“Les hemos acorralado a los pacos, se les han acabado sus gasesitos (y) están empezando a escapar. Les hemos acorralado en el medio (a) puro dinamitazos les hemos destrozado el bus”, fue parte del relato que hizo uno de los bloqueadores de Parotani que filmaba el hecho en medio del enfrentamiento del viernes 25 de octubre, cuando estalló la violencia entre policías y bloqueadores evistas en el departamento de Cochabamba.

El pasaje expuesto por un bloqueador evista y que se viralizó en los medios y redes sociales, es una de las últimas muestras del escenario de violencia y bloqueos que tolera la población del eje troncal del país desde hace dos semanas.

Pero este panorama no es nuevo en Bolivia. Según el reporte de conflictividad que presentó la Defensoría del Pueblo, en el tercer trimestre de este 2024 (julio, agosto y septiembre), se registraron 118 conflictos en Bolivia, hechos que en el transcurso de los tres meses se incrementaron de forma gradual.

Conflictividad creciente

Según el último reporte de conflictividad de la Defensoría del Pueblo, en el tercer trimestre de este año, se registraron 118 conflictos en todo el país, los mismos que fueron en aumento cada mes. En julio hubo 25 conflictos, en agosto 42 y en septiembre la Defensoría registró 51 conflictos a nivel nacional.

Asimismo, el documento subraya que las ciudades de La Paz y El Alto fueron los escenarios donde se materializaron la mayor cantidad de las medidas de presión y la más utilizada por los actores demandantes fue la marcha con 46, en segundo lugar están los bloqueos de caminos con 39, los enfrentamientos 17, paros 10 y ocho tomas de instalaciones.

Los paceños y cruceños son los más castigados por el nivel de conflictividad que registró la Defensoría entre julio y septiembre. En La Paz hubo 41 y en Santa Cruz 29, Cochabamba 18, Potosí 17 y Chuquisaca 10. El resto de los departamentos tuvieron entre ocho y tres conflictos.

“La principal demanda al gobierno central se traduce en el campo económico debido a la escasez de combustible, la falta de dólares y el alza en los productos de la canasta familiar exigidos al gobierno central”, dice el reporte.

Pero aparte de esas demandas, el reporte destaca la realización de la “Marcha para salvar Bolivia”, liderada por Evo Morales y su dirigencia, e identifica que el principal motivo de la protesta fue enteramente político por tener el control legal de la sigla y de la directiva partidaria, y con ello garantizar la postulación de Morales a la presidencia.

Análisis de UNIR

Según la Fundación UNIR Bolivia, en el país el tema económico ha sido el factor que ha determinado el nivel de conflictividad creciente de los últimos meses, principalmente por la escasez de combustible y la falta de dólares que ha movilizado a sectores como los transportistas y gremiales.

No obstante, éstos conflictos fueron “gatillados” por un conflicto mayor, pero que tiene un fondo político como es la pelea interna del partido del MAS, el mismo que se traduce en el enfrentamiento de evistas contra arcistas y que en las dos últimas semanas cercó a Cochabamba con bloqueos y genera una cadena de efectos negativos.

No obstante, la protesta del ala radical del MAS que bloquea en varios puntos una carretera troncal que conecta a Cochabamba con Santa Cruz y Oruro, es un hecho que no ha generado el desborde de la conflictividad a nivel nacional, pero como se sostiene desde hace dos semanas puede generar condiciones para un escenario complejo.

“Si se ve desde el análisis del conflicto per sé, éste no tiene un nivel de escalamiento muy violento, si bien hubo enfrentamientos en Parotani, pasó en una zona muy específica. 

Este es un conflicto que ha desplegado su movilización hasta cierto momento y no ha tenido la capacidad de ir más allá, es decir, no ha escalado, ni ha generado más actores más bien ha pasado todo lo contrario y genera rechazo en varios sectores. 

Es un conflicto mediático, complejo, con mucha afectación económica y por eso se piensa que es complejo”, afirmó Pacheco.

Como ejemplo puso el paro nacional de 48 horas del transporte pesado internacional que en agosto pasado ha bloqueado 190 puntos en dos días en todo el país y prácticamente ha paralizado el movimiento económico de importación y exportación, es decir, el tema económico determinaba desde hace meses atrás el nivel de conflictividad en el país.

Según la Fundación UNIR que investiga los hechos de conflictividad desde hace 15 años, no se prevé que el conflicto del MAS genere un escenario de convulsión social como en 2019, porque lo sucedido hace cinco años fue una acumulación de descontentos que se originaron en el referéndum del 21 de febrero de 2016.

Un viernes violento

Y tras la violenta jornada del 25 de octubre, en la que 14 policías resultaron heridos - uno de ellos de gravedad - en la emboscada de los evistas, el Gobierno acudió a las Fuerzas Armadas y envió un contingente militar a la región de Parotani, hecho que encendió las alarmas de la Defensoría del Pueblo que pidió el repliegue de ambos bandos e incluso habló de una persona de la tercera edad fallecida por la gasificación. Hasta la fecha no se tiene un reporte oficial del presunto deceso.

