Ocho dirigentes de las distintas centrales de la Asociación de Productores de Coca (Adepcoca) son los candidatos a dirigir esta entidad de los cocaleros de los Yungas, quienes están concentrados en La Paz en una asamblea general que durará hasta la tarde, según los organizadores.

“Los ocho candidatos son, Daynor Choque, de Coripata; Sixto Sullcata, de la regional Inquisivi; Carlos González, de Chicaloma; Adrián Gutiérrez, de Chamaca; Ruddy Paxi, de Trinidad Pampa; Jonatan Huanca, de Irupana; René Huanca, de Cruz Loma; y finalmente Froilán Mejía, de la regional Suapi Quilo Quilo”, recitó uno de los organizadores al hacer conocer las elecciones de los cocaleros paceños.

Adepcoca es la mayor asociación de cocaleros de los Yungas y tenía como presidenta a Lizette Torrez quien fue electa el 8 de enero de este año, sin embargo, sufrió una arremetida de sus propias bases a lo largo de su gestión y el 7 de octubre, nueve meses después de ser electa, fue destituida por los propios cocaleros que desconocieron su mandato y la acusaron de malversación de fondos.

Entre octubre y noviembre los cocaleros instauraron un comité ad hoc que llamó a elecciones internas, la misma establecía que las regionales debían elegir a sus representantes para ir a una asamblea de socios donde se elegirá al nuevo presidente de Adepcoca por aclamación.

Las elecciones se realizan en la zona de villa Fátima de La Paz y los cocaleros bloquean el único camino que conduce a su región, ubicada al norte del departamento de La Paz. Los ochos candidatos deben darse a conocer en el mismo acto y luego se propone a cada uno de los postulantes, el que cosecha el mayor apoyo es elegido presidente.

Esta entidad es la única que rechaza la presencia de arcistas o evistas del MAS en su dirigencia, aquel candidato que sea señalado con cualquiera de las dos facciones del masismo es casi imposible que sea electo. Pero los propios cocaleros admiten que una vez electos, los nuevos directivos ya establecen relaciones con el Gobierno y eso lleva a una proximidad que es rechazada en los pueblos de los Yungas.

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