El cielo despejado auguraba no solo una buena mañana, sino también un año productivo. A pesar del frío, la ceremonia ancestral avanzaba lentamente en espera de los primeros rayos de sol. Los ritos aimaras marcan la costumbre de recibir esta primera luz del día más corto del año, el solsticio de invierno. La creencia plantea que, al levantar las palmas de las manos en dirección a estos rayos se recibe la energía del sol

Así se daba la bienvenida al año nuevo andino amazónico 5531. Entre los poco más de 200 asistentes al acto milenario, destacaba la presencia del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca. Junto a ellos se encontraba el presidente de la Cámara de Diputados, Jerges Mercado.

Desde muy temprano, los amautas realizaron la ofrenda a la Pachamama. Segun el ancestral rito, el fuego consumió la ofrenda, una señal de buen augurio, según las tradiciones originarias.

Poco a poco, la penumbra decía ante las primeras luces del día. El sonido de los pututus anunciaba la salida del sol. Eran las 07.17 minutos. Arce, como el resto, recibió los primeros rayos de la energía solar con los brazos extendidos hacia el “tata inti”, el sol.

En un breve discurso ante los asistentes, el presidente arrancó con un saludo en lengua originaria. "Hoy nuestra devoción a la vida, nuestra devoción a la naturaleza", explicó el mandatario.

Fue un discurso breve, poco mas de minuto y medio. Remarcó al esencia de este festejo. "Es un día para llenarse de energía" y "ratificar el compromiso de trabajar, de que nos vaya bien". Y concluyó con un deseo esperanzador: "es un año nuevo para todos".

La ceremonia cumplió con los rituales ancestrales andinos. Foto APG

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