El Gobierno está molesto con el defensor del Pueblo, Pedro Callisaya que se alarmó por el envío de militares a la zona de conflicto e intercedió ante el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, pero no dijo nada de cómo los cocaleros usan explosivos de dinamitas contra los policías uno de los que hirió de muerte a uno de ellos.

Mientras, Evo Morales, el líder de los grupos radicales del MAS, por teléfono celular brinda su apoyo a los bloqueadores y aplaude el enfrentamiento contra la Policía, que según él fue “derrotada” en el enfrentamiento de Parotani y calificó el hecho como un acto de “ valentía y compromiso por la patria”.

Plan de intervención

“Recuperando la Patria”, es el nombre del plan de operaciones que ejecutó la jornada del viernes el Ministerio de Gobierno y la Policía. Según el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, ese operativo logró despejar al menos 12 puntos de bloqueo en las rutas de todo el país, liberó a más de 60 cisternas cargadas con combustible, y a más de 2.400 vehículos que estaban secuestrados por la protesta evista por casi dos semanas.

“Se ha logrado dejar expeditos más de 100 kilómetros de carreteras que estaban imposibilitadas de ser transitadas por los bloqueos de este grupo de delincuentes y siete de nueve departamentos están con las vías expeditas”, reportó Del Castillo.

En los primeros 12 días de bloqueos, la Policía habilitó al menos 51 carreteras que fueron bloqueadas por grupos evistas. También aprehendió a 64 personas que fueron sorprendidas “en flagrancia” y se las procesará penalmente por los delitos de atentado contra la seguridad del transporte, impedir el ejercicio de funciones y lesiones graves y gravísimas, asesinato en grado de tentativa, asociación delicturosa, terrorismo y alzamiento armado.

No obstante, el conflicto persiste y escaló a un nivel alto de violencia dejando personas heridas en ambos bandos. Y fue el ministro Del Castillo que reportó que solo el viernes al menos 14 policías resultaron heridos en el enfrentamiento en Parotani que duró al menos dos horas. En esta región los evistas instalaron su “cuartel” y el punto de bloqueo más fuerte.

“14 efectivos policiales han resultado heridos y uno de ellos, lamentablemente de gravedad (...) no vamos a escatimar ni un solo esfuerzo para reparar el daño que ha sufrido por cuidar la vida de todos y cada uno de nosotros”, aseguraba Del Castillo.

Mientras, desde el bando evista, no faltaron los testimonios que los propios movilizados grabaron y que publicaron en plataformas de internet. Uno de los movilizados, mientras filma cuenta cómo emboscaron al numeroso contingente de policías en Parotani a punta de explosivos de dinamita, incluso relató que destrozaron un bus con ese explosivo.

“Les hemos acorralado a los pacos. Se les ha acabado sus gasesitos, ya están empezando a escapar (pero) les hemos acorralado en el medio a puro dinamitazos. Les hemos destrozado el bus, con dinamita bajo el bus le han dado. (los policías) no saben qué hacer, (ni) por dónde escapar, les hemos acorralado de todo lado”, se oye en el testimonio.

En otros videos de la misma jornada violenta, los campesinos evistas se muestran desde los cerros aledaños a la carretera donde no llegan los policías, quemando pajonales, y prestos para atacar. Ellos dominan la región.

ANÁLISIS

Fracasa cálculo de Evo; no logró caos nacional

Pedro Portugal / Historiador y analista

Es un momento bastante difícil que está atravesando Bolivia con los bloqueos de la gente de Evo Morales pero lo que se constata es que a pesar de haber diferentes núcleos de tensión, él no ha logrado conmocionar toda la sociedad boliviana, no hay una situación de caos y estos conflictos se están focalizando solamente en uno o dos puntos como máximo.

Entonces llega a ser un fracaso de cálculo político, un fracaso táctico y estratégico pero que adquiere repercusión por las mismas dudas del Gobierno de Luis Arce de poder aplacar este conflicto porque los que generan el problema provienen de su mismo grupo partidario y enfrenta a dos intereses que han sido parte de un gobierno conjunto.

Sólo depende del Gobierno que este conflicto se solucione y solo se puede arreglar mediante el uso de los recursos legales con la participación de la Policía e incluso el Ejército para desbloquear. Pero si el Estado no soluciona se va a generar un conflicto grande que puede trascender y despertar conflictos no resueltos. Por ejemplo, la sociedad civil, en Cochabamba, ya le dio un plazo fatal al Gobierno para que desbloquee las rutas.

Y este conflicto obedece sólo al capricho de una persona que se cree predestinada con una obligación histórica y moral de mantenerse en el poder hasta el fin de sus días, pero eso no encuadra en ningún orden jurídico en Bolivia y tenemos el berrinche mayúsculo de una persona que no ha logrado provocar un caos generalizado y que este conflicto se aplaque corresponde exclusivamente al uso de los mecanismos que a ley le confiere al Estado para precautelar el orden público.

Morales tiene su feudo en el Chapare y es el único lugar donde tiene poder para movilizar a la gente ya sea de forma voluntaria o por presión. Es notable la ausencia absoluta de movimientos del resto del país.



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