Jose Heber Pinto Vargas 

En las semanas últimas, el Presidente Luis Arce Catacora, ha anunciado entre sus discursos oficiales, el ‘ingreso’ de Bolivia a los BRICS+ (anteriormente BRICS), asociación, grupo y foro político y económico de países emergentes, que se ha constituido en un espacio internacional alternativo al G7, integrado por países desarrollados, bloque económico que ha ido ganando fuerza y protagonismo en el escenario global como una alternativa económica y geopolítica al liderazgo tradicional de los países dominantes.

Bolivia ha mostrado interés en estrechar lazos con este grupo, buscando oportunidades para diversificar sus relaciones comerciales y potenciar su economía, por ello, urge analizar las ventajas y desventajas para Bolivia y, en caso de integrarse decididamente, sus proyecciones económicas para el comercio internacional.

En efecto, uno de los objetivos centrales de los BRICS+, consiste en el fomento del comercio internacional, reduciendo la dependencia de mercados tradicionales como Estados Unidos y Europa, asi como desarrollar una arquitectura financiera alternativa, con la consolidación del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), que proporciona financiación a proyectos en países en desarrollo, para finalmente, incrementar la influencia política en organismos internacionales como la ONU y el FMI.

En el caso de Bolivia, país de economía emergente y con abundantes recursos naturales, encuentra en el BRICS+ una oportunidad estratégica para fortalecer su posición en el comercio internacional, empero, la posibilidad de integrarse o estrechar relaciones con este bloque responde a varios factores, como ser: a. Diversificación Comercial: reducir la dependencia de sus mercados tradicionales, como Estados Unidos y Europa, y ampliar su acceso a Asia y África; b. Atracción de Inversiones: los países del BRICS, especialmente China e India, tienen un alto interés en invertir en recursos estratégicos como el litio y el gas; c. Acceso a Financiamiento Alternativo: el NDB ofrece una fuente de financiamiento menos condicionada que las instituciones tradicionales como el FMI.

Entre las ventajas que podríamos destacar en el caso de Bolivia, podemos destacar: 1. Acceso a Mercados Emergentes: el BRICS+ agrupa a más del 40% de la población mundial y genera aproximadamente el 25% del PIB global, por lo que integrarse o fortalecer la cooperación con este bloque permitiría a Bolivia ampliar sus exportaciones hacia mercados con alta demanda de materias primas como gas, litio, minerales y productos agrícolas; 2. Inversiones en Infraestructura: China, miembro líder del BRICS+, ya ha invertido significativamente en infraestructura en Bolivia. Ampliar estas relaciones podría acelerar proyectos estratégicos, como carreteras, ferrocarriles y plantas de procesamiento industrial, dinamizando su economía; 3. Fortalecimiento del Litio y Energías Renovables: India y China, ambos líderes en tecnología verde, podrían ser socios estratégicos para el desarrollo de la industria del litio en Bolivia. Además, el BRICS promueve proyectos de transición energética, lo que alinea con los planes de Bolivia de desarrollar energías renovables;  4. Financiamiento más Accesible: el NDB podría proporcionar créditos a Bolivia para proyectos de infraestructura y desarrollo sin las estrictas condiciones del FMI o el Banco Mundial. Esto daría al país mayor flexibilidad financiera para ejecutar proyectos de largo plazo.

A nivel del comercio internacional, se estima que la participación de Bolivia en mercados del BRICS podría aumentar sus exportaciones hasta en un 15% anual, especialmente en sectores como el litio, gas y productos agroindustriales; a largo plazo, el fortalecimiento de estas relaciones podría posicionar a Bolivia como un actor relevante en la cadena global de suministro de baterías y tecnologías limpias. En cuanto a las inversiones directas, particularmente en infraestructura y tecnología provenientes de países como China e India podrían superar los $us 2.000 millones en los próximos cinco años, dinamizando sectores estratégicos, lo cual daría a un crecimiento del PIB, según analistas, hasta un 1% adicional al PIB anual de Bolivia, dependiendo de la implementación de políticas efectivas para aprovechar las oportunidades.

Como se advierten, la participación activa de Bolivia en los BRICS+ puede traer ventajas importantes, empero, también se pueden advertir los siguientes riesgos: 1. Dependencia Económica: aumentar la relación comercial con países del BRICS+, especialmente China, podría llevar a una dependencia económica. Bolivia podría volverse un proveedor exclusivo de materias primas sin diversificar su economía hacia productos con mayor valor agregado; d. Desigualdad en las Negociaciones: dentro del BRICS+, las economías como China y Rusia tienen un peso mucho mayor que países como Sudáfrica o un posible miembro como Bolivia. Esto podría colocar a Bolivia en una posición de desventaja en las negociaciones comerciales y políticas: 3. Competencia con Economías Similares: en sectores como el litio y la minería, Bolivia enfrentaría competencia directa con otros países emergentes que buscan captar inversiones del BRICS+. Esto podría limitar los beneficios económicos si no se negocian condiciones favorables; 4. Impacto Ambiental: la integración con el BRICS podría acelerar la explotación de recursos naturales en Bolivia, generando tensiones sociales y ambientales, especialmente en comunidades indígenas y áreas protegidas.

Habiendo un estudio comparativo de los efectos e impactos de los BRICS+, a nivel global podemos destacar el caso de Brasil, como miembro fundador del BRICS+, ha logrado diversificar su comercio hacia Asia, especialmente con China, que es ahora su principal socio así como recibir financiamiento significativo del NDB para proyectos de infraestructura.

En conclusión, podemos indicar que la participación de Bolivia en los BRICS+, representa una ventana de oportunidad para Bolivia en su camino hacia la diversificación económica y la integración global, sin embargo, esta relación debe manejarse con cautela, asegurando que los beneficios económicos no comprometan la sostenibilidad a largo plazo ni la soberanía del país, éxito que dependerá  de la habilidad que tenga el país de desarrollar una diplomacia comercial propia, estratégica e inteligente, así como negociar acuerdos justos, fomentar la industrialización local y diversificar sus exportaciones.