La tormenta tropical Debby avanza este lunes por el norte de Florida y, según las autoridades, amenaza con provocar inundaciones catastróficas en el sureste de Estados Unidos.

Debby tocó tierra en el noroeste de Florida como un huracán de categoría 1 -en una escala de 5- antes de debilitarse y convertirse en una potente tormenta tropical, con vientos máximos sostenidos de 110 km/h. 

"Hemos visto importantes marejadas ciclónicas, hemos visto inundaciones, hemos visto y continuaremos viendo inundaciones en varias partes del estado de Florida", declaró el gobernador Ron DeSantis en rueda de prensa tras la llegada del huracán. 

"Esto no es algo que se acaba cuando pasa la tormenta. Hay una amenaza, una amenaza en curso, durante los próximos días", alertó. 

Debby dejó al menos un muerto a su paso por Florida. La víctima, un adolescente de 13 años, estaba en una casa rodante cuando un árbol derribado por la tormenta la aplastó, indicó la oficina del sheriff del condado de Levy, en el oeste del estado. 

- Estado de emergencia -

La tormenta va a acarrear "lluvias extremas", que podrían provocar "inundaciones catastróficas en zonas costeras de Georgia, Carolina del Sur e incluso Carolina del Norte", alertó Michael Brennan, el director del centro estadounidense de huracanes (NHC). 

"Habrá evacuaciones y rescates de edificios inundados. Las carreteras anegadas pueden imposibilitar los desplazamientos y dificultar las posibles evacuaciones. Algunas vías pueden erosionarse por debajo y crear peligros ocultos", añadió. 

Según las previsiones del NHC, la tormenta atravesará el norte de Florida el lunes y se moverá por el sur de Georgia esta noche y el martes antes de alcanzar la costa de Carolina del Sur. 

El presidente Joe Biden aprobó el domingo una declaración de emergencia para Florida, lo que permitirá acelerar la ayuda federal. 

Los gobernadores de Georgia y Carolina del Sur hicieron lo mismo para sus estados. 

Debby tocó tierra en el llamado Big Bend, una región poco poblada que une la península de Florida al resto de Estados Unidos por el noroeste, y que ya sufrió el año pasado los embates del huracán Idalia, de categoría 3. 

DeSantis indicó que unos 143.000 habitantes estaban sin electricidad este lunes, pero que varios equipos estaban desplegados para restablecer la corriente cuanto antes. 

La Patrulla Fronteriza estadounidense anunció en la red social X un beneficio inesperado del huracán: sus vientos empujaron 25 paquetes de cocaína hasta la costa de los Cayos de Florida, en el suroeste del estado, donde fueron incautados. El cargamento tiene un valor en la calle de más de un millón de dólares, precisó un funcionario de ese cuerpo. 

En julio el huracán Beryl, inusualmente precoz, golpeó el sur de Estados Unidos y dejó varios muertos. 

Según las previsiones de la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), la temporada de huracanes de este año en el Atlántico -que va de junio a noviembre- se perfila particularmente agitada debido a la elevada temperatura oceánica que aumenta la intensidad de estas tormentas.