Una caravana de 1.500 migrantes partió este lunes de la frontera sur de México a pesar de las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien aseguró la semana pasada que estos grupos ya no llegan al límite norte del país.

Este contingente de indocumentados, en su mayoría de Venezuela, caminó 26 kilómetros y unas 10 horas continuas desde Tapachula, la mayor urbe de la frontera con Centroamérica, hasta Huehuetán, donde se dividió en dos grupos.

El contingente mayoritario avanzó rumbo al municipio de Huixtla, mientras que el segundo se quedó a descansar en el parque de Huehuetán.

En el éxodo también hay colombianos, haitianos, cubanos y centroamericanos, y de regiones más distantes como Medio Oriente.

El venezolano Joswes Linares narró a EFE que han salido en caravana por inseguridad, secuestros y extorsiones, por lo que prefieren caminar en grupos por mayor seguridad.

El suramericano señaló que aceleran el paso ante la próxima presidencia de Trump, quien la semana pasada denunció que una caravana migrante se aproximaba a Estados Unidos.

"Nosotros tememos que cierre la frontera porque la cita (de asilo a Estados Unidos) se demora de seis a siete meses, muchas personas tienen suerte, sería peor para nosotros (esperar), vamos a recorrer unos 1.000 kilómetros", indicó.

Las controversiales caravanas
La semana pasada, Sheinbaum aseguró en una llamada con Trump que, por las acciones de México, las caravanas "ya no llegan" a la frontera con Estados Unidos, mientras el mandatario electo ha prometido aranceles de 25 % a los productos mexicanos si no frena "la invasión" de migrantes y drogas.

La gobernante mexicana también envió una carta a Trump en la que le expuso la caída de 75% en los encuentros diarios de indocumentados desde diciembre de 2023 en la frontera común.

En este contexto, otro venezolano de la caravana, Daimer Valor, pidió ayuda a la presidenta para que les permita avanzar a Ciudad de México porque en Tapachula no hay oportunidades de empleo, como ha prometido el Gobierno.

"Tememos el cierre de la frontera (con Estados Unidos) porque (Trump) puede eliminar la aplicación 'CBP One', de aquí se puede esperar cualquier cosa porque es rudo", expresó.

Anilka, una venezolana que huyó tras la crisis poselectoral y viaja con dos niños, manifestó que van contrarreloj ante el temor del cierre de la frontera porque arruinaría sus sueños y el bienestar de sus hijos.

“En Venezuela hay una crisis horrible, ya no podemos estar en nuestro país, por eso decidimos migrar. A Donald Trump le pedimos que nos deje pasar antes de que cierre todo. Nos arruina nuestros sueños y el futuro de nuestros hijos, queremos que estén bien, ya que en nuestro país no pudimos", contó.

María Esther Marroquín, elemento de Protección Civil de Huehuetán, confirmó que van 1.500 migrantes en el grupo sin que se presente ninguna persona lesionada, pero van cansados por el largo caminar.

“Siempre ha habido información de que vienen caravanas que migran desde su lugar de origen buscando una mejor calidad de vida y seguido pasan por acá, tenemos un cálculo de que pasan 1.500 migrantes, no tenemos información si se van a quedar o resguardar un tiempo", describió.


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