Edición Impresa
cara a cara
14 de noviembre de 2019, 3:00 AM
Lo hice para entregarle mis oraciones junto a las poquitas flores disponibles a la venta en las afueras del lugar. Con el pulso algo acelerado y una extraña sensación a flor de piel, le agradecí al siempre querido e inolvidable ‘Viejo’ por su permanente compañía espiritual y también por su legado inspirador; el del infatigable precursor y abanderado de las causas nobles y de las luchas que bien vale la pena librar y sostener, aun a costa de cualquier sacrificio y renunciamiento.
Hay unas buenas razones para hacerlo. Durante estos días de incertidumbre y de tensiones permanentes, de riesgos diversos y reales, todos ellos pusieron lo mejor de si. Gracias a ellos y su compromiso, EL DEBER ratificó sus credenciales inobjetables de líder y referente en unas muy complicadas circunstancias para ofrecer, como es habitual desde hace más de medio siglo, información de calidad y confiable a sus masivas audiencias.