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Bolivia en los años de oscuridad
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22 de noviembre de 2024, 3:00 AM
El Movimiento Al Socialismo, en estas últimas dos décadas, ha profundizado rasgos propios del autoritarismo en sus más variadas formas. Esta afirmación tiene más verdad cuando contrastamos tal afirmación con los elementos de la democracia.
La participación ciudadana en la toma de decisiones es prácticamente nula; el régimen ha diezmado mediante entes paralelos la libertad de expresión, de asociación y de prensa, así como la igualdad ante la ley; la ley es un “canto etéreo de jíbaros y gitanos”, por lo tanto, la inseguridad jurídica y la falta de Estado de Derecho son el pan de cada día; no se reconoce ni respeta los derechos humanos, ni la diversidad de ideas, partidos políticos y posturas ideológicas; los gobernantes están exentos de rendir cuentas de sus actos y decisiones ante la ciudadanía y las instituciones; se impide la creación de organizaciones, movimientos y asociaciones que representen los intereses de diversos sectores de la sociedad; y finalmente, no se promueve la educación en valores cívicos y democráticos.
Pero Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz, dijo que "el arma más poderosa contra la tiranía es la verdad”. Los bolivianos conocemos a fondo el declive y la desaparición de la democracia orquestado en los últimos veinte años, y por ello es preciso más que nunca antes, promover la información veraz, fortalecer la sociedad civil, presionar internacionalmente un cambio de timón, participar políticamente, cultivar la unidad, documentar y reservar pruebas de los abusos contra los derechos humanos, y apoyar a las víctimas del régimen.
Por otro lado, las elecciones judiciales, la auto-prórroga de miembros del TCP, y otras cuestiones coyunturales, no debe hacer perder de vista los asuntos de fondo antes enunciados. Prima la tarea de trabajar coordinadamente para recuperar la democracia, el Estado de Derecho, y el respeto de los derechos humanos. En este punto, los intelectuales tienen una labor triple, a saber: informar las verdades incómodas, promover la unidad en la diversidad de la oposición política, realizar y difundir internacionalmente investigaciones serias sobre el fenómeno social y político boliviano.
En un anterior artículo afirmé que la situación política y social ha llegado a tal nivel de deformación por los entes gubernamentales y los miembros del partido oficialista, que sólo podríamos equiparar este momento de sombra, con los oscuros años de la última dictadura militar de Luis García Meza. La oscuridad es de tal calado que no hace falta ser demasiado entendido en ciencias políticas y sociales, para darse cuenta que nuestra lucha debe ser la de los hombres y las mujeres que tienen hambre y sed de justicia.