PAÍS
Cancillería denuncia ante la comunidad internacional las amenazas de Evo al Gobierno
El comunicado considera que el ultimátum lanzado por Morales son extorsivas y quieren alterar la voluntad del pueblo expresada en las urnas
La pelea interna del Movimiento Al Socialismo (MAS) llegó a un punto de máxima tensión ayer en La Paz. El expresidente Evo Morales llegó a La Paz, reunió a sus seguidores y dio un plazo de 24 horas al presidente Luis Arce para que cumpla sus demandas.
“Si el Lucho (Luis Arce) quiere seguir gobernando, primero, en 24 horas que cambie a ministros narcos, a ministros corruptos, a ministros drogos. Que cambie a los ministros, ministras racistas, fascistas”, disparó Morales en el mitin que se organizó para recibir a la macha. Ese pedido no está en el pliego petitorio que mandó Morales antes de la movilización.
Con ese ultimátum concluyó la marcha de siete días que los evistas empezaron el martes 17 de septiembre en Caracollo (Oruro) y a pesar de que Morales repitió hasta el cansancio que era una “marcha pacífica”, hubo al menos unos cuatro enfrentamientos violentos entre evistas y arcistas que dejaron personas heridas, uno en Vila Vila, el segundo en Ventilla y dos en La Paz. Además, personas de la movilización agredieron a periodistas que hacían cobertura.
Pero, además de la violencia física, la marcha fue acompañada por varios giros discursivos. Por ejemplo, durante el primer día de la caminata, el líder campesino del evismo, Ponciano Santos, exigió a Arce que convoque a elecciones y Morales afirmó que marchaba junto al “tercer hombre del Estado”, en referencia al presidente de la Cámara de Senadores, Andrónico Rodríguez.
De su lado, el Gobierno insistió en que la verdadera intención de Morales era dar un “golpe de Estado” y convulsionar la sede de Gobierno sin respetar la Constitución Política ni el fallo constitucional que le impide a Morales postular nuevamente como candidato a la presidencia.
También hubo al menos unas tres cartas con pedidos de diálogo entre evistas y arcistas. El jefe de Estado envió la respuesta escrita a su pliego; invitó a Morales a dialogar en un ministerio y el líder cocalero rechazó y se sintió discriminado porque no fue invitado a la Casa Grande del Pueblo. En respuesta Evo exigió a Arce, con varias condiciones, que llegue hasta la marcha si quería dialogar con él, pedido que no fue aceptado por Arce. Además, la Defensoría del Pueblo intentó acercarlos, pero sin éxito.
La marcha de Morales ayer pasó El Alto luego que la alcaldesa de esa ciudad, Eva Coca, y la asamblea de la alteñidad decidieran no interferir para evitar enfrentamientos como los del domingo. A su paso, por el segundo municipio más poblado del país, evistas salieron a dar la bienvenida a la marcha con gritos de apoyo y pedidos de que vuelva al poder asegurando que él solucionaría la crisis económica.
Durante la marcha, llamó la atención la movilización de Morales en una vagoneta de lujo de la que subía y bajaba cuando se hacía presente en esta movilización.
Ya en La Paz y cuando la larga fila de marchistas llegó hasta el punto de concentración, los dirigentes evistas lanzaron encendidos discursos, todos contra Arce a quien no bajaban de “traidor y corrupto”, que gracias a ellos está en el poder pero que ahora se alió a “la derecha”. Asimismo, llenaron de elogios a Morales a quien llaman “comandante”.
En los primeros discursos, los dirigentes daban un plazo de siete días para que Arce cumpla sus demandas, pero ante la rechifla de la gente y sus gritos de “¡24 horas, 24 horas!”, el plazo que dieron vence hoy. “El gobierno debe dar solución lo antes posible o caso contrario se va a ver la furia de este pueblo que está presente. ¡No va a poder parar al verdadero pueblo unido carajo!”, dijo el dirigente Ramiro Cucho del Conamaq leal al expresidente. Evo Morales se sumó y dijo que si no cumple, seguirán las movilizaciones.
Otro de los discursos encendidos fue el del dirigente campesino Ponciano Cruz Colque, quien con calificativos de grueso calibre expresó su furia contra Arce e instó a la gente ir a la Plaza Murillo, donde está Palacio Quemado.
Morales, también disparó toda su artillería contra el Gobierno de Arce a quien calificó como “peor” que los gobiernos neoliberales y los dictatoriales, también dijo que es el verdadero “golpista” por “tomar” las sedes sindicales e impedir con fallos del TCP que la Asamblea Legislativa pueda interpelar a los ministros. Por eso “tenemos la obligación de recuperar la democracia”.
Dio también 24 horas a Arce para que promulgue una ley de crédito internacional de $us 176 millones que Andrónico Rodríguez sancionó el 6 de junio. Otra exigencia al Gobierno de Arce es que levanten su secreto bancario y desafió a que lo detengan y lo maten. “Lucho puede detenerme (…) deténganme a mí, no importa pero a este pueblo no van a detener. Ministro de Gobierno con Zúñiga han planeado matarme, ¡mátenme, pueden matarme, a este pueblo no pueden matar!”, desafió Morales.
Al final de su discurso, Morales dijo que ya cumplió con su compromiso y se despidió porque tenía que ir a “cosechar” sus tambaquís al Chapare.
Cuando el mitín terminó la gente se desconcentró y minutos después en la avenida Montes cerca de la Terminal de Buses empezó un enfrentamiento entre evistas y arcistas, con fuertes explosiones de dinamita y gases lacrimógenos que llegaron incluso hasta la Terminal de buses que tuvo que cerrar más de una hora.
Mientras, en la Plaza Murillo que estaba cerrada y con un fuerte contingente policial, la gente de Arce mantenía la vigilia frente al Palacio, con gritos de respaldo al Gobierno y haciendo explotar petardos. Arce suspendió un mensaje ante sus bases.