Se acaba 2023, un año de sobresaltos y calenturas para Bolivia y para todo el planeta. Comenzó con una guerra en Ucrania y acaba sumando otra en la Franja de Gaza. Ambas reflejan que los desequilibrios y la angurria de poder pudieron más que el anhelo de una convivencia pacífica y una construcción humana de mayor armonía. A escala mundial, se va el año más caliente de la historia reciente, con un balance negativo respecto a la necesidad de cuidar el medioambiente y preservar el hábitat para las siguientes generaciones.

El 2023 es un año difícil para la libertad de prensa. Cerró un diario paceño: Página Siete, empujado por problemas económicos y mucha presión tributaria. En Cochabamba fue vendido el diario Los Tiempos a un accionista vinculado con el Movimiento Al Socialismo. Ambos hechos encienden las alarmas y generan reflexión sobre la importancia del periodismo libre para la vigencia de la democracia.

Los bolivianos cierran el 2023 con la convicción de que siempre hay posibilidad de sorprenderse por los acontecimientos, especialmente los que tienen a la política en el centro. El quiebre del Movimiento Al Socialismo fue una de las principales noticias, pasando de la guerra de insultos y acusaciones al uso del poder para aplastar al adversario, desencadenando una guerra entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, que repercute en perjuicio para todo el país.

Sin embargo, los hechos más relevantes para la vida cotidiana de la ciudadanía tienen que ver con la economía. La intervención de uno de los bancos más grandes del país, la escasez de dólares en el sistema financiero, dando lugar a una cotización paralela de la divisa extranjera han sido factores que alteraron los negocios y la cotidianidad de los bolivianos. A ello se suma la escasez de diésel, el creciente gasto público en subsidios de combustibles y la reciente denuncia de que hay un lucrativo mercado negro de carburantes. Todos son temas sin resolver con los que se arrancará una nueva y complicada gestión, que se agrava por un difícil contexto internacional.

En el vecindario también hubo cambios. Luiz Inazio Lula Da Silva volvió al poder en Brasil y Javier Milei se convirtió en presidente de Argentina. Izquierda y derecha en dos países que gravitan mucho sobre Bolivia. Las decisiones de la Casa Rosada son de shock y hay mucha expectativa sobre el alcance de las políticas del libertario argentino.

Lo que no estuvo ausente en el recuento es el delito: el mayor de ellos es el narcotráfico que también reportó sorpresas. Un capo, que controlaba el puente aéreo de la droga en el Cono Sur vivía en Bolivia y se codeaba con personalidades del deporte y con empresarios. Logró huir y dice que fue alertado. Señala a policías y alude constantemente al ministro de Gobierno de Bolivia. Movilizó a tres países y en ninguno han logrado capturarlo. Pero esa no fue la única noticia del crimen organizado: éste fue el año de los grandes hallazgos de cocaína boliviana fuera de las fronteras. Cientos de kilos fueron hallados.

En Bolivia siguieron pasando hechos insólitos. Las máximas autoridades del Poder Judicial decidieron quedarse en sus cargos más allá de lo que manda la Constitución. La decisión parte aguas en el Poder Legislativo y se alarga el desenlace, mientras el Poder Ejecutivo dice que nada tiene que ver en este juego. Por otro lado, los legisladores están divididos y el presidente no cuenta con respaldo mayoritario en la Asamblea, lo que lo pone en apuros y buscando cómo gobernar sin necesitar de ese poder. Se complejiza el horizonte en puertas de un año muy político en el que debe haber elecciones judiciales, censo de población y vivienda y elecciones primarias.

2023 ha sido un año que Santa Cruz ha enfrentado con su gobernador preso y con una tensión creciente entre el gabinete y el vicegobernador. Mientras tanto, el Comité pro Santa Cruz presentó una propuesta de nueva relación con el Estado que, básicamente, plantea liberar la autonomía mediante abrogación de leyes y otras medidas que devuelvan plenas competencias a los departamentos.

Se cierra un año complejo y se avizora un 2024 difícil en todos los sentidos.