Un periodista, relatando un comentario que tuvo el hoy expresidente de los EEUU, Donald Trump con su par chino:  “…en lo relativo a los narcotraficantes, aseguró que tomó una idea del presidente chino Xi Jinping, con quien se “llevaba muy bien”. En los años de pre-pandemia, Trump mencionó que, en su charla con el Presidente chino, le dijo “¿ustedes tienen un problema de drogas? No, ninguno. ¿Y a qué se debe? A la pena de muerte, pena de muerte para los narcotraficantes, y así no tienen ni el menor problema con eso. El único problema es que nos envían la droga a nosotros”. (https://www.laestrella.com.pa/mundo/trump-copia-a-china-y-promete-pena-de-muerte-para-narcos-JE8464597).​

Hablaba de China. El país que da tanto que hablar por su sistema político socialista de economía capitalista. El país donde, después de Deng Xiaoping, no importa de qué color sean los gatos si no que cacen ratones. Ese país. ¿Cómo lo hizo? ¿Es verdad lo que le dijeron a Trump?

China, como todo gran imperio, no la tuvo fácil. Su historia es rica en acontecimientos. La droga no es excepción. A fines del siglo XVIII China había comenzado a vender condimentos, té, seda, y porcelana a occidente, especialmente al imperio de esa época que era Gran Bretaña. Este hecho creó un enorme déficit comercial difícil de compensar hasta que los británicos se dieron cuenta que podían vender opio a los chinos que habían comenzado a consumirlo gracias a los mongoles que les proveían de esa sustancia. Gran Bretaña producía opio en la India, una de sus colonias más importantes y llevar la droga de allí a la China no era ningún problema, de modo que lo hicieron a través de la “Compañía Británica de la Indias Orientales” y desde Indonesia a través de la “Compañía Neerlandesa de la Indias Orientales”. El consumo de opio se disparó para beneplácito de los británicos, tanto que el emperador chino Daoguang, al advertir la magnitud del consumo en China (los drogodependientes pasaron de 2.000.000), prohibió su consumo y envió una carta a la reina Victoria pidiéndole que respetara las reglas del comercio internacional y dejara de comerciar sustancias tóxicas “…todo opio que se descubra en China se echará en aceite hirviendo y se destruirá. En lo sucesivo, todo barco extranjero que llegue con opio a bordo será incendiado…” (Lin Hse Tsu. Carta a la Reina Victoria. 1839). En el ínterin, el emperador chino ordenó destruir 20.000 cajas de opio.

Gran Bretaña acusó a China de obstaculizar el comercio internacional y… estalló la primera guerra del opio (1839 – 1842) que tras varios eventos en los que Gran Bretaña salió vencedora causando muchisima devastación en territorio chino, llegó a su fin a través del tratado de Nankín por el que China se comprometía a indemnizar al Reino Unido y ¡a los traficantes de opio! China se vió obligada a abrir sus puertos al comercio internacional, los súbditos británicos obtuvieron derechos de extraterritorialidad además de reconocerse la soberanía británica sobre la isla de Hong Kong.

Obviamente, el narcotráfico se disparó y algunos historiadores chinos mencionan que el 37% de la población china era drogodependiente al opio. El imperio chino entró en crisis económica y social y tuvo que enfrentar varias insurrecciones internas, entre las que destacó la llamada “rebelión de los bóxers” integrada por luchadores entrenados en artes marciales.

La presión interna y el descontento social generalizado, forzó al imperio a volver al enfrentamiento con Gran Bretaña y estalló la segunda guerra del opio (1856 – 1860) donde China no se enfrentó solo a los británicos, si no también a Francia e Irlanda. Por supuesto, la ganaron. Por el tratado de Tianjin, China se vio obligada a permitir el “comercio” de la droga en todo el territorio chino, a legalizar el comercio del opio, abolir los impuestos extranjeros y regular el tráfico de “culíes” (trabajadores semi-esclavos). En realidad la guerra no terminó así nomás, pero no es posible extenderse en la presente columna. Es suficiente, sin embargo, para ver la magnitud de las vicisitudes que tuvo que pasar China en materia de drogas para entender su comportamiento histórico frente a estas sustancias ilícitas. Y estos hechos nos hacen comprender, además, cómo es que un imperio, un país como China, pudo caer en las garras de los comunachos.

Y para entender mejor, en lo referente a comunismo, repasamos las desgracias de este gran imperio que le dio tanto a la humanidad en materia de historia y conocimiento, las hambrunas los grandes problemas, la inestabilidad que tuvo que afrontar durante muchísimo tiempo, se entiende cómo los comunistas aprovecharon el caos para hacerse del poder que hasta el día de hoy no quieren soltarlo.

Para volver al tema: ¿venció realmente China al narcotráfico? Porque actualmente, es uno de los mayores productores y exportadores de la droga que está de moda en los Estados Unidos y va camino a expandirse por Europa y otros países, hablamos del maldito Fentanilo y otras drogas sintéticas como las anfetaminas. De acuerdo a un informe de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, “el gobierno de Pekín proporciona subsidios a empresas que trafican abiertamente con drogas sintéticas ilícitas” ( https://www.bbc.com/mundo/articles/c72pz852xrwo). Lo cierto es que si encuentran a algún extranjero traficando drogas, lo someten a la pena de muerte (¿no quieren competencia?). En síntesis, siempre es difícil creer lo que dicen nuestros amigos comunachos.