El Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) anunció este viernes la desarticulación de una célula del Estado Islámico (EI) que preparaba varios atentados terroristas en la capital rusa. Con la ayuda de la Guardia Nacional, el FSB detuvo a seis miembros del EI en la región de Moscú "que planeaban cometer sonoros atentados en Moscú con el uso de armas de fuego y bombas de fabricación casera".

Durante la operación antiterrorista las fuerzas de seguridad se incautaron de armas, planos de artefactos explosivos, informes sobre futuros atentados, teléfonos y dinero. La célula desarticulada era comandada a distancia por emisarios en Siria procedentes de países de Asia Central.

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Según la fuente, los terroristas recibían su financiación del exterior por medio de transferencias bancarias. El FSB ha desmantelado varias células del EI desde que un terrorista suicida matara en abril de 2017 a 14 personas en el metro de San Petersburgo.

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A finales del pasado año el presidente ruso, Vladímir Putin, endureció las penas de cárcel por financiación o reclutamiento de terroristas y dio la orden al FSB para que sus agentes actúen en el marco de la ley a la hora de detener a los terroristas, pero, en caso de necesidad, liquiden a los criminales "en el acto".