El estadio de Huancané, en el municipio de Chulumani, en Los Yungas de La Paz, fue el escenario donde los cocaleros yungueños decidieron quitarle el mandato a su directorio en pleno y provocaron la renuncia de la presidenta de este gremio, Lizette Torrez, quien duró en el cargo apenas nueve meses.
“Me voy a ir, si quieren que me vaya; pero antes les voy a decir sus verdades”, empezó su discurso Torrez ,y los gritos le impedían continuar. Y, cuando empezaron a lanzar piedras y botellas, solo atinó a gritar: “renuncio”, y el bullicio que se desató confirmó su renuncia. Uno a uno los dirigentes dieron “un paso al costado” y finalmente los 13 dirigentes cesaron en sus cargos.
El directorio de Adepcoca fue elegido el 9 de enero de este año, luego de un turbulento periodo de división, que llevó a sus principales dirigentes a la cárcel. Los campesinos acordaron dejar el mando en manos de la primera mujer cocalera, aunque solo duró nueve meses.
El directorio había convocado a una “asamblea general de socios” en la localidad de Huancané y llegaron desde las tres provincias cocaleras, Nor y Sud Yungas además de Inquisivi. En la asamblea los directivos regionales expusieron las críticas contra el directorio y pedían la renuncia de todos.
Las denuncias de supuestos hechos de corrupción también fueron expuestas, aunque no hubo pruebas de las acusaciones. El secretario de hacienda de Adepcoca informó que les entregaron la institución con Bs 68 en caja y dijo que ellos dejan Adepcoca con Bs 650 mil.
Ni los informes económicos positivos lograron revertir la decisión inicial; en medio del griterío de la gente el directorio dejó el escenario, protegidos por dos guardaespaldas, mientras las 17 regionales iniciaban sus reuniones sectoriales para nominar a sus representantes en el comité Ad-hoc que manda el estatuto.
Según la explicación de los cocaleros, este comité Ad-hoc, conformado por delegados de las 17 regionales, toma el mando de la institución y se elige un presidente del comité. Este debe convocar a otra asamblea en 90 días y se elegirá a la nueva directiva por aclamación. La gestión de la nueva directiva dura dos años, tal como debía haber asumido Lizette Torrez.