La dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB), abiertamente oficialista; el pacto de unidad arcista y miles de funcionarios públicos protagonizaron una marcha 'Vip', como no se había visto en décadas en la manifestaciones de los trabajadores. Los manifestantes descendieron desde la ciudad de El Alto. EL DEBER estuvo presente en la caminata desde la avenida Kollasuyo hasta la “toma” de la plaza Murillo.


Juan Carlos Huarachi pertenece al sindicato minero de Huanuni y fueron estos los que llevaron la cabeza de la movilización, pero al no ser suficientes movilizaron a los trabajadores de Comibol, además de mineros que lucían orgullosos los cascos de cada una de las empresas mineras estatales.


El Gobierno perdió el apoyo de las 20 provincias de campesinos en La Paz y la ausencia de estos en la marcha de este martes era muy notoria, pues siempre eran la columna más numerosa. Otra ausencia notoria fue la de los ponchos rojos, una escasa columna de estos se perdía en la muchedumbre.


La marcha cobista estaba encabezada por Huarachi, el pacto de unidad arcista con Esteban Alavi, Guillermina Kuno y Lucio Quispe; la dirigencia del MAS-ala arcista, Grover García, Fidel Surco; Exdirigentes de la COB, Pedro Montes, que fue ejecutivo y senador del MAS en tiempos de Evo Morales. Y les seguían funcionarios de distintos ministerios que optaron por lucir sombreros y barbijos, se negaban a dar entrevistas sobre qué organización social integraban.


La COB de antaño tenía una vagoneta pequeña que sirvió durante muchos años en las reivindicaciones de los trabajadores, este martes fue reemplazada por una moderna camioneta que portaba los enseres de los dirigentes. Una empresa que alquiló la amplificación evitó decir su nombre.


A la altura de la plaza Garita de Lima, ciudadanos de a pie y comerciantes lanzaron gritos contra Huarachi y sus dirigentes, “llunk’us” (aduladores), “trabajen”, eran los gritos de las personas que no reivindicaron a ningún partido. La Policía desplegó una treintena de efectivos para separar a los dos grupos.


Para amedrentar los mineros hicieron explotar un cachorro de dinamita en el lugar, ante la pasividad de la Policía. Rodeaban a la cabeza de la marcha casi medio centenar de mineros que impedían el paso a cualquier persona que intentare acercarse a Huarachi y compañía. Pese a la estricta vigilancia, el ejecutivo cobista sufrió un corte por esquirla de un cachorro de dinamita que habían lanzado sus propios compañeros al ingresar a la calle Ingavi. Este aprovechó para lucir sus modernas gafas Rayban. Todo el recorrido estuvo acompañado por transmisión "en vivo" por Bolivia Tv que desplegó una unidad móvil que iba delante de la marcha.


Fueron los policías quienes se encargaron de los cortes de vía para que pase la marcha. Todas las marchas ingresaban a la plaza San Francisco, esta vez fue diferente, la Policía cortó el paso en la avenida Montes y los oficialistas caminaron por la calle Ingavi, custodiados por la Policía.


En la plaza Murillo no había los anillos de seguridad de la Policía, el comandante departamental, coronel Edgar Cortez no supo responder por qué se permitía el ingreso de esta marcha cuando deben resguardar el centro político del país, “queremos garantizar la seguridad de todos”, se excusó el jefe policial.


Se desplegaron todos los servicios para los marchistas, hay baños químicos en dos calles, Ingavi y Ballivián, basureros en las cuatro esquinas, dos tanques de agua para cualquier requerimiento y un servicio de amplificación que se quedó con los marchistas.


Después de las 13:00 y una vez declarada la vigilia sobre el parlamento empezaron a circular dos camionetas que se encargaban de distribuir alimento entre los integrantes de la columna, que son básicamente campesinos y mineros, pues los funcionarios públicos se desconcentraron apenas llegaron a la plaza.


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