queda muy bien en el dedo", celebró la jugadora de 30 años ante los periodistas en un día que a buen seguro nunca olvidará.